IFAI: una comparecencia contra la opacidad
Comisionados exhiben crisis del IFAI ante senadores.
Foto: Eduardo Miranda
Foto: Eduardo Miranda
El tedio de los datos estadísticos y las relatorías de resultados con que pretendían minimizar los conflictos internos quedaron fuera de la discusión, cuando finalmente, la senadora perredista Angélica de la Peña cuestionó a los comisionados Ángel Trinidad Zaldívar y Jacqueline Peschard Mariscal, sobre la supuesta admisión del uso de alias por parte de su par, Sigrid Arzt Colunga, en que se basa el presunto conflicto de intereses en que habría incurrido.
Mientras De la Peña articulaba su pregunta, Trinidad asentía con firmeza; Peschard, la mirada clavada en la senadora, permanecía inmóvil.
“Ratifico todo lo que dije”, expresó Trinidad, a quien siguió Peschard con un frío “sí”.
Arzt, a su lado, el rostro endurecido.
El cuestionamiento era grave, pero la respuesta lo fue más. Arzt había rechazado haber utilizado alias para tramitar solicitudes de información y haber votado en los recursos relativos a estas. El caso “Piedras Verdes”, dado a conocer en enero por Trinidad Zaldívar, la colocaba hoy contra la pared en el salón 5 de la sede parlamentaria.
“Niego haber generado esas solicitudes”, respondió momentos antes al senador Armando Ríos Piter, quien replanteó su pregunta.
–¿Salieron de su computadora? –espetó el legislador a Sigrid Arzt que daba vueltas al asunto.
–Es una respuesta de sí o no, cualquiera de las dos respuestas me dejará satisfecho –instigó el senador.
–Sí salieron, según sabemos, pero niego haberlos generado yo –dijo ya, venida, la comisionada.
El 21 de enero, al elegirse al nuevo presidente del IFAI, Ángel Trinidad Zaldívar expuso un “voto razonado” en el que evidenció diferentes aspectos de la descomposición del IFAI, como los viajes internacionales, el rezago en las resoluciones, la ignorancia y frivolidad de Gerardo Laveaga y, la investigación por conflicto de intereses que implicaba a la comisionada Arzt.
Hoy, ante las comisiones unidas de Gobernación, Anticorrupción y Participación Ciudadana, la información que se había negado transparentar en las semanas recientes fluyó ante la presión legislativa.
De acuerdo con lo expuesto por Sigrid Arzt, apenas el 7 de febrero pasado empezaron las diligencias. Todo inició por un correo anónimo recibido el 28 de octubre, pero fue hasta el 28 de enero, cuando ya siendo presidente del IFAI, Gerardo Laveaga se le entregó el informe “Piedras Verdes”.
Arzt hizo notar con esa mención de las fechas, que en la recta final de la presidencia de Peschard, no se actuó al respecto, e inclusive, sostuvo que no dimensionó lo que ocurría. Peschard, que momentos antes había pedido “borrón y cuenta nueva”, quedó en evidencia.
Para Arzt, su compañera hoy expresidenta, no dimensionó lo ocurrido sino que además, no consultó a un tercero especializado sobre el reporte que el titular de informática del Instituto, había integrado, defendiendo en todo momento la seguridad informática que a decir de Arzt está comprometida.
Las evasivas de Peschard quedaron claras hasta la intervención de Arzt. Peschard aseguraba que ni siquiera sabían si seguían en trámite algunos recursos relacionados con los alias del conflicto.
“Cuando recibimos un correo anónimo sobre las solicitudes que supuestamente había hecho Sigrid, se hizo un reporte de incidente de vulnerabilidad informática. No podían darle valor probatorio a un correo anónimo. Seguimos resolviendo recursos, inclusive por aquellos pseudónimos, tendríamos que revisar”, dijo Peschard.
Pero Sigrid no estaba dispuesta a dejar todo así y reveló que los sistemas del IFAI eliminan las direcciones IP cada 24 horas, por lo que se hacía imposible el rastreo.
