Costó 700 mil mdp el subsidio a gasolinas
Negocios •
5 Noviembre 2012 - 5:28am — Alberto Verdusco
Altos precios internacionales del petróleo y dólar caro, entre
los factores que jugaron en contra para que autoridades y legisladores
quedaran cortos en las previsiones.
México • El subsidio a la gasolina,
calificado por los expertos como un apoyo regresivo que solo beneficia a
la población con mayor poder adquisitivo, representó un desembolso de
casi 700 mil millones de pesos durante la administración del presidente Felipe Calderón, revelaron datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El mayor costo por este apoyo se dio en 2008, 2011 y en lo que va de 2012, pues en esos tres años se tuvieron que destinar 557 mil 894 millones de pesos, equivalente a casi 80 por ciento de lo que se canalizó en todo el sexenio.
Los altos precios del petróleo, motivados en varias ocasiones por problemas geopolíticos, así como los movimientos del tipo de cambio fueron algunos de los factores que jugaron en contra, pues al gobierno le resultaba más caro importar la gasolina y otros combustibles.
Este tipo de circunstancias fueron poco previstas tanto por las autoridades hacendarias del país como por los legisladores, pues cada año las estimaciones que hicieron por este subsidio terminaron por quedarse cortas respecto a la realidad.
Es el caso de la Ley de Ingresos de la Federación 2012 al prever que el costo por este apoyo rondaría los 51 mil 270 millones de pesos en todo el año, pero al cabo de tres meses el gobierno ya había desembolsado más de esa suma.
El subsidio a la gasolina en 2008 resultó más oneroso que el presupuesto de cualquier ramo administrativo de la Federación lo mismo que en 2011 y 2012, con excepción de la Secretaría de Educación Pública, pues su gasto aprobado sí fue mayor que el apoyo a los combustibles durante esos años.
De acuerdo con los analistas económicos, el alto costo del subsidio resulta un costo de oportunidad pues esos recursos bien podrían canalizarse en otras áreas de mayor prioridad, como infraestructura escolar, hospitalaria y carretera, entre otras que tendrían mayor beneficio, principalmente para la población de menores recursos.
“Gastar ese dinero de manera tan ineficiente impide destinarlo a la solución de problemáticas más urgentes como educación o reducción de pobreza”, consideró el Centro de Investigación para el Desarrollo.
Para el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), la fijación del precio de la gasolina fomenta el alto consumo, causa un agudo costo fiscal y resulta un subsidio altamente regresivo.
“Mientras que los subsidios focalizados, como Progresa-Oportunidades, son frecuentemente progresivos, los generalizados, como la gasolina, son fuertemente regresivos y son más cuantiosos que los primeros”, destacó el CEEY en su estudio el México de 2012.
Debido a la elevación de ese costo, el gobierno federal decidió aplicar la política de deslizamiento al precio de la gasolina que consistió en incrementar mensualmente la tarifa del combustible para buscar acercarse poco a poco a las tarifas internacionales.
El secretario ejecutivo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, José Ángel Gurría, ha dicho que es urgente que el país comience un desmantelamiento de los subsidios al consumo de combustibles fósiles, pues en 2010, mientras los países que conforman el organismo recaudaron 1.6 por ciento del producto interno bruto por concepto de impuestos a los combustibles fósiles, a los vehículos automotores y otros gravámenes ambientales, en México los subsidios a la energía y a la gasolina ascendieron a 0.43 por ciento del PIB.
Sin embargo, para el director general del Instituto Mexicano para la Competitividad, Juan Pardinas, esa medida solo fue para evitar el conflicto político de convencer a los mexicanos de pagar el costo real de la gasolina y canalizar el gasto público en otros rubros donde más se necesita.
El experto dijo que uno de los grandes mitos en torno a ese tema es que la pobreza se reduce vía gasolinas más baratas, lo cual contrasta con lo sucedido en Brasil, nación donde el precio del combustible es 2.5 veces más alto que en México, y donde se logró sacar a 40 millones de personas de la pobreza para ingresar a la clase media entre 2003 y 2011, bajo la batuta del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La misma Secretaría de Hacienda reconoció que apoyar el precio de las gasolinas crea distorsiones en la economía y dado que se importa 40 por ciento de las gasolinas y del diésel que se consume en el país, tener un importe inferior al internacional significa comprar caro en el extranjero y vender barato en la nación.
Al respecto, Pardinas dijo que el caso de la gasolina resulta una paradoja, pues es como si se vendiera el kilogramo de aguacate más caro que el del guacamole.
De acuerdo con Eréndira Avendaño de México Evalúa, los subsidios energéticos son regresivos, pues terminan por beneficiar a la población de mayores recursos por encima de la de menores.
Claves
Alta demanda
-Según la Prospectiva de Petrolíferos de la Secretaría de Energía (Sener), hacia 2026 México duplicará el volumen de gasolinas que actualmente compra en el extranjero.
-La Sener afirma que la creciente demanda nacional que no podrá cubrir ni con la incorporación productiva de la nueva refinería Bicentenario que se construirá en Tula, Hidalgo.
