El bitcoin, divisa estrella del 2013
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El
bitcoin fue creado en 2008 por un tal Satoshi Nakamoto. Nadie lo ha
visto e incluso se cree que bajo este seudónimo se esconde un grupo de
personas. La moneda virtual funciona de manera sencilla: cualquier
interesado puede bajar el respectivo programa de Internet y obtener la
clave de acceso al mismo, para luego pagar servicios y mercancías a los
proveedores que admitan el bitcoin. En un principio, la criptodivisa
solo servía a un círculo estrecho de usuarios de altas tecnologías, pero
últimamente también está cubriendo importantes transacciones de
inversionistas, empresarios y especuladores de bolsa. Y mientras más
popularidad cobra, más clones genera. Las criptodivisas ya suman más de
cien (alphacoin, fastcoin, litecoin, etc.) y todas son réplicas del
bitcoin en tal o cual medida. No le hacen competencia y lo mismo que el
propio bitcoin son muy volátiles. El presidente de la Junta Directiva
del Banco Kiwi, Borís Kim, aclara:
–Nadie
mantiene el curso del bitcoin. No existen instituciones para hacerlo.
Por eso, registra variaciones imprevisibles, esto es lo que llamamos
volatilidad. Y creo que la situación no va a cambiar.
En
la primavera pasada, el curso del bitcoin subió de cuarenta a
doscientos cuarenta dólares en menos de un mes, para luego caer de nuevo
hasta ochenta. La moneda virtual no tiene ninguna protección contra el
robo. En diciembre se supo de la desaparición de noventa y seis mil
bitcoins de cuentas privadas. En aquel momento, este monto correspondía a
más de cien mil dólares. Los ladrones quedaron impunes, ya que todas
las transacciones con bitcoins son anónimas. El caso provocó un debate
en el Senado de EEUU sobre las ventajas y desventajas del dinero
digitalizado y su eventual impacto sobre el sistema monetario del país.
Se habló de la necesidad de reglamentar el insumiso bitcoin. El
presidente de la Junta Directiva de la Asociación Dinero Electrónico,
Víctor Dostov, comenta:
–La
idea de controlar el bitcoin es lógica, porque se trata de un
instrumento de pago, y todos los instrumentos de pago deben ser
controlados. Solo que la metodología no me queda muy clara. La
prohibición de cambiar el bitcoin por divisas tradicionales sería
fácilmente superada con transferencias al exterior desde una cuenta
bancaria o una tarjeta de crédito. A la larga, puede criminalizarse la
misma posesión de bitcoins. Sigo sin entender cómo se haría efectivo
este control. Sería como matar gorriones a cañonazos.
Y,
sin embargo, los expertos insisten en la necesidad de controlar las
criptodivisas. Hay sospechas de que el bitcoin permite evadir impuestos,
“blanquear” dinero y financiar el terrorismo. En una red anónima se
sugirió una recolecta de dinero para encargar el asesinato de destacadas
personalidades políticas y sociales. Las autoridades estadounidenses
acaban de cerrar el sitio web Silkroar.onion que vendía estupefacientes
por bitcoins.
nv/kg/sm
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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