La perversión de la Gnosis.
Es
curioso como a lo largo de la historia todo aquello que nos servía a
nosotros ha sido apartado, prohibido o ha recibido un trato herético.
Todo aquello que podía hacer que un hombre o una mujer común pudieran
provocar que liberara su Ser fue apartado y consumido por las llamas de
lo prohibido. El conocimiento de su entorno, de sí mismo y de sus
congéneres, fue una y otra vez, recibiendo ese trato herético. Todo
aquel que se acercaba peligrosamente a la verdad, fue ejecutado o
quemado en la hoguera. Hoy día lo políticamente correcto impide que
ejecuten a todos estos que curiosean demasiado y buscan la verdad, para
ello tienen otras herramientas más sutiles y menos sangrientas para
tapar con éxito esa verdad menos palpable, aunque se siguen usando
métodos drásticos para todos aquellos personajes incómodos.
La
piedra filosofal de nuestra injusticia histórica es sin duda la Gnosis,
esa maltratada palabra que no es más que según los griegos antiguos, el
conocimiento más elevado y puro, o lo que todos entendemos como verdad.
Por eso esta palabra y aquellos que en la antigüedad buscaban la
verdad, los gnósticos, fueron tachados de herejes, porque se negaron a
creer, no cedieron ante ninguna religión o ideología que se les quisiera
imponer. No creyeron en salvadores, ni mesías, se negaron a buscar
fuera, lo que tenían dentro, entendieron la Gnosis como el
autoconocimiento más interno y esencial, ligado al Ser y la conciencia
que somos.
Esto
aún hoy día es un peligro para un sistema como el que sufrimos, y a
pesar de que a muchos herejes como nosotros, buscadores de la verdad y
el conocimiento interno, que nos dé un poco igual que nos tachen, se nos
etiquete o se nos trate como a parias, locos o inadaptados, no deja de
provocar que unos pocos se sumen a otros pocos y se eleve el número de
aquellos que piensan por sí mismos.
Es
por eso que de la antigüedad a hoy, pocos cambios se han propiciado,
los elementos discordantes siguen siendo molestos, los herejes siguen
sufriendo escarnio y aun se sigue en la más absoluta oscuridad medieval.
Los gnosticos, fueron absorbidos por el sistema y crearon un “ismo”
para ellos, la Gnosis cayo devorada por el esoterismo y el ocultismo más
oscuro, se pervirtió como todo lo que tocan aquellos que desde las
sombras más cavernosas controlan el mundo.
Movilizaron
grupos sectarios que propagaron distintas Gnosis, llenas de falsedad
que contradecían la esencia de esa búsqueda interior otorgando todo el
poder y esencia del Ser, a entidades. Teosóficos débiles de voluntad,
mentes pervertidas ansiosas por calmar su complejo de inferioridad,
controlando a otros a través de herramientas cedidas por esos oscuros
entes de apariencia figurativa y amigable, pero de esencia pútrida.
Estos mediocres que hace algo más de siglo se codeaban con el poder
emplean hoy sus legiones de iniciados ignorantes que andan infiltrados y
perdidos en las redes, divididos entre distintas formas de negarse a
llamar al Mal por su nombre. Lameruzos anales de la sabiduría
hiperbórea, la teosofía rancia, el pensamiento mágico, o la basura
seudocientífica mal difundida.
Ninguno
de ellos deberían merecer nuestro respeto, todo aquel que impida
conocerte a ti mismo, a dar con tu esencia y dar con la verdadera Gnosis
de lo que eres, sacando fuera de ti, tu propia voluntad, alimentándose
de tu devoción, usándote como a un vulgar seguidor, vasallo y servil,
ante títeres sin voluntad, sin conciencia y con un grado psicopatía poco
usual.
Todas
estas fuentes de conocimiento son flor de un día, falsas Gnosis que
nacen para desviarte de tu verdadera meta. Tarde o temprano encontraras
tu camino, tarde o temprano darás con tu propia Gnosis, tarde o temprano
serás un hereje, ese es tu destino y no lo podrás evitar. Es anti
natural que no sea así, ser un converso en un sistema que trata de
aniquilarte como única ley, va contra tu propia naturaleza. Lo cuerdo
hoy es ser un anatema, un hereje, ya que lo contrario es la desconexión y
la perdida de la conciencia.
Dejar
de creer es el principio de conexión al todo, tras esto llega la
desprogramación, para más tarde iniciar el proceso de purga y
purificación, al final solo quedas tú. Ahora es cuando empieza el
verdadero conocimiento y la responsabilidad que conlleva Ser consciente y
tener conciencia.
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