Los EEUU vs la ONU: La lucha por el derecho internacional real
La
última Asamblea General de las Naciones Unidas demostró una vez más la
clara tendencia de que la ONU está completamente exhausta como
institución competente destinada a resolver problemas globales.
Las numerosas propuestas para reformar la ONU
fueron expresadas por presidentes y ministros de exteriores de una serie
de países miembros en la Asamblea General, y son una indicación clara y
adicional de que las actividades de la ONU tienen defectos importantes.
Las reuniones en el Consejo de
Seguridad de la ONU que tuvieron lugar en paralelo, también confirmaron
que el diálogo real sobre temas críticos está condenado al fracaso.
Cuando el representante sirio se dirigió a la asamblea y habló del
conflicto sirio, el representante en la ONU de los EEUU, de manera
demostrativa abandonó la sala. ¿Cómo es posible debatir cuestiones
serias en semejante atmósfera?
Por supuesto, gracias a la ONU, algunas
situaciones de crisis han sido resueltas en el pasado, pero esto era
antes. El mundo ha cambiado de manera significativa. Los principios
básicos del derecho internacional que todavía son adecuados para la
mayoría de países y pueblos, necesitan avanzar hacia un nivel más
adecuado que -simultáneamente- debe ser global a la par que debe excluir
la posibilidad de semejante fuerte influencia por parte de actores
destructivos tales como, por ejemplo, los Estados Unidos.
La sede de la ONU está en Nueva York, por tanto
los EEUU siempre influirán implícitamente en las decisiones de la
organización, incluso si la presencia del país se reduce al mínimo. En
vísperas de la ocupación de Irak, el embajador de los EEUU ante la ONU,
John Bolton, amenazó con suspender los pagos contributivos de EEUU e
incluso abandonar la organización. Aunque los EEUU no hizo esto (ya que
necesitan a la ONU cual eficiente herramienta para hacer lobby por sus
intereses), lanzaron la agresión contra Irak sin ninguna sanción de la
ONU. Sin embargo, la ONU misma terminó siendo cómplice en el desarrollo
de los mecanismos políticos que justificaron la ocupación unilateral (o
por coalición).
En 2001, la Comisión Internacional sobre
Intervención y Soberanía Estatal (ICISS, en inglés) de la ONU,
desarrollo una doctrina denominada Responsabilidad para Proteger (R2P,
en inglés). Esta doctrina marcó la transformación de la comprensión
internacional de soberanía, que históricamente había seguido las ideas
del derecho Westfaliano y la no-injerencia. La intervención humanitaria,
otra doctrina que la administración Clinton usó para justificar la
intervención militar en Haití y el bombardeo de Yugoslavia, empezó a
tomar una nueva forma en el contexto del derecho internacional Toda la
doctrina R2P sugiere que “los Estados soberanos tienen una
responsabilidad para proteger a sus propios ciudadanos de catástrofes
evitables” (Report: VIII, ICISS, 2001) y la comunidad internacional
debería incentivar o ayudar a los Estados a ejercer esta
responsabilidad” (ONU, 2012). La doctrina R2P es una norma, no una ley,
pero ha sido conectada al derecho internacional.
Naturalmente, la “comunidad
internacional” significa Estados Unidos y sus socios, esto es, el
colectivo democrático y liberal occidental y sus antiguas colonias que
tienen el estatus de socios menores.
Durante largo tiempo, esta doctrina ha sido una
poderosa herramienta de la influencia de la comunidad occidental,
incluyendo el aseguramiento de tratos, la dominación de negociaciones, y
la imposición de sanciones económicas con la asistencia de
organizaciones no-gubernamentales, Estados, e instituciones
internacionales. Sin embargo, ha habido fracasos fundamentales en esta
“política” que por ejemplo, condujo al genocidio en Ruanda y la guerra
civil en Sudán (en 2003, las fuerzas del gobierno sudanés y las milicias
Janjaweed fueron encontradas culpables de asesinatos masivos y
desplazamientos forzosos con al menos, 200.000 asesinados y 2,5 millones
de expulsados de sus lugares de residencia). Es más, incluso algunos
entre la comunidad occidental han empezado a criticar esta doctrina. Ha
llegado a verse como simplemente otro método de hacer una “guerra proxy”
y “crear pretextos sobre la base de la histeria moral” para las
invasiones “del mundo civilizado” contra “los tiranos”.
