La policía mexicana persigue y dispara a un estudiante alemán
Los agentes de Guerrero, donde desaparecieron 43 alumnos hace dos semanas, dicen que confundieron el vehículo en el que viajaba en joven con el de unos secuestradores
Unos estudiantes que habían pasado el fin de semana en Acapulco, en
la costa del Pacífico mexicano, regresaban el domingo a la Ciudad de
México a bordo de una camioneta cuando por el camino fueron tiroteados
por la policía del Estado de Guerrero, en el sur del país. Un joven
alemán resultó herido de un balazo. El ataque se produjo en la ciudad de
Chilpancingo, a poco más de 14 kilómetros de Ayotzinapa, la escuela en la que estudiaban los 43 jóvenes cuya desaparición tiene a México en vilo.
La ligereza de gatillo que han mostrado los policías ocurre en un momento especialmente delicado. Los estudiantes de magisterio fueron secuestrados hace más de dos semanas a manos de la policía municipal de Iguala —otra ciudad cercana— con la colaboración de los Guerreros Unidos, un cartel local. Las autoridades de esa zona del país están ahora mismo bajo el escrutinio de la opinión pública por sus conchabeos con el crimen organizado. Los disparos a quemarropa contra un vehículo en el que viajaban unos alumnos del Instituto Tecnológico de Monterrey (TEC), una de las universidades privadas con más prestigio, no hace más que agrandar esta sensación de impunidad con la que se manejan los agentes, como si estuvieran en el viejo Oeste y nadie les fuera a pedir cuentas de nada.
Por ahora existen dos versiones de lo ocurrido. La primera señala que la policía ministerial andaba tras los pasos de unos secuestradores que en ese momento iban a cobrar un rescate. Los jóvenes, tres mexicanos, dos franceses y el alemán, se quedaron en medio del fuego cruzado que enfrentó a policías y criminales. Su camioneta recibió varios disparos en la parte trasera. La otra versión es que los agentes dieron el alto a los estudiantes en la autopista, a la altura de un peaje, pero estos no se detuvieron. A partir de ahí comenzó una persecución. Los policías dicen que comenzaron a disparar al vehículo tras escuchar un ruido que confundieron con la detonación de un arma.
Kim Fritz Kaiser, un alemán de 25 años, recibió un disparo. Los policías arrinconaron a las víctimas en una gasolinera. Los jóvenes, aturdidos por lo que estaba ocurriendo, bajaron del coche y se escondieron en los baños. "A mí me cubrieron el rostro con mi camiseta y me preguntaban por qué habíamos corrido dónde estaban las armas", dijo uno de los muchachos a la revista Proceso. Tras darse cuenta los policías de que estaban ante unos universitarios, el chico herido fue trasladado a un hospital. El consulado alemán fue informado de lo ocurrido.
La Fiscalía de Guerrero hizo público el lunes que los responsables de los disparos han sido detenidos y están siendo investigados. Un policía ministerial murió en esta operación, pero no se han dado más detalles. El Tec de Monterrey escribió en Twitter que el joven alemán se encuentra ingresado en un hospital de la Ciudad de México. El estudiante evoluciona favorablemente.
La ligereza de gatillo que han mostrado los policías ocurre en un momento especialmente delicado. Los estudiantes de magisterio fueron secuestrados hace más de dos semanas a manos de la policía municipal de Iguala —otra ciudad cercana— con la colaboración de los Guerreros Unidos, un cartel local. Las autoridades de esa zona del país están ahora mismo bajo el escrutinio de la opinión pública por sus conchabeos con el crimen organizado. Los disparos a quemarropa contra un vehículo en el que viajaban unos alumnos del Instituto Tecnológico de Monterrey (TEC), una de las universidades privadas con más prestigio, no hace más que agrandar esta sensación de impunidad con la que se manejan los agentes, como si estuvieran en el viejo Oeste y nadie les fuera a pedir cuentas de nada.
Por ahora existen dos versiones de lo ocurrido. La primera señala que la policía ministerial andaba tras los pasos de unos secuestradores que en ese momento iban a cobrar un rescate. Los jóvenes, tres mexicanos, dos franceses y el alemán, se quedaron en medio del fuego cruzado que enfrentó a policías y criminales. Su camioneta recibió varios disparos en la parte trasera. La otra versión es que los agentes dieron el alto a los estudiantes en la autopista, a la altura de un peaje, pero estos no se detuvieron. A partir de ahí comenzó una persecución. Los policías dicen que comenzaron a disparar al vehículo tras escuchar un ruido que confundieron con la detonación de un arma.
Kim Fritz Kaiser, un alemán de 25 años, recibió un disparo. Los policías arrinconaron a las víctimas en una gasolinera. Los jóvenes, aturdidos por lo que estaba ocurriendo, bajaron del coche y se escondieron en los baños. "A mí me cubrieron el rostro con mi camiseta y me preguntaban por qué habíamos corrido dónde estaban las armas", dijo uno de los muchachos a la revista Proceso. Tras darse cuenta los policías de que estaban ante unos universitarios, el chico herido fue trasladado a un hospital. El consulado alemán fue informado de lo ocurrido.
La Fiscalía de Guerrero hizo público el lunes que los responsables de los disparos han sido detenidos y están siendo investigados. Un policía ministerial murió en esta operación, pero no se han dado más detalles. El Tec de Monterrey escribió en Twitter que el joven alemán se encuentra ingresado en un hospital de la Ciudad de México. El estudiante evoluciona favorablemente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario