Armas químicas como instrumento de una campaña difamatoria
© Collage: La Voz de Rusia
Hoy, 23 de agosto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha anunciado su propósito de destinar a Siria a la alta representante para Asuntos de Desarme, Angela Kane.
Ban
Ki-moon ha pedido al Gobierno sirio prestar asistencia a la misión de
expertos de la ONU que llegaron a este país para que puedan investigar
expeditamente el reciente incidente al este de Damasco.
De momento, no hay pruebas documentales algunas que corroboren el empleo de armas químicas en los suburbios de la capital siria.
Las
noticias sobre el empleo de agresivos tóxicos el pasado 21 de agosto
fueron transmitidas por cadenas de televisión árabes. Según afirman, a
raíz del ataque murieron de quinientas a mil doscientas personas.
Las autoridades oficiales de Siria rechazan las acusaciones calificándolas de una burda provocación de la oposición armada.
Rusia
y China, como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU,
vetaron los intentos de cargar con toda la responsabilidad por el
presunto empleo de agresivos tóxicos al régimen de Bashar Asad. Moscú y Pekín han instado, antes que nada, a que los inspectores de la ONU investigaran a fondo lo ocurrido.
La
Cancillería rusa ha vuelto a declarar que hasta ahora, semejantes
noticias resultaban ser falsas. Alegando a sus fuentes de información,
Rusia afirma que los insurgentes lanzaron un proyectil de fabricación
casera cargado de agresivos tóxicos. Moscú asimismo insiste en la más
pronta investigación de lo ocurrido, dijo el portavoz del Ministerio
ruso de Asuntos Exteriores, Alexánder Lukashévich. Pero la investigación
podría tropezar con ciertas dificultades:
—La
zona en cuestión está controlada por los insurgentes. Consideramos que
la misión de expertos de la ONU debe consensuar la investigación con las
autoridades sirias en tanto la parte anfitriona. Por algo el vicesecretario general de Naciones Unidas,
Jan Kenneth Eliasson, manifestó expresamente que para ello es
imprescindible, como mínimo, cesar las hostilidades, aunque sea durante
el tiempo que dure la investigación.
La
mayoría de expertos occidentales dudan de que las tropas
gubernamentales hayan podido dar un paso tan demencial. Así opina, por
ejemplo, Richard Labévière, director de la revista Défense
que se publica bajo los auspicios de la Escuela Superior de Seguridad
de Francia. Es muy probable que los rebeldes simplemente no tuvieran
otro remedio que emplear armas químicas para de este modo acaparar la
atención de la opinión pública, sostiene Richard Labévière:
—Hay
que mostrar mucha cautela a la hora de investigar todas las
circunstancias de los ataques químicos en Siria. Este problema se
plantea cada vez que la oposición siria ve mermadas sus posiciones. Algo
parecido ocurrió en Iraq. Lo mismo sucede ahora en Siria. Se asiste más
bien a una guerra psicológica y a los intentos de manipular la opinión
pública.
Mientras
tanto, los patrocinadores occidentales de la oposición siria, sin
esperar los resultados de la investigación, ya han instrumentado una
campaña a favor de una intervención armada en Siria. Lo plantean sin
ambages Turquía, Inglaterra y Francia, siendo esta última la que pone
con más ahínco insiste en emplear la fuerza armada contra Damasco. Es
sintomático que también bajo la presidencia de Sarkozy el país galo
fuera el principal promotor de los bombardeos en Libia en 2001.
En
su reciente entrevista concedida al canal francés BMFTV, el ministro de
Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, manifestó que ya llegó la hora de
una respuesta militar:
—¿Qué
es lo que se entiende bajo “acciones directas”? Desde luego, no nos
proponemos enviar a este país nuestras tropas terrestres. Pero nuestra
reacción puede tomar la forma de respuesta militar.
El
titular ha agregado asimismo que “si el Consejo de Seguridad de la ONU
no puede adoptar una resolución sobre los sucesos en Siria, tales
resoluciones se tomarían por una vía distinta”.
El
portavoz de la Cancillería rusa, Alexánder Lukashévich, ha calificado
de extraña la frase de Laurent Fabius sobre una respuesta militar en
contravención a la ONU, con tanta más razón que las pruebas de ataques
químicos, de momento, brillan por su ausencia:
—No
tiene sentido analizar versiones hipotéticas. Tal como reza la Carta de
la ONU, partimos de que únicamente el Consejo de Seguridad de la ONU
está facultado para autorizar el empleo de la fuerza armada.
Ni
siquiera EEUU ha planteado hasta ahora la inminencia de una
intervención militar. Según ha anunciado el portavoz del Departamento de
Estado, el presidente Barack Obama
dispuso que los servicios de inteligencia nacionales recopilaran y
analizaran todos los datos sobre el supuesto empleo de armas químicas en
los suburbios de Damasco.
ach/kg/sm
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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