IEE, UN APARATO DE RETROCESOS

En un acto sin precedentes, ayer los nuevos integrantes del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Puebla (IEE) tuvieron su primera reunión, en privado, sin convocar a los medios de comunicación, e incluso prescindiendo de sus auxiliares y personal administrativo.
Aunque se explicó que se trató de un encuentro con carácter de informal, lo cierto es que el hecho abona al enorme desprestigio que tiene el organismo comicial tras la vergonzante manera en que los nuevos consejeros fueron designados por el pleno del Congreso local.
Lo peor es que esa percepción negativa sobre el IEE no es nueva, pues desde su fundación el instituto ha sido severamente cuestionado y en todo este tiempo sus diferentes miembros –salvo honradas excepciones– se han comportado como empleados de una oficialía de partes del gobierno en turno.
Lo sucedido ayer también deja un mal sabor de boca en la perspectiva del proceso electoral mediante el cual el año entrante se renovarán el Poder Legislativo y los 217 ayuntamientos de la entidad, pues no hay garantías de confianza para la ciudadanía con comportamientos que, lejos de aportar a la democratización y la transparencia, se inscriben en viejos hábitos patrimonialistas y opacos.
No hay duda ya de que Puebla se encuentra en una vía regresiva y que los costos que se están pagando ahora seguramente serán más elevados en el futuro, pues no hay vocación en los grupos de poder de cambiar las cosas para hacer realidad en la entidad la democracia y el imperio de los valores ciudadanos.