“Monstruosidad legal”, “Capricho”, llaman Ciro y Marín a la Ley de Víctimas
Para Ciro Gómez Leyva, en Milenio, hay demasiados “peros” en la promulgación de la Ley General de Víctimas.
Un “pero”, que Felipe Calderón, a diferencia de Enrique Peña Nieto, no la promulgó, sino que la combatió, a pesar de su conveniencia política, porque “tenía graves errores”, porque “era una mala ley en un tema especialmente delicado”, porque (cita a Alejandro Martí) “no aprueba el control de constitucionalidad, ya que en diversas disposiciones se contrapone con principios constitucionales”.
Como, según Gómez Leyva, Peña Nieto sabe todo eso, le desea que no termine pagando el “costo de una monstruosidad legal”.
En el mismo diario, Carlos Marín, opina que Peña Nieto debió haber evitado “la complacencia”, pero no lo hizo para cumplir un capricho. ¿De quién? Seguramente el columnista se refiere a Javier Sicilia, pero en el colmo de la cobardía no lo menciona.
Es sintomático que los directivos periodísticos principales del diario, Milenio, que más apoyó la guerra perdida de Calderón sean especialmente críticos de algo tan necesario como la Ley General de Víctimas.
Un “pero”, que Felipe Calderón, a diferencia de Enrique Peña Nieto, no la promulgó, sino que la combatió, a pesar de su conveniencia política, porque “tenía graves errores”, porque “era una mala ley en un tema especialmente delicado”, porque (cita a Alejandro Martí) “no aprueba el control de constitucionalidad, ya que en diversas disposiciones se contrapone con principios constitucionales”.
Como, según Gómez Leyva, Peña Nieto sabe todo eso, le desea que no termine pagando el “costo de una monstruosidad legal”.
En el mismo diario, Carlos Marín, opina que Peña Nieto debió haber evitado “la complacencia”, pero no lo hizo para cumplir un capricho. ¿De quién? Seguramente el columnista se refiere a Javier Sicilia, pero en el colmo de la cobardía no lo menciona.
Es sintomático que los directivos periodísticos principales del diario, Milenio, que más apoyó la guerra perdida de Calderón sean especialmente críticos de algo tan necesario como la Ley General de Víctimas.
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