martes, 11 de agosto de 2020

El arresto de los rusos en Minsk, ¿provocado por los servicios especiales ucranianos?

 

elespiadigital.com

El arresto de los rusos en Minsk, ¿provocado por los servicios especiales ucranianos?

 

 


Según una investigación del periódico ruso Komsomólskaya Pravda, la detención de 33 rusos en Bielorrusia fue provocada por los servicios especiales de Ucrania.

El 29 de julio, las autoridades bielorrusas detuvieron a 33 rusos acusados de trabajar para Wagner, una empresa militar privada rusa. Bielorrusia sospecha que preparaban disturbios en la república de cara a las elecciones presidenciales del 9 de agosto. Además, Minsk ya tenía información sobre la llegada de "más de 200 combatientes para desestabilizar la situación durante la campaña electoral" en el país eslavo. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia expresó su indignación por cómo la situación había sido interpretada.

Según el periódico ruso, "el arresto de 33 rusos en Minsk resultó ser una provocación de los servicios especiales ucranianos". Y en su investigación propia explica por qué.

Rosneft y Venezuela

Según el Komsomólskaya Pravda, algunas personas que se hacían pasar por empleados de la petrolera rusa Rosneft buscaban a varios exmiembros de Wagner. Y les ofrecieron proteger instalaciones petrolíferas en el extranjero.

De acuerdo a la publicación, Artiom Miliáev, quien participó en los enfrentamientos en Donbás (en el este de Ucrania) bajo el seudónimo de Chamán, se ofreció para ayudar y encontrar a 180 personas.

Los reclutados en principio debían trabajar en proyectos de Rosneft en Venezuela, a donde viajarían haciendo escala en Minsk. Fueron divididos en cinco grupos, y el primero planeaba ir a Minsk el 24 de julio.

"La primera partida, de Chamán, estaba compuesta principalmente por personas que habían tenido previamente la ciudadanía ucraniana y luchado en Donbás. Se le unió Andréi Bakunóvich, que ya había estado en Minsk", relata el artículo del periódico ruso.

El 25 de julio el grupo iba a cubrir la ruta Estambul-La Habana-Caracas, mientras que Miliáev recibió copias de los billetes, que, como se descubrió más tarde, se compraron en Ucrania.

"Mientras el grupo de Chamán se preparaba para viajar, sus pasajes a Estambul fueron cancelados y reservados nuevamente para el 30 de julio. Los viajeros ni siquiera fueron informados sobre ello. Sin embargo, mientras el destacamento iba de Moscú a Minsk, la reserva para la mayoría de sus miembros fue también cancelada para el día 30", prosigue el artículo.

Las pistas llevan a Ucrania

El 25 de julio, informaron a Miliáev de que el vuelo se había cancelado y aplazado para el 30 de julio con instrucciones para destruir los antiguos pasajes.

"Al desgarrar los boletos, los rusos estaban destruyendo importantes pruebas que habrían llevado a Lviv y Kiev", según el periódico.

La investigación señala que el 29 de julio el grupo de Miliáev fue detenido por los agentes de seguridad bielorrusos, mientras que Bakunóvich fue detenido por separado. Lo relaciona con el hecho de que Minsk tenía una lista de pasajeros obtenida de Kiev, y sugiere que los servicios especiales bielorrusos estaban en estrecho contacto con los ucranianos tras haber recibido información sobre la llegada de saboteadores.

"Como resultado, podemos afirmar que los servicios de seguridad ucranianos lograron crear un proyecto falso que involucró a 180 ciudadanos de Rusia, entre ellos veteranos de la guerra en Donbás (...) Con esta operación, el Servicio de Seguridad de Ucrania, al parecer, pretendía matar varios pájaros de un tiro: deshacerse de Wagner y tocar de rebote a Rosneft, una de las mayores empresas rusas", asegura el artículo.

Según la investigación, se buscó también perjudicar las relaciones entre Rusia y Bielorrusia y lograr la extradición de los detenidos a Ucrania.

Komsomólskaya Pravda destaca que el material sobre la operación ha sido presentado ante el Comité de Investigación de Rusia.

Lukashenko descarta que las presidenciales deriven en la desestabilización en Bielorrusia

MINSK (Sputnik) — Alexandr Lukashenko, que ocupa la presidencia de Bielorrusia desde 1994, descartó que las elecciones del 9 de agosto, en las que busca una nueva reválida, conduzcan a la desestabilización.

"Nada saldrá del control, se lo garantizo […] Que no les quepa la menor duda, independientemente lo que estén tramando ciertas personas aquí", afirmó Lukashenko tras emitir su voto en un colegio electoral instalado en la sede de la Universidad de Educación Física de Minsk.

El mandatario reveló que en los días recientes, según el Comité de Fronteras, se denegó la entrada en Bielorrusia a 170 personas que "presentaron un visado falso o no podían explicar del todo el motivo de su viaje".

"Hay un control muy riguroso en las fronteras. También reforzamos la vigilancia en la frontera con Rusia, debido a los acontecimientos recientes", dijo el presidente, citado por la agencia oficiosa Belta.

Lukashenko reconoció que las autoridades de Bielorrusia se preparan para "toda clase de opciones", pero descartó que la votación del 9 de agosto dé origen a un grave conflicto interno.

"No podemos subestimar la situación, pero no hay absolutamente ningún motivo para afirmar que el país se vea sumido mañana en el caos, en un conflicto o en una guerra civil", subrayó.

Sobre la relación con Rusia, Lukashenko dijo que "se equivocan quienes piensan que se ha estropeado totalmente". "No hay medios de comunicación ni personal de Wagner que puedan influir en ello", añadió.

El dirigente bielorruso dio a entender que no le importa mucho lo que digan observadores internacionales sobre estas elecciones, a las que precedió una campaña enturbiada por protestas ciudadanas y detenciones de políticos y activistas de la oposición

"No queremos que hablen mal de nosotros, pero partiremos de los intereses del pueblo bielorruso", afirmó.

Para que las elecciones sean válidas, la afluencia a las urnas ha de superar el 50%.

El ganador se decidirá por sufragio directo y secreto y deberá recabar más de la mitad de los apoyos.

La votación transcurre en presencia de unos 250 observadores internacionales.

Hacia las 12:00 (GMT+3),el nivel de participación en las presidenciales de Bielorrusia superó el 54%, incluidos los datos de la votación anticipada que comenzó el 4 de agosto, según la Comisión Electoral Central (CEC).

"Con más del 54% de los electores que acudieron a votar, las elecciones son válidas", anunció la titular de la CEC, Lidia Ermóshina.




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