martes, 8 de abril de 2014

¿Podría Occidente castigar a Rusia desplomando el precio del petróleo?


altOccidente busca presionar a Rusia y castigarla por la reincorporación de Crimea. Los expertos discuten los posibles escenarios de un complot que desplomaría el precio del petróleo afectando seriamente a la economía rusa. ¿Pero es real esta amenaza?
Teóricamente es posible cambiar los precios mundiales del petróleo involucrando en este proceso a una serie de países productores de crudo, señala la web rusa 'Slon' que conversó con una serie de expertos sobre el tema. Así, por ejemplo, esto sería posible aumentando el suministro de hidrocarburos desde Oriente Medio (levantando las sanciones a Irán, reconstruyendo la producción en Libia y organizando el suministro adicional desde Siria), aumentando el suministro de petróleo de esquisto de EE.UU., del crudo de aguas profundas de Brasil y del petróleo de arenas pesadas de Canadá e, incluso, abriendo las reservas petroleras estratégicas de EE.UU.
Precisamente esta última opción, que podría conllevar el desplome de los precios mundiales del petróleo, es la que propuso el multimillonario estadounidense George Soros para castigar a Rusia. Soros apunta que Rusia necesita que el precio del crudo no sea más bajo de 100 dólares por barril. No obstante, Soros no fue el primero en proponer usar las reservas estratégicas petroleras de EE.UU., que ascienden a 700 millones de barriles, como un instrumento de presión a Moscú, señala la web.

A principios de marzo el economista norteamericano Philip Verleger apuntó que si en el año 2013 EE.UU. hubiera vendido 500.000 barriles de crudo de las reservas, el precio del petróleo Brent a finales del año habría costado 12 dólares menos de lo que costó en realidad, o sea, alrededor de 100 dólares por barril.

Este tipo de acciones, sin duda afectarían la exportación rusa, señala 'Slon', pero no serían catastróficas ya que el presupuesto de Rusia para 2014 está hecho a partir del promedio anual del precio del petróleo, equivalente a 93 dólares por barril.

Comentando la iniciativa de Soros a 'Slon', Tatiana Mitrova, jefa del Departamento del Complejo de Gas y Petróleo del Instituto de Investigaciones Energéticas de la Academia de Ciencias de Rusia, señaló que si EE.UU. saca al mercado todas sus reservas estratégicas, esto podría bajar el precio del petróleo para un corto plazo, "unos dos o tres meses". Pero luego Washington necesitará compras adicionales de crudo para restablecer sus reservas, por lo que "los precios no solo se recuperarán, sino que también subirán". Los beneficios rusos de la venta de petróleo no se verán afectados seriamente, esta medida, más bien, podría ser "un acto de presión psicológica a corto plazo".

Respondiendo a la pregunta de 'Slon' sobre la posibilidad de la caída del precio del crudo hasta 80, 60 y 50 dólares por barril, en caso de que Irán reanude, y Libia e Irak, por su parte, aumenten la producción de petróleo, la experta destacó que este escenario representa un gran interés para su departamento y están elaborando pronósticos al respecto. No mencionó cifras concretas, pero aseguró que los precios no bajarían hasta los niveles mencionados. Las compañías no podrían producir petróleo de esquisto, ni petróleo de arenas bituminosas ni petróleo de alta viscosidad con estos precios del crudo, apuntó.

Los expertos no esperan el desplome del mercado petrolero a corto plazo, incluso si en este aparecen nuevos actores. Las fluctuaciones no duraderas sí son posibles, pero se nivelarán a medio plazo por los mismos mecanismos del mercado, resume la web.
¿Se arriesgará Arabia Saudita a apoyar a EE.UU. en el juego pretrolero contra Rusia?
El presidente de EE.UU. Barack Obama estará el 28 de marzo de visita en Riad para reunirse con el rey Abdalá de Arabia Saudita. Los temas del encuentro serán Irán, Siria, las negociaciones palestino-israelíes y probablemente también el crudo.
El encuentro tiene lugar en un momento político bastante tenso. Por una parte, las relaciones se han enfriado bastante. La explotación de reservas no convencionales de petróleo por parte de EE.UU. debilitó la interdependencia económica entre los dos países, mientras que Arabia Saudita se ve decepcionada por la postura 'insuficientemente decisiva' de su socio sobre Siria y por su cierto acercamiento a Irán.
La Arabia Saudita de hoy no es el mismo reino petrolero superpróspero que era hace unos 30 años
Por otra parte, EE.UU. está intentando convencer a sus aliados, sobre todo a los países europeos, para que apoyen las sanciones contra Rusia. La pregunta que surge aquí es si Riad realmente podrá permitirse el lujo de aumentar drásticamente sus exportaciones sin elevar los precios y jugar a la baja. En vísperas de la visita de Obama, el principal periódico saudita en inglés, 'Saudi Gazette', publicó un artículo que explica cómo la crisis ucraniana y el respectivo embargo antirruso impulsado por Washington benefician a los intereses financieros saudíes. Pero advierte de que el crecimiento global se ralentizará ya que ni siquiera Arabia Saudita podrá compensar el déficit energético.
Es muy poco probable que en 2014 Riad se atreva a seguir los ejemplos de su pasado y jugar a la baja, comenta, por su parte, Maxim Samorúkov, columnista del portal ruso de noticias Slon. "La Arabia Saudita de hoy no es el mismo reino petrolero superpróspero que era hace unos 30 años. En aquel entonces sus ingresos realmente eran 'incalculables' y podían permitirse cualesquiera riesgos en nombre de fines políticos. Pero desde entonces muchas cosas han cambiado", acentúa Samorúkov. La fuente principal de ingresos al presupuesto del país sigue siendo el petróleo: sus exportaciones eran de 7-8 millones de barriles diarios en los 1980 y el mismo nivel promedio corresponde también al día de hoy. La economía local creció, sobre todo durante el 'boom' petrolero de los 2000, pero no pudo compensar el hecho de que durante el mismo periodo la población aumentara casi en tres veces: actualmente los ciudadanos sauditas son unos 20 millones, más unos 8-9 millones de inmigrantes. En consecuencia, se rebajó drásticamente el nivel de la vida y se profundizaron las brechas financieras entre diferentes capas sociales, destaca Samorúkov.

La mitad de los sauditas hoy en día son menores a 26 años de edad y un 30% de ellos no tienen empleo. Aún más: muy pocos lo están buscando, ya que la renta petrolera del país todavía se lo permite. Solo introduciendo multas altas y realizando deportaciones masivas, el Gobierno consiguió que en el sector privado no trabajasen exclusivamente inmigrantes sino también población local, pero, aun así, solo hay 1,5 millones de sauditas empleados en este sector, prácticamente nada para una población de 20 millones.
El Fondo Monetario Internacional predice un déficit en las cuentas de Riad para 2016
El Fondo Monetario Internacional predice un déficit en las cuentas de Riad para 2016. A primera vista el pronóstico no es muy amenazante: el presupuesto del país se calcula a base de un precio de 70 dólares por barril, la deuda estatal es solo del 3% del PIB, mientras que las reservas acumuladas (más de 700.000 millones de dólares) serían suficientes para formar tres presupuestos anuales "desde cero". Pero el problema es el sistema gubernamental, sostiene Samorúkov: a lo largo de la última década los gastos reales del Estado siempre han resultado un 20% más que los programados dentro del presupuesto y siempre han estado en crecimiento. Para comparar, en 2013 los gastos gubernamentales fueron 10 veces más altos que en 2004 y no hay fundamento alguno para concluir que este sistema pueda cambiar, advierte el analista.

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