Espionaje,
apología del terrorismo, intentos de golpe de estado... Son las
acusaciones de una Fiscalía controlada por el gobierno turco y que es su
punta de lanza en la batalla contra el periodismo, que ha desencadenado
detenciones, cortes de emisión y policía tomando redacciones. En este
clima el derecho a la información ha quedado en entredicho, y la
convulsa situación en el este país (conflicto kurdo-turco y el Daesh en
la frontera) aparece distorsionada en los medios. En el informe anual de
2015 de Reporteros Sin Fronteras Turquía aparece en la posición 149 de
180 y el Comité para la Protección de Periodistas situó a Turquía como
el quinto país con más periodistas encarcelados.
Los corresponsales extranjeros se encuentran sometidos a múltiples amenazas. En ciudades como Cizre los controles militares son extramadamente estrictos y en Diyarbakir es prácticamente imposible entrar en la zona de combate. En la fronteriza Nusaybin, donde actualmente luchan soldados turcos, la guerrilla PKK kurda y el Daesh, un fotoperiodista fue disparado esta semana por un francotirador del ejército turco.
Es la misma zona de la que el diario Cumhuriyet descubrió como camiones del Servicio Secreto cruzaban la frontera llenos de armas para apoyar la oposición a Al Ásad. Entonces la fiscalía pidió cadena perpetua para Can Dündar, director; y Erdem Gül, en Ankara. Finalmente el Tribunal Constitucional falló a favor de los periodistas, afirmando que se había violado la libertad de expresión. Erdogan, que ya había afirmado que "lo pagarían caro" dijo, tras la resolución del tribunal, que "no respeta la decisión de liberar a los periodistas" porque "esto no tiene que ver con la libertad de prensa, es un caso de espionaje". En plena crisis migratoria, Alemania se desmarcó al considerar que "son asuntos internos". Además, Baris Ince del periódico Birgün fue condenado a 21 meses de cárcel por insultar a Erdogan y Sami Tunca, del Mücadele Birligi, a 49 años por "ser parte del Grupo de Acción Comunista de Turquía (TKEP/L)".
El cargo más habitual al que se enfrentan los periodistas es el de apología del terrorismo. Así acusó la fiscalía a la cadena IMC TV por emitir una entrevista a Dündar y Gül, que fue cortada en el transcurso de la emisión. Dicha cadena realiza importantes coberturas del conflicto kurdo, lo que le valió para ser acusada de "propaganda del terrorismo". Ahora solo se emite por Internet. Además, recientemente CNN Türk eliminó varios programas de su parrilla y varios canales de la televisión por satélite Digiturk fueron cerrados por "delitos contra el orden constitucional".
El ataque a Fethullah Güllen
Güllen, antiguo aliado de Erdogan, lidera Hizmet, una organización religiosa opaca con mucha influencia en la sociedad e importantes negocios. Juntos ganaron dos elecciones y le asestaron un duro golpe al poder del ejército. Tras la ruptura en 2011 entre el islamismo de Erdogan y el de Güllen, el primero comenzó a atacar a los medios afines a Hizmet. En octubre, a cuatro días de las elecciones, el gobierno intervino el conglomerado Koza-Ipek. Sus canales Kanal Türk y Bugün TV vieron como su señal fue censurada.
Poco después llegaron los ataques a la compañía Feza Gazetecilik. La fiscalía acusó de terrorismo, el tribunal aceptó y la policía entró en la redacción del periódico Zaman, el de mayor tirada en el país, y el gobierno nombró una gestora. Éstas, que deben ser independientes, en la práctica están formadas por personas del área del AKP, partido del gobierno. A los periodistas les dio tiempo a mostrar su defunción con una portada en negro. Y sin parar, la agencia de noticias Cihan, de la misma compañía, sufrió la misma suerte.
