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El encontronazo del papa Francisco y Donald Trump
Donald
Trump se ha lanzado con todo, ahora, contra el papa Francisco, luego de
que el Pontífice dijo que por su postura de levantar muros en la
frontera de Estados Unidos y México el magnate “no era cristiano”.
En
su reacción, Trump criticó al Pontífice con alusiones al Estado
Islámico, al gobierno de México, al presidente Barack Obama y a la
profesión de fe de cada persona. Dijo que Francisco ha sido usado como
un “peón” y, desde luego, se prometió a sí mismo ser una suerte de
cruzado en defensa de la cristiandad.
Trump
ha cimentado toda su campaña y su imagen como precandidato a la
presidencia en la confrontación, en no dejar títere con cabeza. Y su
actitud parece no tener límite.
El
papa Francisco cuando dijo ante medios que por querer constuir muros
fronterizos y no puentes, Trump “no es cristiano”. (Reuters)
Su
más reciente adversario retórico es, nada menos, que el papa Francisco,
en una confrontación verbal que no es precisamente nueva pero que ha
arreciado ahora de modo peculiar e intenso, a veces con toques absurdos.
Desde
hace un tiempo se habían registrado fricciones entre el Vaticano y
Trump. Por ejemplo, durante su visita a EEUU en 2015, el Papa defendió
en Filadelfia a los inmigrantes latinos que llegaron al país “con un
gran costo personal” y les pidió no sentirse avergonzados de sus
tradiciones. Eso en directo contraste con los ataques que Trump había
hecho antes contra los indocumentados provenientes de México, a los que
estigmatizó como criminales.
Luego,
hace algunos días, cuando Francisco estaba por comenzar su gira por
México, que a la postre incluyó una visita a la fronteriza Ciudad
Juárez, el magnate dijo que el Papa “es una persona muy política” pero
que “no entiende el peligro de la frontera abierta que tenemos con
México”, según el New York Times. Y agregó que el Pontífice estaba siendo usado por el gobierno de México para mantener sin cambio la situación en la frontera.
El
Vaticano respondió que la posición del Papa sobre la migración y las
fronteras no solo se refiere a EEUU y México sino a todo el mundo. Y que
lo hace porque es parte de su compromiso pastoral y evangélico, aunque
eso no le quita su carga política.
El
Papa bendice a los fieles que asistieron a su misa en Ciudad Juárez,
evento que se registró a un lado de la frontera de México con Estados
Unidos. (AP)
Ya
había roces, pero todo estalló cuando en el viaje de vuelta a Roma tras
su visita a México Francisco habló sobre la “crisis humanitaria” que la
migración de personas ha creado en la frontera sur de EEUU mientras, y
aludió a Trump al decir que “una persona que sólo piensa en la
construcción de muros, dondequiera que se encuentren, y no en la
construcción de puentes, no es cristiano”. Esa actitud, añadió el Papa,
“no está en el Evangelio”.
Esas
palabras del Pontífice católico desataron de inmediato el vendaval, y
se comenzó a afirmar que Francisco considera que Trump “no es
cristiano”.
El magnate reaccionó al poco con un comunicado
en el que arremete contra el Papa con una redacción que a veces es
futurística y luego parece una trama de novela de intriga política.
Al
principio del comunicado, Trump dice que el Papa debería rezar para que
en el hipotético escenario de un ataque del Estado Islámico al
Vaticano. el magnate haya sido electo presidente de EEUU porque, de ser
así, entonces ese ataque no habría sucedido. Es decir que cuando algo
así suceda el Papa debe confiar que en realidad no ocurrirá porque Trump
lo habría impedido de antemano. Un galimatías.
Trump al reaccionar a las afirmaciones del papa Francisco sobre él. (AFP)
Luego,
señala que el Papa solo escuchó “un lado de la historia, y no vio el
crimen, el tráfico de drogas y el negativo impacto económico que las
políticas actuales tienen en EEUU. Él no vio como los líderes mexicanos
han sido más listos que el presidente Obama y nuestros líderes…”.
