Reforma Laboral, los arreglos del poder (Primera Parte)
Escrito por Jenaro Villamil el 04 noviembre 2012 a las 4:00 pm
Reportaje original publicado en Proceso No. 1879.
En
medio de la disputa entre las dos cámaras del Congreso de la Unión por
las modificaciones a la reforma laboral y las diferencias que afloraron
entre los coordinadores de las bancadas priistas, Manlio Fabio Beltrones
en Cámara de Diputados, y Emilio Gamboa Patrón, en el Senado, los
equipos de transición de Enrique Peña Nieto y del presidente saliente
Felipe Calderón llegaron a un arreglo político para evitar que la
iniciativa se “enfriara” en San Lázaro y para que se apruebe y promulgue
antes de que termine el sexenio.
Los equipos de Enrique Peña Nieto y
Calderón se reunieron para aclarar que más del 90 por ciento de la
reforma se había aprobado y debía ser promulgada, al tiempo que el
responsable del equipo de transición para la reforma laboral, Alfonso
Navarrete Prida negoció y operó con los coordinadores Beltrones y Gamboa
Patrón para aclarar que Peña Nieto “no tiene pensado presentar una
iniciativa distinta” al asumir la presidencia de la República.
Consultado por Proceso, Navarrete
Prida confirmó que existió esta reunión con los ambos coordinadores el
30 de octubre y que desde el equipo peñista la posición es que “lo
aprobado en ambas cámaras satisface las prioridades” de una reforma
laboral.
“Esta
reforma contribuirá al crecimiento económico del país; generará mayores
empleos formales; y plantea un equilibrio entre los distintos factores
de la producción: empresarios, autoridades y trabajadores”, enumeró
Navarrete Prida al enumerar las “prioridades y expectativas” de la
reforma.
-¿Va a enviar otra iniciativa de reforma laboral Peña Nieto? –se le cuestionó.
-El presidente electo no tiene pensado
enviar una iniciativa distinta. Peña Nieto lo que tiene interés es que
se concrete la reforma laboral, que se discuta en ambas cámaras bajo el
principio de respeto al artículo 123 constitucional y que no se haga una
reforma por lucro, vanidad o cálculo político.
-¿Aunque haya perdido su carácter de iniciativa preferente?
-Para el presidente electo éste no es un
tema a discusión. La parte que está aprobada en ambas cámaras es más
del 90 por ciento de la iniciativa. Lo importante es que se publique, al
margen de que se llame preferente o no.
Ex procurador del Estado de México en el
gobierno de Arturo Montiel y al inicio de la administración peñista,
Navarrete Prida también insistió que “hay una iniciativa que ya pasó por
ambas cámaras, que está en pleno tránsito legislativo conforme a la
Constitución, el artículo 71 y 72 de la Constitución, que ya tiene una
aprobación de más del 90 por ciento, que legalmente ya no se puede
volver a discutir”.
Bloque Legislativo PAN-PRD
En medio de estos arreglos políticos
entre el peñismo y los coordinadores de las bancadas del PRI en el
Congreso, el PRD y el PAN anunciaron que mantendrán un “bloque
legislativo” no sólo para el tema de la reforma laboral sino “para todo
el sexenio” entrante, tal como afirmó el presidente panista Gustavo A.
Madero.
Alentados por el resultado de la alianza
que concretaron en el Senado para incorporar 4 cambios a la minuta
proveniente de la Cámara de Diputados por una mayoría de 66 votos contra
62 del bloque PRI-PVEM, los opositores del blanquiazul y del perredismo
afirmaron que frente al próximo sexenio “no hay una fuerza dueña del
país, de modo que los acuerdos tendrán que ser asumidos por las
distintas organizaciones políticas, no una sola”.
A la reunión en un restaurante de la
Ciudad de México, asistieron Ernesto Cordero, Luis Alberto Villarreal y
Gustavo Madero, por el PAN, así como Jesús Zambrano, Silvano Aureoles,
Miguel Barbosa, Dolores Padierna y Alejandra Barrales, por el PRD, y el
ex regente capitalino Manuel Camacho Solís, actual senador por el
Movimiento Ciudadano. De última hora, ninguno de los cinco senadores
del PT decidió acudir al encuentro.
Ambas fuerzas acordaron que el bloque
legislativo tendrá como objetivo “ser un contrapeso contra excesos de
autoritarismo que pretendan una regresión a prácticas absolutistas” y
que no sólo será para el tema de la reforma laboral sino “para todo el
siguiente sexenio”, según Gustavo Madero, dirigente nacional panista.
Consultados por Proceso, algunos
de los asistentes consideraron que tanto para el PAN como para el PRD
es importante la conformación de esta alianza porque “al PAN ya no lo
condenan como partido a estar aterido a Peña Nieto, a pesar de los
acuerdos con Calderón”, mientras que “el PRD ya no se limitará a ser una
oposición testimonial y podrá incidir en las iniciativas legislativas”.
Especialmente, al PAN le interesa la
alianza en materia de anticorrupción, mientras que el PRD buscará
incidir para frenar una reforma energética, tal como la ha planteado el
equipo de Peña Nieto.
La conformación del bloque legislativo
PAN-PRD se gestó justamente en el Senado de la República, cuando la ex
asambleísta capitalina Alejandra Barrales y el ex secretario del Trabajo
calderonista Javier Lozano, ambos secretarios en la Comisión del
Trabajo presidida por el priista Ernesto Gándara Camou, comenzaron una
serie de negociaciones para cambiar la minuta de la reforma laboral
proveniente de la Cámara de Diputados.
Al PAN le interesaba incorporar los
temas de transparencia y democracia sindical que fueron eliminados en la
votación de San Lázaro, mientras el bloque de legisladores de
izquierda, si bien votaron en contra de la reforma, en lo general,
acordaron impulsar los temas de Acción Nacional, a cambio de que se
aprobara el 388-bis.
El bloque de ambos partidos provocó que
fracasara la operación política planeada por Emilio Gamboa Patrón,
coordinador de los senadores del PRI, para que la minuta se aprobara “en
sus términos”, sin ninguna modificación.
Distintos legisladores y testigos de la negociación confirmaron a Proceso que
Gamboa se concentró en convencer, mediante dinero o prebendas como el
reparto de comisiones, a los senadores del PT y a otros legisladores
para que no se unieran al bloque de PAN-PRD. Fueron cuatro votos claves
que modificaron la correlación de fuerzas en el Senado.
La alianza también generó inconformidad
entre los representantes empresariales. Una semana antes de que se
votara en el Senado, el dirigente del CCE, Gerardo Gutiérrez Candiani, y
el abogado empresarial Tomás Natividad, presionaron a los legisladores
del PRD y del PAN para que aprobaran la minuta proveniente de la Cámara
de Diputados “sin modificar una sola coma”.
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