Coto a Internet
Tras un gran escándalo de corrupción, el gobierno llegó a cerrar Twitter en 2014. El mismo año aprobaron una ley por la que pueden cerrar páginas web sin orden judicial. A finales de 2015 fue notorio cuando se pidió dos años de cárcel a un médico por realizar un fotomontaje con la cara de Gollum (El señor de los anillos) y Erdogan, y es que el código penal protege de cualquier crítica al presidente. En el fútbol, la Federación Turca sancionó con doce partidos y 7.000 euros al centrocampista Deniz Naki por dedicar en facebook la victoria en copa de su equipo al pueblo kurdo.
Los corresponsales extranjeros se encuentran sometidos a múltiples amenazas. En ciudades como Cizre los controles militares son extramadamente estrictos y en Diyarbakir es prácticamente imposible entrar en la zona de combate. En la fronteriza Nusaybin, donde actualmente luchan soldados turcos, la guerrilla PKK kurda y el Daesh, un fotoperiodista fue disparado esta semana por un francotirador del ejército turco.
Es la misma zona de la que el diario Cumhuriyet descubrió como camiones del Servicio Secreto cruzaban la frontera llenos de armas para apoyar la oposición a Al Ásad. Entonces la fiscalía pidió cadena perpetua para Can Dündar, director; y Erdem Gül, en Ankara. Finalmente el Tribunal Constitucional falló a favor de los periodistas, afirmando que se había violado la libertad de expresión. Erdogan, que ya había afirmado que "lo pagarían caro" dijo, tras la resolución del tribunal, que "no respeta la decisión de liberar a los periodistas" porque "esto no tiene que ver con la libertad de prensa, es un caso de espionaje". En plena crisis migratoria, Alemania se desmarcó al considerar que "son asuntos internos". Además, Baris Ince del periódico Birgün fue condenado a 21 meses de cárcel por insultar a Erdogan y Sami Tunca, del Mücadele Birligi, a 49 años por "ser parte del Grupo de Acción Comunista de Turquía (TKEP/L)".
El cargo más habitual al que se enfrentan los periodistas es el de apología del terrorismo. Así acusó la fiscalía a la cadena IMC TV por emitir una entrevista a Dündar y Gül, que fue cortada en el transcurso de la emisión. Dicha cadena realiza importantes coberturas del conflicto kurdo, lo que le valió para ser acusada de "propaganda del terrorismo". Ahora solo se emite por Internet. Además, recientemente CNN Türk eliminó varios programas de su parrilla y varios canales de la televisión por satélite Digiturk fueron cerrados por "delitos contra el orden constitucional".
El ataque a Fethullah Güllen
Güllen, antiguo aliado de Erdogan, lidera Hizmet, una organización religiosa opaca con mucha influencia en la sociedad e importantes negocios. Juntos ganaron dos elecciones y le asestaron un duro golpe al poder del ejército. Tras la ruptura en 2011 entre el islamismo de Erdogan y el de Güllen, el primero comenzó a atacar a los medios afines a Hizmet. En octubre, a cuatro días de las elecciones, el gobierno intervino el conglomerado Koza-Ipek. Sus canales Kanal Türk y Bugün TV vieron como su señal fue censurada.
Poco después llegaron los ataques a la compañía Feza Gazetecilik. La fiscalía acusó de terrorismo, el tribunal aceptó y la policía entró en la redacción del periódico Zaman, el de mayor tirada en el país, y el gobierno nombró una gestora. Éstas, que deben ser independientes, en la práctica están formadas por personas del área del AKP, partido del gobierno. A los periodistas les dio tiempo a mostrar su defunción con una portada en negro. Y sin parar, la agencia de noticias Cihan, de la misma compañía, sufrió la misma suerte.
Coto a Internet
Tras un gran escándalo de corrupción, el gobierno llegó a cerrar Twitter en 2014. El mismo año aprobaron una ley por la que pueden cerrar páginas web sin orden judicial. A finales de 2015 fue notorio cuando se pidió dos años de cárcel a un médico por realizar un fotomontaje con la cara de Gollum (El señor de los anillos) y Erdogan, y es que el código penal protege de cualquier crítica al presidente. En el fútbol, la Federación Turca sancionó con doce partidos y 7.000 euros al centrocampista Deniz Naki por dedicar en facebook la victoria en copa de su equipo al pueblo kurdo.
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