-Al término de este 2012 se habrán importado 325 mil 400 barriles diarios de combustible, no obstante, en 14 años, esta cifra se habrá incrementado 104 por ciento, pronostica la secretaría en su documento estratégico.
El mayor costo por este apoyo se dio en 2008, 2011 y en lo que va de 2012, pues en esos tres años se tuvieron que destinar 557 mil 894 millones de pesos, equivalente a casi 80 por ciento de lo que se canalizó en todo el sexenio.
Los altos precios del petróleo, motivados en varias ocasiones por problemas geopolíticos, así como los movimientos del tipo de cambio fueron algunos de los factores que jugaron en contra, pues al gobierno le resultaba más caro importar la gasolina y otros combustibles.
Este tipo de circunstancias fueron poco previstas tanto por las autoridades hacendarias del país como por los legisladores, pues cada año las estimaciones que hicieron por este subsidio terminaron por quedarse cortas respecto a la realidad.
Es el caso de la Ley de Ingresos de la Federación 2012 al prever que el costo por este apoyo rondaría los 51 mil 270 millones de pesos en todo el año, pero al cabo de tres meses el gobierno ya había desembolsado más de esa suma.
El subsidio a la gasolina en 2008 resultó más oneroso que el presupuesto de cualquier ramo administrativo de la Federación lo mismo que en 2011 y 2012, con excepción de la Secretaría de Educación Pública, pues su gasto aprobado sí fue mayor que el apoyo a los combustibles durante esos años.
De acuerdo con los analistas económicos, el alto costo del subsidio resulta un costo de oportunidad pues esos recursos bien podrían canalizarse en otras áreas de mayor prioridad, como infraestructura escolar, hospitalaria y carretera, entre otras que tendrían mayor beneficio, principalmente para la población de menores recursos.
“Gastar ese dinero de manera tan ineficiente impide destinarlo a la solución de problemáticas más urgentes como educación o reducción de pobreza”, consideró el Centro de Investigación para el Desarrollo.
Para el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), la fijación del precio de la gasolina fomenta el alto consumo, causa un agudo costo fiscal y resulta un subsidio altamente regresivo.
“Mientras que los subsidios focalizados, como Progresa-Oportunidades, son frecuentemente progresivos, los generalizados, como la gasolina, son fuertemente regresivos y son más cuantiosos que los primeros”, destacó el CEEY en su estudio el México de 2012.
Debido a la elevación de ese costo, el gobierno federal decidió aplicar la política de deslizamiento al precio de la gasolina que consistió en incrementar mensualmente la tarifa del combustible para buscar acercarse poco a poco a las tarifas internacionales.
El secretario ejecutivo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, José Ángel Gurría, ha dicho que es urgente que el país comience un desmantelamiento de los subsidios al consumo de combustibles fósiles, pues en 2010, mientras los países que conforman el organismo recaudaron 1.6 por ciento del producto interno bruto por concepto de impuestos a los combustibles fósiles, a los vehículos automotores y otros gravámenes ambientales, en México los subsidios a la energía y a la gasolina ascendieron a 0.43 por ciento del PIB.
Sin embargo, para el director general del Instituto Mexicano para la Competitividad, Juan Pardinas, esa medida solo fue para evitar el conflicto político de convencer a los mexicanos de pagar el costo real de la gasolina y canalizar el gasto público en otros rubros donde más se necesita.
El experto dijo que uno de los grandes mitos en torno a ese tema es que la pobreza se reduce vía gasolinas más baratas, lo cual contrasta con lo sucedido en Brasil, nación donde el precio del combustible es 2.5 veces más alto que en México, y donde se logró sacar a 40 millones de personas de la pobreza para ingresar a la clase media entre 2003 y 2011, bajo la batuta del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La misma Secretaría de Hacienda reconoció que apoyar el precio de las gasolinas crea distorsiones en la economía y dado que se importa 40 por ciento de las gasolinas y del diésel que se consume en el país, tener un importe inferior al internacional significa comprar caro en el extranjero y vender barato en la nación.
Al respecto, Pardinas dijo que el caso de la gasolina resulta una paradoja, pues es como si se vendiera el kilogramo de aguacate más caro que el del guacamole.
De acuerdo con Eréndira Avendaño de México Evalúa, los subsidios energéticos son regresivos, pues terminan por beneficiar a la población de mayores recursos por encima de la de menores.
Claves
Alta demanda
-Según la Prospectiva de Petrolíferos de la Secretaría de Energía (Sener), hacia 2026 México duplicará el volumen de gasolinas que actualmente compra en el extranjero.
-La Sener afirma que la creciente demanda nacional que no podrá cubrir ni con la incorporación productiva de la nueva refinería Bicentenario que se construirá en Tula, Hidalgo.
-Al término de este 2012 se habrán importado 325 mil 400 barriles diarios de combustible, no obstante, en 14 años, esta cifra se habrá incrementado 104 por ciento, pronostica la secretaría en su documento estratégico.
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