TPP: Una amenaza a la soberanía
Conocé
de qué se trata este tratado de libre comercio impulsado por Estados
Unidos y la amenaza que representa para la soberanía de los países que
lo integran, mientras funcionarios de Argentina aseguran que el gobierno
quiere adherirse.
Por Matilde Moyano
El
Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en
inglés) es el mayor tratado de libre comercio de la historia, impulsado
por Estados Unidos e integrado por 11 países más (Perú, Chile, México,
Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam y
Canadá) ubicados en zonas estratégicas a ambos lados del océano
Pacífico, y los cuales representan el 25% de las exportaciones y el 40%
del Producto Bruto Interno (PBI) mundiales.
La
negociación de este tratado se realiza bajo una cláusula de
confidencialidad. En octubre de 2015 el presidente estadounidense,
Barack Obama, presionó para que avance este acuerdo que claramente es
ventajoso para Estados Unidos, ya que destruye la soberanía de los países que lo integran al poner por encima de esta el poder de los monopolios transnacionales,
que prevalecen por sobre cualquier medida proteccionista. Es de
conocimiento público que Obama pretende acorralar la economía de China,
la segunda potencia económica, para tener el control absoluto.
Ahora
falta que cada país ratifique su adhesión al TPP, mientras tanto deben
mantener silencio sobre su contenido, lo cual en parte constituye el
motivo por el cual este tema tan importante no se encuentra en boca de
la mayoría de los medios, aunque algunas organizaciones se encargan de
divulgar algo de información y esclarecer algunos aspectos. Wikileaks
filtró el capítulo sobre Propiedad Intelectual y así pudimos conocer el impacto que este tratado tendrá sobre las patentes de los medicamentos y derechos de autor:
El texto indica que se pretende ampliar el plazo de protección a las patentes (actualmente es de 5 años), lo que significa mayores
trabas para la fabricación de genéricos y la vía libre a las compañías
farmacéuticas para aumentar el precio de los medicamentos. Los
genéricos son fundamentales para reducir el costo de tratamientos de
enfermedades como el cáncer y el HIV, limitar su producción es ir en
contra de nuestro derecho a la salud.
Además, Estados Unidos quiere que los países firmantes del TPP reconozcan patentes sobre procedimientos médicos:
métodos de diagnóstico, cirugía y tratamiento, lo que significaría que
las nuevas técnicas para el tratamiento de enfermedades no podrían ser
usadas por cualquier especialista en cualquier parte del mundo.
El TPP pretende además el control absoluto de la información de patentes, ya que prohibe su difusión,
mientras actualmente la obligación de divulgación de la información de
patentes está plasmada en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos
de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (Adpic) de la
Organización Mundial del Comercio (OMC), en favor de compartir el
conocimiento.
En materia de agricultura,
el acuerdo pone en juego todos los recursos naturales de los países
firmantes. En Chile, por ejemplo, el gobierno insiste en que el TPP
tiene excepcionales beneficios, sin embargo las semillas que antes eran
distribuidas igualitariamente, con el TPP lo serán solo por algunas
corporaciones transnacionales, problemática que puede verse en “La Ruta de las Semillas”,
un documental que busca difundir y proteger el patrimonio cultural
inmaterial de la práctica del intercambio de semillas en nuestro país
vecino, y evidenciar las dinámicas productivas negadas por el mercado.
Como era de esperar, la multinacional Monsanto no
va a quedarse afuera de esto y ahora podría utilizar las leyes del TPP
para el libre rotulado de alimentos transgénicos y para monopolizar la
siembra y el mercado tanto de alimentos, como de salud y medioambiente. Y
de más está decir que esto empeoraría los problemas de salud tanto de
la población como de los suelos, si se da vía libre a la utilización de
los agroquímicos de Monsanto, como lo es el herbicida RoundUp, cuyo principio activo, el glifosato, se encuentra prohibido en 74 países y en marzo de 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo catalogó como posible cancerígeno. Recordemos que en Argentina la utilización de este agroquímico todavía está permitido y que somos el país que más glifosato consume en el mundo.
Esta semana el Secretario de Comercio de la Nación, Miguel Braun, confirmó que el gobierno nacional quiere entrar en el TPP, y aunque aclaró que no es la prioridad para este año, no podemos dejar que peligre nuestra soberanía. Por su parte, la Ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra, ya se había mostrado a favor del ALCA, el primer tratado de libre comercio para las Américas de la década del 90, que derivó en este nuevo acuerdo.
Es importante estar atentos/as a que
el 23 y el 24 de marzo el presidente norteamericano visitará nuestro
país, y si entre los motivos que lo traen se encuentra la evaluación de
la posible participación de Argentina en la alianza del TPP, tenemos que
saber que se trata de una negociación absolutamente antidemocrática.
A continuación podés mirar este video que explica de manera sencilla el TPP en 3 minutos:
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