Y los demás, ¿cuándo?
Si Calderón hubiera metido a Elba Esther a la cárcel, ¿usted habría olvidado las atrocidades que se le imputan a su gobierno?
Salinas de Gortari encarceló a Joaquín Hernández
Galicia “La Quina”, y por ello ¿pasaría por alto la enorme estela de
corrupción que dejó a su paso?
La detención de Elba Esther Gordillo no debe hacernos
perder de vista lo que está detrás de la cortina de humo. No hay
mexicano honesto que pueda sentirse afectado por la detención de la
lideresa de los maestros, pero este dulce bocado de justicia no puede y
no debe hacernos perder la memoria.
Al priismo no pareció disgustarle el nivel de
corrupción de Elba Esther. Siempre que pudo se alió con ella, tanto en
comicios locales como en elecciones federales. En el pasado reciente, el
partido de la maestra, Nueva Alianza, postuló a un candidato diseñado
para restar votos a la oposición y con ello beneficiar al PRI.
Parece que cae en el olvido que Gordillo proviene de
las filas de ese partido, del que se enemistó en las elecciones
federales del 2006 cuando rompió abruptamente con Roberto Madrazo
Pintado. Se alió entonces a Calderón Hinojosa con el único fin de
sepultar al priista, y de paso a López Obrador.
Por eso la detención, aunque justa, no deja de ser un
acto político, que busca legitimar a Peña Nieto, justo en el momento de
la discusión que se avecinaba por la promulgación de la reforma
educativa, justo cuando estaba por presidir el Congreso Nacional del
SNTE.
La detención de Elba Esther es un acto de justicia en
contra de una criminal, pero es un atento recordatorio que por las
calles deambulan otros políticos no menos dañinos para la sociedad, como
Jorge Hank Rohn; Arturo Montiel y Carlos Salinas de Gortari, todos
ellos patrocinadores del Presidente de la República y quienes nunca
verán chirona en el mandato Peñista.
La justicia llegará cuando caigan los diputados corruptos, los ex gobernadores rateros y los ex presidentes saqueadores.
La justicia llegará cuando se distribuya mejor la
riqueza, cuando se acabe el hambre, cuando se recupere el poder
adquisitivo del salario, cuando la educación y la salud estén al alcance
de todos.
La justicia llegará cuando se impida el arribo al
poder de candidatos postulados por los poderes fácticos, encumbrados por
la compra del voto, la manipulación de la información y el uso de los
recursos públicos.
Lo de hoy es una estafa mediática, un garbanzo de a
libra, una cucharada de miel para los mexicanos sedientos de justicia,
es una detención esperada pero no es, ni remotamente, un hecho que
valide a Peña Nieto. Por favor, no se regodee con el hecho, no permita
que le den, otra vez, atole con el dedo.
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