Las preocupaciones globales ponen a prueba la fe en las acciones de EU
2014-10-13
CHRIS DIETERICH, TOM LAURICELLA y ALEXANDRA SCAGGS
The Wall Street Journal
La caída del Promedio Industrial Dow Jones y un aumento de la volatilidad no han mermado la confianza de los inversionistas en las acciones estadounidenses.
El optimismo, sin embargo, será puesto a prueba en las próximas semanas cuando los inversionistas escudriñen los resultados de las empresas y las cifras de la economía en busca de señales como la postración de la economía europea, la desaceleración de China y la fortaleza del dólar que pueden socavar el crecimiento estadounidense y las ganancias de las empresas.
Las señales que apuntan a un enfriamiento de la economía global han sacudido a los mercados globales y frustrado a las autoridades, cuyo arsenal para reactivar la economía es limitado.
Tales temores, en el marco de precios accionarios que son altos frente a los parámetros históricos, impulsaron una semana frenética que cerró el viernes.
El Dow Jones, que agrupa a 30 empresas líderes de Estados Unidos, tuvo su peor caída de dos días desde febrero, culminando cuatro jornadas consecutivas de fluctuaciones de al menos 100 puntos.
Los índices europeos y asiáticos se desplomaron el viernes, mientras que los precios de los bonos del Tesoro de EE.UU. subieron y el oro registró su mayor avance semanal desde junio. La cotización del petróleo, por ejemplo, acumula una caída de 20% en cuatro meses.
El descenso de las exportaciones de Alemania se suma a las dudas sobre una nueva recesión en la zona euro. China ha perdido vigor después de un auge crediticio, lo que repercute en otras economías emergentes. Japón se ha contraído en los últimos meses al tiempo que Brasil y Sudáfrica están en aprietos.
Algunos analistas prevén más caídas pronunciadas de las acciones y grandes oscilaciones durante las próximas semanas, conforme los fondos de cobertura y otros corredores de corto plazo abandonan sus posiciones perdedoras y los gestores vuelven a equilibrar sus portafolios.
Pocos inversionistas, sin embargo, dicen estar dispuestos a reducir sus posiciones en acciones estadounidenses. Esto pone de relieve las expectativas de que el Dow y el S&P 500 continúen mostrando la resistencia que ha caracterizado el período posterior a la crisis financiera.
“Nadie quiere perder dinero, pero uno tampoco quiere entrar en pánico y reaccionar de manera exagerada a una venta generalizada de corto plazo y perderse lo que podría ser un muy buen repunte”, dice Rebecca Patterson, directora de inversión de Bessemer Trust, que administra US$97.500 millones.
El Dow acumula un retroceso de 4,3% desde su máximo de septiembre. Es una caída que duele, pero está lejos de ser excepcional. Por ejemplo, el Dow estuvo 7,2% a la baja durante el lapso más preocupante de este año, en enero y principios de febrero, y cayó 4,5% en julio y agosto, el período más reciente de turbulencias.
Numerosos inversionistas creen que las próximas semanas podrían brindar oportunidades de comprar empresas enfocadas en EE.UU., una estrategia que ha dado frutos en los últimos años.
Hank Smith, director de inversión de Haverford Trust, que tiene unos US$7.500 millones bajo gestión, ha observado con preocupación el declive de algunas acciones, pero dice que es más probable que compre a que venda si el descenso continúa.
“Estamos viendo el golpe doble de un dólar más fuerte y un crecimiento más lento”, señala. “Pero estas son compañías con negocios sólidos y... consideramos a los declives continuos como una oportunidad de compra”.
J.P. Morgan Chase & Co., Google Inc., Intel Corp. y Johnson & Johnson están entre las compañías que divulgarán sus resultados del tercer trimestre esta semana.
Algunos analistas y corredores resaltan los aspectos positivos de la reciente agitación en los mercados. La caída en los precios del petróleo aumenta el poder adquisitivo de los consumidores, mientras que el descenso en los rendimientos de los bonos soberanos abarata los costos de financiamiento de las empresas. El rendimiento de la deuda del Tesoro de EE.UU. a 10 años descendió a 2,305% el viernes.
El Índice del Dólar de WSJ, que sigue el desempeño de la moneda estadounidense frente a una canasta de divisas, cortó la semana pasada una racha de siete alzas semanales consecutivas y se encuentra 6,8% por encima de su nivel de un año atrás.
“Cuando miras hacia fines de año, el panorama para la economía estadounidense es bastante bueno”, dice Patterson. “Vamos a tener vientos a favor del dólar, los precios de la gasolina y los costos de endeudamiento”.
Cabe destacar que pocos inversionistas proyectan que el mercado vuelva a navegar inmediatamente por aguas tranquilas.
Muchos gestores de fondos han estado esperando durante más de un año un repliegue de 10% o más. Eso sería suficiente para ahuyentar a algunos inversionistas, pero también podría volver a atraer a algunos que se retiraron del mercado. Además, tranquilizaría a quienes estaban preocupados de que los precios de las acciones habían subido demasiado.
La última vez que el Dow llegó a caer 10% fue hace tres años, en octubre de 2011, cuando los inversionistas tenían los mismos temores que ahora: Europa y China. Además, Standard & Poor’s había rebajado la calificación de deuda del gobierno estadounidense. El S&P 500 y el Dow estuvieron cerca de retroceder 20%.
Muchos inversionistas consideran reducir su exposición a Europa y los mercados emergentes. El S&P 500 acumula un retorno de 4,3% en 2014, incluyendo alzas de precios y dividendos, mientras que el índice de Europa de MSCI ha perdido 8,1%, y el índice de mercados emergentes de la misma firma ha subido 0,6%.
“Los datos que vienen de Europa son muy preocupantes y los mercados emergentes están practicamente cayendo a pedazos” dice Christian Ledoux, director de investigación de renta variable en South Texas Money Management.
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