lunes, 5 de noviembre de 2012

Un segundo sospechoso por las filtraciones del Vaticano será juzgado

Un segundo sospechoso por las filtraciones del Vaticano será juzgado

El empleado informático Claudio Sciarpelletti será sometido a un proceso que podría dar luz al robo de documentos en la Santa Sede


















Las filtraciones de documentos del Vaticano causaron un escándalo de corrupción y lucha por el poder en la sede del catolicismo (EFE).
Las filtraciones de documentos del Vaticano causaron un escándalo de corrupción y lucha por el poder en la sede del catolicismo (EFE).
Lo más importante
  • El empleado Claudio Sciarpelletti será sometido a juicio el lunes por el caso 'VatiLeaks'
  • El experto informático es acusado de ayudar al exmayordomo papal Paolo Gabriele
  • Gabriele fue condenado a 18 meses de cárcel por robar documentos confidenciales

El exmayordomo del papa Benedicto XVI es encarcelado
EL VATICANO (Reuters) — Un experto informático del Vaticano será juzgado este lunes, lo cual podría arrojar luz sobre si el antiguo mayordomo del Papa Benedicto XVI actuó solo cuando filtró documentos clasificados o fue un operador en una lucha de poder más amplia.
Claudio Sciarpelletti está acusado de ayudar e instigar al mayordomo, Paolo Gabriele, que en octubre fue condenado a 18 meses de prisión por robo agravado.
Sciarpelletti, de 48 años, pasó una noche en una celda del Vaticano el 25 de mayo, dos días después de que Gabriele fuera arrestado cuando la policía registró su vivienda y encontró muchas copias de documentos papales, algunos de los cuales hablaban de luchas internas en la corte papal y corrupción en las altas instancias de la Iglesia católica.
Gabriele, uno de los asistentes más próximos de la residencia papal, admitió haber filtrado los documentos a la prensa en lo que dijo que fue un intento de revelar la corrupción y el "mal" en la sede del catolicismo, que tiene 1,200 millones de creyentes.
Responsables vaticanos, deseosos de acabar con el episodio, afirman que el papel de Sciarpelletti fue marginal y esperan que el juicio, que se realizará en la misma sala pequeña que el del exmayordomo, sea aún más rápido que aquel, que duró solo cuatro sesiones.
Cuando la Policía vaticana registró el despacho de Sciarpelletti en la Secretaría de Estado —el centro administrativo de la Santa Sede—, encontró un sobre cerrado dirigido a Gabriele que decía "personal".
En él había documentos sobre un capítulo de un libro que denuncia corrupción e intrigas en el Vaticano escrito por el periodista italiano Gianluigi Nuzzi, que recibió documentos confidenciales de Gabriele.
En cuatro sesiones de interrogatorios en mayo y junio, Sciarpelletti dio respuestas "vacilantes y contradictorias", según un documento judicial.
En la noche de su arresto, dijo que solo tenía "una relación laboral con Gabriele". Luego dijo que eran amigos y que sus familias habían salido juntas, y que sabía que Gabriele tuvo una infancia muy difícil.
Sospechosos, en nombres clave
Sciarpelletti declaró primero que Gabriele le dio el sobre. Luego afirmó que se lo había dado alguien en el Vaticano identificado solo como "W" en documentos judiciales, y posteriormente, que se lo había dado alguien identificado como "X".
No está claro si X o W son clérigos o seglares que trabajan en el Vaticano.
Inicialmente los fiscales pensaron acusar a Sciarpelletti de ser cómplice directo de robo agravado, violación de secretos estatales y obstrucción de la justicia, pero luego lo rebajaron a colaboración e incitación.
Entre los testigos que se espera que intervengan se encuentran Gabriele; monseñor Carlo Polvani, superior de Sciarpelletti en la Secretaría de Estado; el mayor William Kloter, número dos de la Guardia Suiza; y dos responsables de la seguridad del Vaticano, entre ellos el comandante de la policía, Domenico Giani.
Sciarpelletti podría ser condenado a hasta un año de cárcel, aunque se espera que salga con una sentencia leve o incluso una multa.
Al final del juicio a Gabriele, algunos comentaristas criticaron al juez por no seguir con otras líneas de interrogatorio sobre quién "influyó" en el mayordomo, dejando muchas sospechas y dudas en el aire.
Observadores del Vaticano se muestran escépticos de que un mayordomo pudiera haber actuado totalmente solo y sugieren que pudo ser obligado a asumir las culpas para ocultar a actores más importantes en la Santa Sede.
Poca gente conoce el aspecto de Sciarpelletti ya que trabajaba en las oficinas, mientras que Gabriele como mayordomo del Papa iba siempre con él.
El juicio será cubierto por un grupo de periodistas, pero el tribunal ha prohibido la presencia de fotógrafos y televisión.

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