jueves, 31 de marzo de 2016

¿Cómo sería vivir en Kepler 438b, el exoplaneta más parecido a la Tierra descubierto?

¿Cómo sería vivir en Kepler 438b, el exoplaneta más parecido a la Tierra descubierto?

Hoy vamos a hacer otro ejercicio de imaginación y nos marchamos hasta Kepler 438b, un mundo alejado de la Tierra, pero que tiene según los científicos un 88 % de similitud con la Tierra, nuestro planeta natal.
Kepler 438b es un peculiar mundo de proporciones similares a la Tierra, en la zona habitable de su estrella y a unos 473 años luz de nuestro mundo, por lo que tardaríamos 473 años en llegar hasta allí viajando a la velocidad de la luz, algo imposible hoy día para un humano.
Sin embargo, imaginaremos que hay agujeros de gusano y nos plantamos allí en unas horas. ¿Qué vamos a encontrar?

El color del cielo en Kepler 438b

Kepler 438b gira en torno a una estrella de tipo k, es decir, una enana naranja más pequeña que nuestro Sol y con un color menos amarillento. Lo primero que nos llamaría la atención es el color del cielo, aunque dependería también de la composición de la atmósfera, pero diferiría de nuestro Tierra seguro.
Por otro lado, el año en Kepler 438b sería muy corto, de tan solo 35 días. Dado que la estrella es más pequeña y menos cálida que el Sol, la zona habitable está mucho más cercana que en el Sistema Solar. Así que si quieres vivir mil años, tal vez aquí lo consigas si no mueres calcinado, como veremos más adelante.

El día y la noche en Kepler 438b

Un planeta tan cercano a su estrella puede sufrir fuerzas de marea debido a la interacción gravitatoria por su corta distancia. Esto significa que Kepler 438b podría tener una cara siempre iluminada y otra en perpetua oscuridad. Así pues, el día y la noche no dependen del giro sobre su eje sino de la parte del mundo en que te encuentres.
Sin embargo, en un planeta con una masa casi 1,30 veces mayor que la terrestre y anclado por marea con su estrella, la temperatura en la zona oscura sería muy fría, helada, mientras que en la iluminada sería de una media de unos 37º C.
Es decir, un verano muy caluroso y eterno. La parte negativa es que si la atmósfera no es suficientemente densa, el agua podría estar ya evaporada eliminando toda posibilidad de vivir allí.

¿Respiraríamos en Kepler 438b?

No se sabe bien la composición que puede tener la atmósfera de Kepler 438b. Dadas sus características, podría estar formada por oxígeno inorgánico en altas concentraciones, lo que haría imposible respirar en él.
En conclusión, si pudiésemos llegar a Kepler 438b, tendríamos un día eterno a una temperatura extremadamente cálida en un mundo algo más grande que la Tierra frente a una estrella naranja y con agua (si queda) bastante caliente.
De todas formas, según los científicos, el planeta es arrasado cada cierto tiempo por fuertes llamaradas provenientes de su sol por la cercanía de ambos cuerpos. Así que de momento mejor cuidamos nuestra Tierra y mañana ya veremos si merece la pena viajar allí.

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