Andrés Manuel ¡eres culpable!
Esto
es lo curioso de todo el caso. El IFE acusa a López Obrador, pero
exonera al PRI. Y lo curioso en todo esto es el lenguaje utilizado. En
el primer caso, van por una persona, en el segundo liberan de culpa a un
partido. Como si de repente López Obrador fuera contador, contralor,
cajero, tesorero, y los priístas unas hermanas de la caridad. Una
persona culpable contra todos inocentes. Esto es Kafkiano hasta la
médula.
La diferencia estriba en el hecho que
el ex candidato de la izquierda está lejos de ser K. Él sí conoce al
sistema que lo acusa. De repente los Priístas millonarios con castillos
en Francia, propiedades donadas, algunos de ellos con una declaración
patrimonial en extremo ridícula como los fariseos, ¡se rasgan las
vestiduras!
Todo el sistema al que juramos no regresar vuelve a las andadas. Y háganle como quieran. Dicen estos señores. Que al fin y al cabo ustedes son los pendejos, ustedes nos eligieron.
Y se tienen que aguantar, porque somos
gobierno. Exactamente. El mismo gobierno de Echeverría, Díaz Ordaz,
Salinas, pero remasterizado. La evidencia se acumula. El dinosaurio
empieza a dar coletazos. No tardan en aplicarnos a todos la disolución social.
Resulta harto ilustrativo que este
asunto se personalice. Los pinta de cuerpo entero. Al igual que el
desafuero esta medida apesta a política de la baja. ¿De modo que usted
nos exhibió? ¡Aquí le va esta pa’ que se eduque! Tenemos que mostrarle
quien es el que manda. Fíjese que hasta sus ex amigos los Chuchos ya
firmaron el pacto. Y los panistas ¡ha! ¡Los panistas! Me recuerdan a las
muchachas provincianas que vienen a la capital. Con muchas ganas pero
inocentes. Ni cuenta se dan cuando ya las tenemos bien ensartenes .
Ya cuando se quieren quejar no pueden
arrepentirse. Y en este pueblo de pelados, ahora dejemos que avance la
rumorología. Señores, ¡mostremos al mundo quien es este tipo! Nosotros
nunca nos excedimos en los gastos de campaña, eso es parte de la guerra
sucia que han desatado nuestros enemigos. Todo entra dentro de la
normatividad (que para eso la inventamos nosotros) pero, ¡cuidado con
tratar de utilizar nuestra normatividad! Solamente los priístas pura
sangre como nosotros podemos utilizarla.
Ya nos resultaba bastante sospechoso que
ese tipo, el candidato de las izquierdas, no gastara tanto. Algo
ocultaba. ¡Y hoy lo hemos comprobado!
Lo de nosotros no es robar, es utilizar
de manera generosa el patrimonio del pueblo, que al último se lo
regresamos en programitas cerca de las elecciones.
¡Pero ese! ¡Ese las paga! Un político decente. ¡Faltaba más!
Andrés Manuel, solo en México. Eres culpable.
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