martes, 7 de enero de 2014

La sombra de Al Qaeda actúa en interés del Gobierno iraquí

La sombra de Al Qaeda actúa en interés del Gobierno iraquí

La sombra de Al Qaeda actúa en interés del Gobierno iraquí

Hay una fuerte sensación de que las numerosas ramificaciones de Al Qaeda cumplen misiones secretas encomendadas por los propios Gobiernos contra los que, supuestamente, luchan. De ello cada vez más están convencidos los habitantes de la provincia iraquí de Anbar, especialmente de su dos principales ciudades Fallujah y Ramadi, con respecto al grupo insurgente El Estado Islámico de Iraq y Levante (ISIS, por las siglas en inglés).

Esta provincia siempre ha sido un centro de resistencia: sus habitantes se enfrentaban a fuerzas estadounidenses, que defendían al nuevo Gobierno chií, al igual que antes luchaban contra las del dictador suní Saddam Hussein. A finales del año pasado esta guerra permanente llegó a su apogeo.
La nueva escalada de tensión comenzó cuando el ejército iraquí detuvo a un diputado suní e intentó disolver una acampada de protesta sunita que llevaba más de un año en la capital de la provicia rebelde, Ramadi, causando la muerte de al menos diez personas. Como consecuencia de esto, cuarenta y cuatro diputados del Movimiento Muttahida Qaumi (MQM) presentaron sus renuncias este lunes como protesta por las medidas adoptadas por el gobierno, que, a su vez, lanzó en Anbar una operación antiterrorista a gran escala.
Las autoridades de Iraq eran conscientes, entretanto, de que están a un paso de una confrontación armada abierta en la provincia y por lo tanto a la vez buscaron soluciones pacíficas. Tras negociar con los jeques de las tribus locales, el gobierno está cumpliendo la principal condición de los rebeldes: retirar las tropas de Fallujah y trasmitir la responsabilidad de garantizar la seguridad a la policía local.
En cuanto las fuerzas gubernamentales abandonaron las ciudades de Anbar, todo pareció tranquilizarse y los habitantes de la provincia por fin recobraron la esperanza de encontrar un compromiso con el centro y pasar página para resolver los viejos problemos. Bagdad, en cambio, no salió airoso de la situación. Sólo una cosa podría justificar la presión por parte del Gobierno: la aparición de los terroristas.
Y aparecieron. Como por un encargo en Fallujah y Ramadi entran los combatientes del ISIS y la situación cambia de manera radical: las tropas vuelven a ocupar la provincia. Pero ahora no es para llevar a cabo represalias por motivos religiosos sino para aplastar a un grupo terrorista vinculado con Al Qaeda. Pero no es todo, es posible que gracias a la sombra de Al Qaeda Bagdad obtenga más beneficios. El presidente Nuri al Maliki piensa en armar a los líderes tribales para que ellos carguen con todo el peso de la lucha contra los terroristas mientras el ejército sólo garantizará el apoyo aéreo.
De esta manera la presencia de los terroristas permitió al Gobierno iraquí no sólo justificar el uso de la fuerza en Fallujah y Ramadi sino también conseguir el apoyo de la comunidad internacional y obligar a la oposición suní no sólo desvincularse de Al Qaeda sino enfrentarse a ella con las armas en las manos. Está claro que el compromiso tan deseado por Anbar no será el mismo una vez finalizada la operación.
Uno de estos días los senadores estadounidenses John McCain y Lindsey Graham denunciaron que lo ocurrido en Fallujah era "previsible" desde que Obama decidió retirar las tropas de combate de Iraq a pesar de las protestas de los militares estadounidenses y políticos iraquíes. No se sabe cómo se habría desarrollado la situación si las tropas de EEUU se hubiera quedado en el país. Pero ¿acaso habrá mejor "aliado" que Al Qaeda para luchar contra los oponentes sin muchos miramientos?

ap/lj
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

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