Las precisiones aportadas esta tarde por Molins indican que Kriket, de nacionalidad francesa y fichado hace años por delincuencia común en Bélgica, disponía de los elementos necesarios para, en coordinación con otros, cometer un atentado importante. Las investigaciones han hallado conexiones con el terrorismo yihadista belga, pero también con posibles ramificaciones en Holanda. A través de la tarjeta SIM de un móvil de Kriket se ha sabido que conectó con otro presunto yihadista, Anis Barhi, que estaba en Holanda. Son investigaciones previas a los atentados de Bruselas que costaron la vida a 32 personas el pasado día 22.
El detenido era un viejo conocido del movimiento yihadista franco-belga. Nacido en Courbevoie, en la periferia noroeste parisiense, está vinculado con el presunto cerebro de los atentados de noviembre, Abdelhamid Abaaoud. Ambos fueron juzgados y condenados en Bruselas en rebeldía en julio de 2015, durante el juicio a la gran filial de reclutamiento yihadista del belga Khalid Zerkani, de 41 años. Una treintena de personas estaban inculpadas en este caso.
Los investigadores han podido determinar los lazos entre Kriket y Anis Barhi, arrestado el pasado domingo en Rotterdam a petición de las autoridades francesas. Ambos pasaron juntos la frontera entre Francia y Bélgica once días antes de los atentados de Bruselas y ambos habían viajado juntos a Siria previamente.
Reda Kriket ha sido inculpado por asociación de malhechores en relación con una organización terrorista y por tenencia de armas y explosivos, entre otros cargos. Molins ha reconocido que el presunto terrorista no ha aportado datos durante los seis días de detención previos a su imputación y entrada en prisión provisional, lo que dificulta la identificación de la célula terrorista de la que probablemente forma parte. Holanda, Bélgica y Francia están colaborando estrechamente en las investigaciones, ha asegurado el fiscal de la República.
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