Por su parte, Ángel Trinidad expuso que no había intereses políticos ni despecho por la elección del presidente del organismo y que, si se esperó hasta después de la votación para hacer público lo que sucedía, era porque no quería parecer que estaba descalificando a la, hasta entonces única oponente, es decir, Sigrid Arzt.
Cambios de nombres
Hace un mes, cuando Ángel Trinidad hizo su “voto razonado”, Gerardo Laveaga lo minimizó: luego de llamarlo José Ángel, motivando un reclamo, Laveaga dijo a reporteros que lo más importante que había dicho Trinidad era la corrección por su nombre.
Ninguno esperó verse hoy sometido al escrutinio de los senadores ni que los comentarios de Trinidad atraerían atención sobre viajes, gastos, contratos… y que ahora, fuera el senador Pablo Escudero, quien le cambiara el nombre a María Elena Pérez-Jaén, por Pérez-Jan o que la senadora Angélica de la Peña se refiriera a Jacqueline Pechars.
Esta vez, como aquella, el cambio de nombres no fue lo más importante y, aunque los cinco comisionados intentaban insistir en los aspectos positivos del IFAI, los senadores ya estaban en la línea de los cuestionamientos.
Entre estadísticas sobre solicitudes de información y consultas al Portal del Obligaciones de Transparencia, el vencimiento de inercias del pasado autoritario, la aportación a la democracia y a los derechos humanos y en fin, todo aquello que mencionan en sus boletines de prensa, topó con la intervención del senador Alejandro Encinas:
“Ahora resulta que no pasó nada, que todo es resultado de la normalidad democrática en un proceso sucesorio”.
Encinas hizo un recuento: viajes internacionales que no se justifican; gastos bajo indagatoria en bienes muebles e inmuebles; uso de alias por parte de una comisionada… el problema de fondo, según Encinas, era la pérdida de la colegialidad.
Y es que momentos antes, Peschard como sus pares, habían sostenido que el IFAI seguía trabajando con normalidad, e inclusive, en respuesta a la senadora del PANL, Mónica Arreola, Peschard aseguró, como si de terapia de trabajo se tratara, que la forma de resolver el conflicto, era resolver más asuntos en las ponencias.
“Los dimes y diretes tienen peso y responsabilidad de carácter público. La denuncia de integrantes de este órgano respecto a la labor de otros integrantes debe precisarse y el debate que nos trae ahora, no busca desconocer los avances al derecho a la información”, expuso Encinas.
En su oportunidad, Laveaga, con grandilocuencia, fijó un posicionamiento sobre la importancia del IFAI y se comprometió a no interrumpir la marcha del organismo destacando su carácter ciudadano.
“Los comisionados que hoy forman parte del instituto tenemos personalidades muy fuertes y enfoque distintos de la realidad, ponemos el énfasis de nuestro análisis en valores republicanos, algunos de los cuales suelen contrapuntearse, pero esto no es un obstáculo para cumplir nuestro cometido sino al contrario una garantía de pluralidad. Podemos procesar nuestra diferencias, cierto, pero no desconocerlas. En lo personal, considero una distinción trabajar con mis cuatro colegas de los que siempre tengo mucho que aprender. Gracias por invitarnos a dialogar con ustedes”.
Fue el mismo Encinas quien recordó a Laveaga que no son ciudadanos comunes sino servidores públicos; que las diferencias expuestas son de interés público; y que no se trataba de un diálogo, sino de una comparecencia.
Las razones de Arzt
Los cuestionamientos a Sigrid Arzt desde que fue electa comisionada fueron abordados por ella misma. Cuestionada como está, no dudó hasta en rechazar que el IFAI esté en crisis y luego se justificó.
A decir de la comisionada, el 99 por ciento de las votaciones ha ido con la mayoría de los comisionados y que sólo ha votado en contra cuando se trata de la identidad de miembros de las fuerzas de seguridad. Inclusive, dijo que se había excusado en algunos casos por tratarse de asuntos en los que ella fungía como funcionaria de seguridad en el gobierno federal.
