El segundo artículo ha hecho estremecer a los políticos españoles del régimen, todos dependientes del erario público junto a sus familias, quienes creen que el Tesoro solo es para ellos y el descomunal desempleo de España se acabará solo por arte de magia alemana o monclovita. Lo ha escrito un economista que piensa que solo poniéndose manos a la obra puede crearse empleo. En el país donde los autónomos deben pagar 300 euros mensuales de cuota al Estado (y muchos solo ingresan eso) y una maraña burocrática e indefinición fiscal estrangula a las pymes, uno de ellos, Warren Mosler, proscrito por todos los regímenes de poder europeos, ha estudiado bien el problema en “Los siete fraudes inocentes capitales de la política económica”, cuyas 122 páginas “Espía en el Congreso” ofrece gratis a sus lector@s. Este economista solo confirma lo que ya padecen el 75% de las economías domésticas españolas: que el euro está asfixiando los bolsillos y llenando los del 25% restante que domina el poder con sus salarios públicos y no quiere repartirlos. Ya pasó en el siglo XVI y la historia, con variantes, se repite, pero Warren Mosler advierte que solo una “Nueva Peseta” puede paliar algo la hecatombe que vive la economía española y que los políticos y medios de comunicación oficiales se empeñan en negar con sus grandes cifras plagadas de humo.
Por su parte, Centeno desvela que “España habría suspendido pagos en 2015, el gasto electoralista ha inflado el sector servicios de no mercado y la obra pública. Por ello, lo único relevante es el medio plazo, donde la gran mentira de Rajoy y el PP de que hemos salido de la crisis quedará al descubierto porque entraremos en un proceso de estancamiento producido por los insostenibles desequilibrios estructurales, una banca pendiente de un hilo y un modelo de Estado disparatado que está devorando todo el esfuerzo productivo de la nación” dice Centeno, de ideología conservadora pero economista sagaz: “¿Cómo se ha podido llegar a esta situación? Pues porque la infausta Transición destruyó literalmente los motores de crecimiento del periodo 1960-1975, sustituyéndolos por una economía especulativa de pelotazo y redistribuyendo la riqueza en detrimento de las clases media y trabajadora y a favor de los monopolios, de la casta política y de las grandes fortunas”. Y añade: “Y es que España no pasó de un régimen autoritario económicamente bien gestionado a un sistema democrático con una gestión honesta y eficaz, sino a un régimen oligárquico desastrosamente gestionado, y donde los impuestos (los mas elevados de la OCDE para una familia media) no se pagan para financiar gasto útil sino para enchufar a legiones de “primos y amigos”, y para pagar los errores y desmanes de constructoras y bancos”.
El segundo artículo que ha hecho temblar hoy los cimientos del Congreso es una entrevista a Warren Mosler que le hace el periodista español Miguel Carrión: ”El límite del déficit del 3% es como poner una bolsa de plástico en la cabeza de un corredor de fondo”. El economista estadounidense Warren Mosler, fundador de la Teoría Monetaria Moderna, asegura que si la UE sube el límite del déficit hasta el 8% se reduciría el desempleo y el PIB aumentaría en un 3% o 4%. Cree que la crisis europea es una “creación intelectual” porque no hay escasez de recursos. Ha diseñado un plan específico para España bajo el nombre “Nueva Peseta” que dice no implicaría la salida del euro pero mejoraría la gobernanza y la calidad democrática del país”, resume Carrión.
Desde otro punto de vista, pero con similares resultados, David Hervás, economista de Attac Castellón, recuerda que “durante el siglo XVI, en los tiempos de aquel Imperio Español en el que decían que no se ponía el sol, se vivió en España un agudo proceso inflacionario, la llamada revolución de los precios, motivada por la entrada de oro y plata proveniente de América en la península ibérica y cuya consecuencia fue la ruina de las incipientes industrias locales, que dejaron de ser competitivas, llevando a la miseria a gran parte de la población menesterosa. Aquel fenómeno económico desconocido antes de esa época, provocó una respuesta por parte de ciudadanos respetables, que alarmados, dirigían memoriales al Rey proponiéndole medidas que consideraban oportunas para solucionar la crisis”. Entre estos memorialistas destacan algunos que han sido reivindicados como precursores de la ciencia económica posterior, como Luis Ortiz, Tomás de Mercado, Martín de Azpilicueta o Sancho Moncada.
“En nuestros días vivimos una crisis global tan grande como en el siglo XVI, aunque en un contexto diferente: el dinero ya no es redimible en ningún metal, ya que nuestra moneda es fiduciaria, y la crisis que sufrimos no es inflacionaria sino deflacionaria. Sin embargo, como en aquellos tiempos, la figura del memorialista o arbitrista ha reaparecido en el Imperio de nuestros días, los Estados Unidos de América, en la figura de Warren Mosler”. Mosler sostiene que Estados Unidos jamás va a quebrar porque siempre podrá emitir moneda propia. La moneda será aceptada porque el público la necesita para pagar los impuestos y su valor será creíble en tanto en cuanto haya una economía real para sustentarla. Por lo tanto nada impide reactivar la economía real y el empleo con el gasto público. Si el gobierno federal no lo hace es porque se le han impuesto restricciones de carácter meramente ideológico”.
“En su libro propone diversas medidas de su programa electoral, incluida una reforma sanitaria alternativa a la de Obama, una defensa de la inversión en educación pública y medidas para evitar los deshaucios hipotecarios. Frente al problema del paro, Mosler es favorable a la creación de una Bolsa de Empleo Público Garantizado, como propone el economista australiano Bill Mitchell, de modo que el gobierno debería crear y financiar un stock de empleo público para todo aquel dispuesto y capaz de trabajar cuya paga sería el salario mínimo interprofesional. De hecho, esto es lo que hacen muchos gobiernos cuando compran los excedentes de un producto agrícola por un precio mínimo (Australia lo hace con la lana, Europa lo hizo con la PAC durante décadas), pero en este caso se aplicaría al mercado de trabajo, siendo los desempleados los excedentes. Con la crisis del euro, Mosler viaja a países del sur y este de Europa como Italia, Grecia o Bulgaria, donde sus ideas son muy bien acogidas, puesto que los “memoriales” se apartan del contexto estadounidense y se adaptan a la peculiar situación de estos países que, como España, dependen de una moneda que no pueden emitir, sino que necesitan que se la preste el BCE o conseguirla en los mercados, ya que por una decisión de la Unión Europea, el BCE no permite que los estados emitan el dinero que necesitan, por lo que la única opción son los mercados”.
En Italia, Mosler tiene un gran éxito. Sus libros son traducidos al italiano y han surgido varias redes activistas, para promover la introducción de políticas económicas basadas en el Teoría Monetaria Moderna en Italia, defendiendo incluso la salida de Italia del Euro y la reintroducción de una divisa nacional. Estas redes son RETE MMT, Assoiazione Economia per i Cittadini y la más activa mediáticamente, Mosler Economics Modern Money Theory for public purpose , con un gran protagonismo del periodista Paolo Barnard, que suele aparecer todos los miércoles por la noche en el programa de la cadena de televisión La7 La Gabbia. Por eso David Hervás concluye: “Con estos antecedentes se comprende que Mosler, como nuestros arbitristas, no es un antisistema sino un pragmático que propone soluciones desde la neutralidad de la Teoría Económica. Sus propuestas tienen un contenido ideológico para nada alejado de lo que conocemos como el sueño americano, si es que en este sueño aún se incluye la experiencia intervencionista en favor del pleno empleo que supuso el New Deal”.
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