La Fragmentación del Ser.
19/2/2016 3:20:00 a.m.
Una
de las creencias más arraigadas que tenemos programada, es que el Ser
es la sucesión/unión de varios cuerpos en una sola unidad. Se nos enseñó
que el cuerpo humano contenía una mente, un alma y un espíritu. Que
cada uno de estos cuerpos sutiles cumplía un propósito, y que la
convivencia de todos ellos insertados en un cuerpo físico, provocaba la
consciencia del Yo. El cuerpo físico está compuesto de varios sistemas
que cubren distintas tareas, distintas funciones, pero todos trabajan en
un mismo propósito, regidos por una misma regla, el funcionamiento
correcto y estable del cuerpo (lo que comúnmente llamamos salud) no son
cosas distintas, todos estos sistemas (Linfático, nervioso,
circulatorio, digestivo...) pertenecen a un mismo cuerpo, son una
unidad, a pesar de cubrir distintas funciones y ser aparentemente cosas
distintas. Con nuestros “cuerpos” sutiles ocurre lo mismo, no son
cuerpos como se nos ha hecho creer “independientes” sino que son
sistemas que realizan tareas distintas y a la vez complementarias, en
pro de una causa común, el Ser.
Tanto
los sistemas físicos que integran el interior de nuestro organismo,
como los sistemas que componen nuestra parte más etérica o energética,
forman parte del mismo cuerpo, del mismo Ser, bajo una conciencia que lo
comanda y ordena todo. Es la conciencia la que forma todos estos
sistemas para poder interactuar y vivir en nuestro entorno, estos
sistemas serán en mayor o menor proporción según exija el entorno, no es
una cuestión de planos en distintas dimensiones a distintas densidades,
sino que esa fracción de conciencia que forma parte del fractal que
compone la individualidad del Ser, deba quedar integrada, y unida a los
distintos fractales individuales, que componen la conciencia que forma
ese conjunto también conocido como “conciencia colectiva”.
Si
subimos niveles el fractal tiene un mayor tamaño y lo componen más y
más Seres individuales formando un gran colectivo, trabajando en un
propósito común, como lo hace el interior de todos los cuerpos ya sean
humanos o no. Este es el sistema natural que rige universalmente. Para
controlar este proceso y crear un sistema al margen del régimen natural,
se creó la Fragmentación del Ser. Haciendo creer o engañando al Ser y
su conciencia, que su esencia, está compuesta de distintos cuerpos,
negándole la integridad, ocultándosela bajo un manto de religiones e
ideologías, que forman parte de un sinfín de programas redundantes en
sentimientos y emociones contrarias a lo que dicta y rige en la
composición y mantenimiento de su propia vida, y su existencia. Negando
la conciencia e integrando el mantra “cuerpo, mente, espíritu”
diseccionaron y separaron, los sistemas para hacernos creer que eran
cosas distintas. Al fragmentarlo destruyeron el Ser, dejando solo un
humano confundido, perdido, sin identidad ni origen, sin conciencia,
solo con una programación egoica e individual separada del fractal de su
colectivo y por ende de todo los sistemas que rigen el orden natural.
Fragmentando
la conciencia se divide y se vence sobre el Ser y su parcela de poder
universal. Se anula su voluntad, se logran instalar programas como la
muerte, el miedo, el sufrimiento y el dolor, y es ahí, cuando la
separación/desconexión crea la enfermedad y se limitan las funciones
físicas, dejando a todos los sistemas en una constante lucha por la
supervivencia, eliminando toda capacidad de expansión. Todos los
sistemas ya sean fisiológicos o energéticos, se complementan, se
comunican y trabajan juntos en pro de la conciencia y la vida, si se
separan todos trabajaran de forma instintiva e inconsciente, sin
comunicación, contaminándose los unos a los otros, pero sin ser
conscientes de donde se genera realmente el mal que lo enferma y lo
mata.
Esto
genera tal grado de confusión que inevitablemente otros puedan pescar
en rio revuelto y formar sistemas que entrampen aún más nuestra
conciencia. Hoy día nuestra programación a fragmentado tanto nuestro
Ser, que somos prisioneros de nosotros mismos, nuestra voluntad esta tan
apagada y apartada de nuestro propio propósito, que ni siquiera sabemos
lo que queremos, no sabemos enfocar nuestra voluntad en una meta, que
no solo nos libere a nosotros mismos, sino que integre todos nuestros
fragmentos y conecte con nuestro propia colectividad conciencial, para
operar en un propósito común.
Todo
este tiempo que hemos estado embargados, despojados de nuestra propia
integridad, ha creado falsas individualidades, todas distintas y
apartadas de la unidad, egos poderosos llenos de menosprecio hacia el
otro, que nos hacen vernos distintos, diferentes y únicos. Falsas
creencias de lo que somos, falsas creencias de lo que son los demás,
ideologías sobre razas, linajes y castas, nos ciegan y nos impiden
integrar cada uno de nuestras divisiones. Los programas instalados en
nosotros, que nos dicen quienes somos supuestamente, a que comunidad o
nación pertenecemos y que dios adoramos, nos impide poder ser un Ser
completo dentro del orden natural, regido por la conciencia integrada en
ese orden.
Seguimos
creyendo, escuchando esos cantos de sirena, diseccionando nuestra
conciencia en distintas capas y cuerpos sutiles, realizando la autopsia a
nuestra propia esencia, que vive inconsciente y esperanzada, esa misma
esperanza que es la que nos hace retomar todo lo programado, con el fin
de un futuro distinto y mejor, despreciando el presente y la acción
consciente en el hoy, por falsos propósitos mesiánicos, que alargan
nuestra propia agonía y evita nuestra toma de conciencia.
No
es difícil cambiar el mundo, no es difícil despertar de esta pesadilla,
solo hay que querer. Realizar la acción que nos haga retomar nuestra
voluntad, y a partir de ahí, el orden natural será restablecido
únicamente por orden explicita nuestra. Seguir esperando a que algo
suceda, solo retrasa lo que de un modo u otro será inevitable, y quien
lo sabe, trata de evitar que ese presente se acerque.
Al
final todo se reduce a lo mismo, conócete a ti mismo y conocerás al
resto, ya que aunque aún no se perciba, todos somos parte de un
sistema viviendo en un Ser, todos somos estrictamente el mismo fractal,
engranando en un fractal mayor, nuestro Planeta. Debemos olvidarnos de
lo que creemos, de lo que nos programaron, del orden jerárquico
universal, sus dioses y sus leyes, el propio tiempo los barrera de este
sistema, que es nuestro sistema, el orden natural es el único que debe
instalarse de nuevo en nosotros y en nuestro entorno, como Seres
colaborativos trabajando en un mismo propósito común.
Adiós
a la depredación, adiós a los linajes, las castas y las razas, adiós a
la religión, adiós a la programación del miedo, la escasez, el
sufrimiento inútil, la enfermedad y la muerte. Una conciencia eterna
viva y consciente, eso es lo que somos todos y lo que es todo.
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