jueves, 7 de noviembre de 2013

Tiempos electorales en América Latína

Tiempos electorales en América Latína

Tiempos electorales en América Latína
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Las elecciones presidenciales en Chile del domingo 17 de noviembre concitan sin duda el interés internacional y sobre todo en la región, donde varios presidentes en ejercicio o expresidentes también esperan seguir el camino que marca la exmandataria chilena (2006-2010) Michelle Bachelet: buscar un nuevo período al mando de su país, y donde espera materializar cambios estructurales en la economía, en la institucionalidad política, y en las expectativas de amplios sectores de la sociedad.

Se trata de sectores sociales que se han expresado con claridad en las calles, que han colocado temas en las agendas de los elites políticas, como la educación, la salud pública, la defensa medioambiental, el respeto a las minorías sexuales, a las poblaciones aborígenes, la energía, la seguridad económica, el trabajo, la equidad, las relaciones internacionales, el orden global, el terrorismo, y la crisis económica.
Son temas comunes en la región, que se expresan con diversa intensidad, oportunidad y masividad.
Pero sin duda hay un malestar, frustraciones, exasperación en vastos sectores ciudadanos y el buen criterio hace que esas energías sociales se canalicen a través de los mecanismos políticos electorales normales, y no se conviertan en explosiones sociales incontrolables, y cuyas consecuencias pudieran desestabilizar una institucionalida d democrática que no está totalmente asegurada, y cuando hay algunos sectores nostálgicos del pasado dictatorial, de un pasado relativamente reciente.
El informe Latinobaròmetro 2013 establece que el apoyo a la democracia en la región cayó dos puntos respecto a 2011, pasando del 58 % al 56 %.
En el detalle, no en todos los países los resultados son los mismos, e incluso en algunos son contradictorios.
El apoyo a la democracia creció en once países durante el período 1995/6 – 2013, mientras disminuyó en siete. Donde más ha crecido es en Venezuela (16 puntos) y Ecuador (13), seguido de Chile (8), Argentina (5), Bolivia (5), Brasil (5), Paraguay (5), República Dominicana (5), Colombia (4), Guatemala (3) y Perú (2 puntos).
Los países donde más ha bajado el apoyo a la democracia, son Costa Rica (16 puntos) y México (12), seguidos de Uruguay (7), Panamá (6), Honduras (3), Nicaragua (3) y El Salvador (1 punto).
Pero, en este contexto resulta significativa -y hasta dramática- la advertencia de la directora del Latinobarómetro, Marta Lagos, quién señala que “la ciudadanía en América Latina está gritando fuerte: ¡escúchame! por cualquier medio. porque qué duda cabe que el sistema político no parece escuchar”.
En este cuadro diecisiete de los países de la región, salvo México, elegirán presidentes, lo cual aparece como buen ejercicio democrático, de la democracia representativa, pero cada vez se escucha más reclamo ciudadano por una democracia que además sea participativa, quieren ser escuchados, pero quieren que sean tomadas en cuenta sus opiniones, y más que eso, que las demandas ciudadanas, a través de los correspondientes mecanismos democráticos, formen parte de las determinaciones.
De cualquier manera tenemos varios expresidentes o presidentes en ejercicio que se disponen a encarar sendos procesos electorales, reelecciones.
Comenzando desde el norte de la región, en Nicaragua, el presidente Daniel Ortega se dispone a ir a la reelección en 2016, aspirando a su cuarto mandato, como abanderado del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
En Colombia, el presidente Juan Manuel Santos, confirma que el tema de la reelección no es privativo de regímenes de izquierda, y se espera que en tres semanas anuncie que va a la reelección.
Entre sus méritos está el crecimiento de la economía del país, un desempleo que está a la baja y mejoran los índices de seguridad, mientras el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, parece avanzar, de manera paulatina pero sostenida.
En Ecuador, su presidente Rafael Correa, reelegido recién en febrero de este año, podría ser convencido de ir a la reelección, a partir del 51.1 % obtenido en los comicios, y de la necesidad de garantizar "el proceso".
La presidenta Dilma Rousseff, de Brasil, que tiene un gran apoyo ciudadano, reafirmado tras el conflicto con Estados Unidos por el espionaje de la Gran Potencia, incluso a sus comunicaciones personales, parece tener asegurada su reelección el 6 de octubre de 2014.
Las protestas estudiantiles y de sectores de la clase media, que bajaron a Rousseff de su 70 % de apoyo, fueron encaradas por Brasilia, con mayores fondos para el transporte público, educación y salud, además de un ejercicio de la autoridad y la maniobrabilidad política, recuperando posiciones de popularidad.
Otro expresidente, el uruguayo Tabaré Vázquez, de 2005-2010, el primer presidente de izquierda en la historia del país, aceptó ser precandidato, y deberá esperar las primarias de junio del 2014 para saber si representará al Frente Amplio en las elecciones presidenciales de este mismo año.
En Bolivia, el presidente Evo Morales, con una popularidad de un 60 %, y favorecido con los buenos precios de los hidrocarburos, irá a la reelección en octubre del 2014, y la única duda parece estar en Argentina, donde la presidenta Cristina Fernández ha visto debilitado la eventualidad de ser candidata a la reelección en 2015, tras su enfermedad y los resultados de las elecciones legislativas del 27 de octubre pasado.
Pero claro, lo trascendente es para qué irán a la reelección todos estos líderes latinoamericanos, con qué programas de gobierno, con qué proyectos, con qué respuestas a los desafíos de sus países y a las demandas de sus ciudadanos.
lj
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

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