El mundo árabe inicia una expansión económica hacia Occidente
Foto: EPA
“El nuevo imperio árabe”es el título de un artículo publicado en octubre pasado en el periódico español La Vanguardia.
Los datos recogidos en el artículo impresionan. Resulta que Qatar posee
la torre Shard —el rascacielos más alto de la Unión Europea— y el
templo mundial de las compras Harrods, ambos en Londres. Doha es el
mayor accionista individual del gigante mediático francés Lagardère y de
la mítica joyería Tiffany de EEUU, así como tiene participaciones
significativas en las empresas alemanas Volkswagen-Porsche y Siemens.
Emiratos Árabes ha comprado el 100 % de la española Cepsa, ha trenzado
alianzas con General Electric, Airbus y Boeing. Kuwait adquirió la sede
en Europa de Bank of America y está invirtiendo en el mayor proyecto
urbanístico en Nueva York, el Hudson Yards. Además, estos países están
apoderándose prácticamente del fútbol a nivel mundial.
Según
las autoridades de los países del Golfo, estos compiten entre sí. Si
Qatar anuncia sobre su participación en un proyecto importante, Arabia
Saudí debe responder con algo de similar importancia. Es Oriente. A
juzgar por todo, las autoridades de estos países recurren a astucias al
estilo oriental. Últimamente, no se observa una competición en sus
actividades, sino una buena coordinación, como fue en la época de la
llamada Primavera Árabe. No obstante, todavía no se trata de una
expansión, opina el director del Centro de Sistemas Políticos de la
Facultad de Política Mundial de la Universidad Estatal Lomonósov de
Moscú, Vasili Kuznetsov:
–Se
pueden encontrar opiniones sobre el aumento de la influencia en la
economía y la política internacional. La política de los países del
Golfo Pérsico suele formarse de modo subjetivo, lo que representa un
problema. En estas monarquías la estrategia de la política exterior se
elabora por un pequeño grupo de personas a puerta cerrada. Esto aumenta
el carácter impredecible de su política y varios riesgos. En teoría, es
posible que se trate de restablecer la unidad del mundo árabe. Pero
estas iniciativas no las promueven las élites políticas, sino grupos
especiales.
No
todos los expertos están de acuerdo con esto. ¿No evidencian sobre la
expansión grandes inyecciones financieras en los proyectos industriales y
bancarios de Europa y EEUU por parte de los países árabes? Esta
expansión es especialmente notable en dos sectores: las aerolíneas y el
fútbol. Según la experta del Centro de Estudios del Mundo Árabe, Olivia
Orozco, el golfo Pérsico se convierte en el principal centro de
transbordo, una puente entre Europa, EEUU y Asia. Doha, Dubái y Abu Dabi
están construyendo grandes terminales internacionales cerca de las que
se ubicarán centros comerciales y hoteles de lujo. Qatar y Emiratos
Árabes Unidos tienen éxito en el ámbito de desarrollo del transporte
aéreo en el exterior. Sus aerolíneas estatales no paran de crecer y de
abrir nuevas rutas en EEUU, Asia y África, además de Oriente Medio, y
están consideradas las mejores líneas aéreas del mundo. En cuanto al
fútbol, se puede citar un ejemplo de España al respecto. En el marco de
una campaña de promoción bien pensada, se unieron dos poderosos
vehículos de propaganda: la línea aérea Emirates patrocina al club de
fútbol Real Madrid, y al FC Barcelona su competidora de Qatar, Qatar
Airways.
Es
evidente que Doha, Dubái y Abu Dabi actúan conforme a un plan acordado.
De momento, se trata de la expansión económica que posteriormente bien
puede pasar al plano político, opina el experto del Instituto de
Análisis Estratégico, Serguéi Demidenko:
–A
día de hoy, las élites financieras del golfo Pérsico forman parte de la
élite mundial. Ahora estos Estados no temen las posibles represalias
por parte de Occidente, sino que tienen la posibilidad de seguir un
rumbo político independiente. Hoy por hoy, no son países marginados,
sino socios equitativos de las empresas occidentales y del gran capital.
Se invirtió enormes recursos en Europa. Al tomar en consideración su
estado actual, es poco probable que Europa pueda sobrevivir sin el
dinero proveniente del mundo árabe. Creo que la expansión política y
cultural también tendrán lugar.
El
experto no descarta que las organizaciones radicales que actúan a día
de hoy en Europa reciban recursos financieros de los círculos especiales
de los países del Golfo. Ahora estas organizaciones actúan
cautelosamente. Pero es necesario recordar que Qatar y Arabia Saudí
creen que su misión histórica es difundir el "verdadero Islam",
wahabismo, salafismo. Los empresarios de Doha y Dubái promueven esta
"divina voluntad" también. De este modo, no se podrá pasar sin la
política directamente vinculada con la religión.
ek/lj/sm
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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