Además, admitió que desde que su llegada al IFAI, su perfil fue cuestionado por su vinculación con las áreas de seguridad, pero puso énfasis en que como fundadora del organismo ciudadano Democracia, Derechos Humanos y Seguridad fue usuaria muchas veces. Con esos atributos, la comisionada cerró lo relativo a su perfil.
Hasta ahí se notaron las divergencias. Para Jacqueline Peschard, es ingenuo decir que el IFAI no está en crisis.
Para entonces, la comparecencia se había vuelto una sesión de autoafirmación curricular. Cada uno de los comisionados, en especial las damas, aprovechaban toda oportunidad para destacar su currículo: Peschard recordó su paso por el IFE y su permanencia en el IFAI; Sigrid que hacía solicitudes de información antes de ser comisionada…
Pero María Elena Pérez-Jaén fue más allá. Preparó una carpeta repleta de datos sobre su gestión y, a un cuestionamiento de la senadora Ana Gabriela Guevara, dijo que ella, es decir, Pérez Jaén, también era conocida como velocista por la rapidez con que resolvía recursos.
Inclusive, hasta se comparó con Peschard, de quien admitió que lleva más tiempo en el IFAI pero argumentó que por haber estado ella antes en el organismo homólogo en el Distrito Federal, era la decana… y así siguió.
Vencidos por el Senado
El salón estaba repleto. Aunque en su mayoría los cuestionamientos de los senadores ponían en aprietos a los comisionados del IFAI, hubo voces disidentes. Ahí estaba el panista Héctor Larios, quien se pronunció por no llamar a organismos como el IFAI a comparecer. La posición fue compartida por la senadora Ana Lilia Herrera.
Pero en general, aun los senadores más polémicos permanecieron en un absoluto silencio. Ahí estaba Javier Lozano Alarcón, excompañero de generación de Laveaga en la Escuela Libre de Derecho, concentrado en su celular y su tablet; también, Roberto Gil Zuarth, que no emitió comentario. El panismo, no parecía tener posición frente a los comisionados.
Como sea, la comparecencia transcurrió entre evasivas y justificaciones. Cuando Ana Gabriela Guevara denunció que habían borrado información sensible de la página del IFAI, nadie le respondió; cuando Arely Gómez preguntó a Zaldívar a qué se refería con rezago, éste sacó la definición de la Rea Academia Española, pero no explicó el rezago de los comisionados.
E inclusive, cuando salió a relucir el asunto de los viajes, los criterios fueron explicado por Pérez-Jaén, hasta que el senador Pablo Escudero, el principal interesado en la comparecencia, señaló un dato peculiar: un informe pormenorizado en un viaje a Hong Kong y apenas seis líneas de un viaje a Macao. El asunto se zanjó a medias, cuando el senador llamó la atención de Pérez-Jaén por su informe tan escueto.
Y no fue lo único: por ahí salió a relucir la licitación para contratar un outsourcing millonario por servicios de asesoría y consultoría; los gastos para adquirir el inmueble de Insurgentes Sur; y más de los viajes internacionales, que según Peschard a veces se cubren por quien emite la invitación.
Al final, los senadores se dieron por satisfechos con las respuestas, aunque por lo visto no con la situación. Pese a todo, un consenso si había entre los comisionados: que no los dejen sin empleo. Durante sus respectivas exposiciones, cada uno expuso que renovar el pleno no era la forma adecuada de resolver el conflicto y que hacerlo dañaría la credibilidad del IFAI.
Sólo Trinidad Zaldívar apuntó que se debe evaluar el conocimiento técnico y el compromiso ético de quienes integran el organismo.
Así acabó la comparecencia, y ya vencida por los cuestionamientos y las contradicciones, Peschard fue quien terminó por aceptar: “si están lastimadas nuestras relaciones”.
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