Aunque
muchos en el gobierno de México posiblemente desearían que lo que Trump
señala fuese cierto, y a pesar de las críticas a las autoridades
eclesiásticas y gubernamentales porque habrían mantenido bajo cierto
control lo que el Papa vio y experimentó en su visita al país, el
comunicado de Trump rebasa ampliamente lo dicho por Francisco, y lo usa
para arremeter mucho más contra sus rivales y fantasmas de campaña (el
terrorismo islámico, la ineptitud de Obama, la estigmatización de los
indocumentados).
Y
solo en un aspecto la respuesta toma un giro que parece personal: su
crítica de que “ningún líder, especialmente un líder religioso” tendría
el derecho de “cuestionar la religión o fe de otro hombre”, una
afirmación correcta pero que tiene como correlato, por ejemplo, los
cuestionamientos del magnate sobre si Ted Cruz es un cristiano
evangélico, como indicó el portal Christian Today.
Al
Francisco decir que Trump “no es cristiano” podría no estar aludiendo a
la religión o creencias en sí del magnate, sino a su conducta o la
fidelidad con la que sigue los preceptos de esa fe.
Por
ejemplo, el Papa dijo en septiembre de 2013, unos meses después de ser
electo, que “la regla es soy un buen cristiano, estoy sobre el camino
del buen cristiano, si hago lo que viene de Jesús y hago lo que me lleva
a Jesús, porque Él es el centro”, de acuerdo al portal Camino Católico.
Es decir, aunque su reciente declaración tiene connotaciones e
implicaciones políticas ineludibles, su referencia a que Trump “no es
cristiano” aludiría a que su idea de crear un muro fronterizo se aparta
del “camino” de Jesús desde la perspectiva evangélica y de la
benevolencia y no a que el magnate no profese el cristianismo.
Incluso,
uno podría decir que desde la perspectiva del Papa lo cristiano en este
asunto equivaldría a católico y de allí pueden sacarse otras muchas
conclusiones.
El
papa Francisco acudió a la frontera entre México y Estados Unidos,
donde habló sobre los problemas de la migración y su crisis humanitaria.
(AP)
El
Papa le habría concedido a Trump “el beneficio de la duda” en relación a
sus planes para la frontera, indicó El Universal. Y declinó decir si
los católicos estadounidenses deberían votar por el magnate. Pero eso no
indica que las palabras papales hayan sido inocuas o que no tengan
entrelíneas una lectura política.
En
realidad, también tiene su peso el hecho de que un Pontífice católico,
que también es un jefe de Estado extranjero, no debería incidir en
procesos electorales de otro país y que calificar a un candidato es una
intromisión de esa naturaleza, incluso en un país como EEUU donde el
componente religioso está imbuido profundamente en lo político y lo
electoral.
Trump,
sea como sea, ha recalcado que es orgullosamente cristiano y, al final,
ha rentabilizado de forma importante las palabras del Papa en un frente
distinto. El magnate está en una dura contienda electoral contra Cruz
para captar la mayor cantidad de votos posibles de los conservadores
cristianos, y en específico de los protestantes. Y en esa pugna criticar
al Papa puede dar buenos réditos a ojos de ciertos grupos cristianos
estadounidenses que históricamente han desconfiado y sido refractarios
de la Iglesia Católica.
Son
votos de enorme importancia, por ejemplo, en la inminente elección
primaria en Carolina del Sur y para mantener la preeminencia de Trump a
escala nacional, algo crucial si se considera que en una reciente
encuesta de NBC y The Wall Street Journal,
Cruz ha superado ya al magnate con 28% de las preferencias (contra el
26%) de Trump, aunque en los promedios el multimillonario candidato siga
siendo el #1.
En cierto modo, todos los caminos llevan a Roma, o salen de ella.
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