El Despertar
Reflujo y perseverancia política
José Agustín Ortiz Pinchetti
L
a causa democrática
vive un reflujo. Una oleada de propaganda quiere convertir la
instalación del régimen de Peña en el arranque de una nueva época.
Quienes han luchado por la modernización de nuestra vida pública padecen
desaliento. No sólo se impuso el fraude sino que buena parte de la
población ve inevitable una nueva hegemonía del PRI. Casi la unanimidad
de los medios, multitud de aliados, académicos, opinadores y nostálgicos
del viejo sistema parecen decididos a recrear la ilusión en una
prosperidad autoritaria que se atribuye al PRI-gobierno.
El genuino sector progresista no sólo puede superar sino aprovechar
la depresión. La depresión, cuando es moderada, nos obliga a sacar
nuestra realidad y nuestra creatividad. Mauricio de Maria me contaba que
un viejo político le aconsejó qué hacer ante un quebranto en la vida
pública: hay que actuar como cuando nos amenaza una gran ola marítima: no hay que enfrentarla ni huir de ella; debemos zambullirnos en la base y dejar que pase sobre nosotros, reviente y se disuelva. Peña ha propuesto un programa tan ambicioso como inconsistente. No tiene estructura legal, ni tiempos ni se habla de los recursos financieros: buenos deseos, en parte plagio de la propuesta obradorista. Miren quiénes son sus operadores: personajes autoritarios. ¿Cómo pueden trabajar por la democratización? En el área económica va un equipo salinista defensor de los intereses de la oligarquía y la visión fundamentalista de la tecnocracia. Peña va tras la renta petrolera y una reforma fiscal que no afecte a los intereses de los grupos que lo llevaron al poder. Las dirigencias de los partidos políticos (pretendidamente) opositores están apoyando a Peña, lo que es suicida para ellos. AMLO y su movimiento deben profundizar sus trabajos con firmeza y constancia, en la ejecución de los propósitos definidos y estructurados con mucho tiempo de anticipación.
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