Perdido su halo de reformador, Peña inicia gira por EU
La visita de dos días se da en el marco de una economía maltrecha
Ayotzinapa y Tlatlaya serán temas de la agenda, además de la migración
Ayotzinapa y Tlatlaya serán temas de la agenda, además de la migración
La reunión de los presidentes Barack Obama y Enrique Peña Nieto en
Washington se realizará en un entorno radicalmente diferente al
encuentro de mayo de 2013 en nuestro país. Imagen de archivoFoto Marco Peláez
Alonso Urrutia
Periódico La Jornada
Lunes 5 de enero de 2015, p. 5
Lunes 5 de enero de 2015, p. 5
Lejos del momento mexicano, que lo llevó a
las primeras planas de prestigiadas publicaciones internacionales como
el reformador de México, el presidente, Enrique Peña Nieto inicia hoy su
primera visita oficial a Estados Unidos, con sus políticas de seguridad
y derechos humanos sumamante cuestionadas, así como con la economía
maltrecha, caracterizada por el peso devaluado, crecimiento económico
mínimo y el precio del petróleo en pronunciada caída.
Su homólogo, Barack Obama tampoco se encuentra en su mejor momento
tras la contundente derrota electoral que le propinaron los republicanos
en noviembre pasado. El entorno del encuentro bilateral en Washington
es radicalmente diferente al de mayo de 2013, cuando Obama visitó México
y gozaba del respaldo popular, tras su relección, y en México el Pacto
por México pavimentaba la ruta reformista de la administración de Peña
Nieto.Todavía en los albores de 2014, el mandatario mexicano aparecía en la portada de la revista Time International con el sugerente título de
Saving México, en la que se elogiaba a sus dos principales colaboradores: el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
Podrá carecer de erudición literaria pero Peña Nieto lo compensa con destreza política. Es asistido por jóvenes tecnócratas con estudios realizados fuera de México, que buscan poner una cara moderna a la vieja maquinaria del PRI, festinaba entonces la publicación.
Paradójicamente, meses después, el desempeño de los tres ha sido puesto en entredicho, tanto por la secuela del caso Iguala, como por el errático comportamiento de la economía mexicana, acentuada en los últimos meses de 2014.
El viaje que esta tarde inicia Peña Nieto se realiza en
condiciones radicalmente diferentes. La desaparición de los 43
normalistas en Ayotzinapa –que ya provocó el ofrecimiento de ayuda
estadunidense a México– será uno de los temas de la agenda. En su
momento, el Departamento de Estado expresó su preocupación por el caso y
ha solicitado transparencia en las investigaciones.
No sólo Ayotzinapa podría salir en las conversaciones bilaterales, el caso Tlatlaya también generó en su momento la censura de la Casa Blanca, que solicitó una
Históricamente uno de los temas centrales en la relación bilateral, la migración volverá a captar la atención de ambos mandatarios. El reciente anuncio realizado por Obama tendiente a modificar parcial y temporalmente la condición de los indocumentados residentes en Estados Unidos suscitó en su momento el beneplácito del gobierno mexicano. Todo ello en un contexto en el que, durante 2014, la creciente migración de menores de edad hacia Estados Unidos y su deportación generó cuestionamientos regionales a la política migratoria de Washington.
Otra de las acciones ejecutivas que ha dictado Obama, tras su derrrota electoral, fue el viraje en la relación de Estados Unidos con Cuba, luego de 50 años de tirantez. En las negociaciones participaron el Vaticano y Canadá, lo que puso en evidencia la pérdida de liderazgo regional que ha tenido México, que en su momento fue una pieza clave en la complicada trama que durante décadas prevaleció entre Washington y La Habana, después del triunfo de la revolulución cubana.
No sólo Ayotzinapa podría salir en las conversaciones bilaterales, el caso Tlatlaya también generó en su momento la censura de la Casa Blanca, que solicitó una
investigación creíblesobre la ejecución extra judicial de 22 personas a manos de militares.
Históricamente uno de los temas centrales en la relación bilateral, la migración volverá a captar la atención de ambos mandatarios. El reciente anuncio realizado por Obama tendiente a modificar parcial y temporalmente la condición de los indocumentados residentes en Estados Unidos suscitó en su momento el beneplácito del gobierno mexicano. Todo ello en un contexto en el que, durante 2014, la creciente migración de menores de edad hacia Estados Unidos y su deportación generó cuestionamientos regionales a la política migratoria de Washington.
Otra de las acciones ejecutivas que ha dictado Obama, tras su derrrota electoral, fue el viraje en la relación de Estados Unidos con Cuba, luego de 50 años de tirantez. En las negociaciones participaron el Vaticano y Canadá, lo que puso en evidencia la pérdida de liderazgo regional que ha tenido México, que en su momento fue una pieza clave en la complicada trama que durante décadas prevaleció entre Washington y La Habana, después del triunfo de la revolulución cubana.
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