El secretario del Departamento del Tesoro de EEUU Jack Lew explicó el fin y alcance de las sanciones contra los países como Rusia, Cuba e Irán.
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Las sanciones son uno de los métodos predilectos de Washington para
influenciar, mediante el aislamiento de individuos, organizaciones o economías nacionales, el sistema financiero global
, explicó el funcionario.
Con el paso del tiempo han evolucionado desde amplios embargos, como el que fue impuesto contra Cuba, hacia acciones más concretas.
Como ejemplo de las medidas "de última generación", el funcionario estadounidense se refirió a las medidas que buscan debilitar las industrias rusas de defensa, minería y a los bancos de propiedad estatal en respuesta a su política en Ucrania.
"No nos podemos rehusar al uso de sanciones solo porque estas ralenticen el crecimiento económico", afirmó Lew con la reserva de que las sanciones son una herramienta fuerte que tampoco puede ser aplicada "de manera frívola".
Las sanciones "apuntan a los centros de poder en dónde se toman las decisiones", precisó. Una vez impuestas, tienen que ser bien "vigiladas" para que estén a la mano, "en cuanto se necesiten".
EEUU alienta a los países a que cambien su comportamiento conforme con las exigencias de la Casa Blanca. Así se eliminaron las sanciones contra Irán, ya que el país demostró buena voluntad en frenar su programa nuclear.
La francamente cínica declaración del jefe de la Hacienda de EEUU fue tachada por la presidente del Comité de Anticorrupción de la Duma Estatal, Irina Yarovaya, como una muestra de "charlatanería política".
"Si el poder de un país tiene su propia opinión y postura y esta no le gusta a EEUU, tal poder se convierte en el blanco de su ataque", subrayó la parlamentaria.
EEUU, la UE y algunos otros países de Occidente aplicaron sanciones contra algunos políticos y hombres de negocios de Rusia, así como contra varias compañías de los sectores de defensa, minería y bancos estatales.
Como condición principal del levantamiento del embargo, Washington indica el cumplimiento de los acuerdos de Minsk. Moscú, a su vez, insiste en que Rusia no es parte del conflicto en Donbás, Ucrania.