Pero hay incluso mecanismos más indirectos de
influencia sobre otros países a través de medios humanitarios,
culturales y económicos. Por ejemplo, está la Asociación Internacional
de Libertad Religiosa (IRLA, en inglés) [1], fundada en los EEUU en 1893
por los esfuerzos de los Adventistas del Séptimo Día. Esta organización
toma parte en las reuniones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU
cada año, y tiene sucursales en 80 países, incluyendo Rusia. Esta secta
protestante ha usurpado el derecho a afirmar lo que es la libertad
religiosa, que países son libres, cuales son opresivos, y qué debería
hacerse para asegurarse de que la “libertad” aparezca.
Recientemente, el lobby homosexual
también ha usado a la ONU para destruir los valores familiares
tradicionales. Según Hillary Clinton dijo durante su discurso en la
Comisión de la ONU sobre Derechos Humanos en diciembre de 2011: “Los
derechos gays son derechos humanos” [2].
La tendencia de promocionar el matrimonio gay en
la ONU está directamente conectado con la promoción e imposición de las
políticas abortistas. Están suscitadas bajo los auspicios de programas
abstractos de igualdad de género y la protección de derechos humanos. El
papel clave en este proceso está jugado no tanto por los países donde
estos temas se han vuelto normales, sino por los aparatos burocráticos
de la ONU. Las cuestiones del nacimiento y población son tratadas por el
Fondo de Población de la ONU (UNFPA, en inglés) y el Programa de
Desarrollo de la ONU (UNDP, en inglés). De hecho, siguen una estrategia
maltusiana apuntando a limitar la tasa de nacimientos a través de la
esterilización de mujeres y el aborto.
Los teóricos de la conspiración argumentan que hay
“1.000 millones dorados” (Golden billion, en inglés) preocupados por el
crecimiento de la población planetaria que busca reducirla mediante la
organización de guerras y epidemias. Sin embargo, hay evidencias reales y
documentadas que confirman que son los EEUU quienes están interesados
en limitar el proceso de crecimiento de la población del planeta. Es
suficiente con familiarizarnos con el memorándum secreto de EEUU,
NSSM-200 de la NSA, que fue preparado por Henry Kissinger y adoptado el
10 de diciembre de 1974. La Casa Blanca lo desclasificó en 1989. Fue
titulado: “Implicaciones del crecimiento de la población mundial para la
seguridad de EEUU y los intereses de ultramar” [3].
Los hechos relacionados con el
liderazgo de la UNFPA muestran que la línea general de población fue
realizada antes del establecimiento de las Naciones Unidas y está
conectada a las actividades de ciertos grupos.
Por ejemplo, en 2001, el embajador de buena
voluntad de la UNFPA fue Alexander Sanger, Presidente del Consejo
Internacional para la Planificación Familiar. Como representante y
defensor del control de natalidad, Sanger fue nombrado como “una de las
100 personas más influyentes del planeta en todos los tiempos” en 1995.
Mientras tanto, Alexander Sanger es el nieto de Margaret Sanger, la
“iluminadora sexual” que en 1921 fundó la Liga Americana de Control de
Natalidad, y después, el Comité Nacional para la Legalización del
Control de Natalidad en 1929. En cierto sentido, Alexander Sanger es el
sucesor de su causa.
Margaret Sanger promovió la idea del uso extendido
de la contracepción y el aborto como prácticas clínicas apoyadas por el
Estado. Además, se dedicó al contrabando de diafragmas en los EEUU y
publicó materiales obscenos en la prensa, violando repetidamente las
leyes federales.
Las convicciones ideológicas de Margaret Sanger
fueron racistas y anarquistas, y creía que, tanto el control de la
humanidad como la propaganda eugenésica podrían “dirigir la carrera para
eliminar a humanos defectuosos” [4]. Sus proposiciones incluyeron el
endurecimiento de las políticas de inmigración, el libre uso de métodos
de control de natalidad, el derecho a la familia a planificar una sana
mientras que se segrega o esteriliza compulsivamente a los mentalmente
discapacitados [5].
Es más, el poder establecido de Washington
virtualmente no oculta el hecho de que usa activamente los mecanismos de
la coerción económica para asegurar su poder. “En la OMC, el Banco
Mundial, y el FMI, la voz de EEUU es la más fuerte. Así, la hegemonía
global y la globalización económica se complementan perfectamente entre
sí. Los EEUU representan un sistema global abierto, pero ellos en gran
parte definen las reglas y definen cuánto quieren ser de independientes
respecto a este sistema”, dice Zbigniew Brzezinski [6].
Los mecanismos de influencia de los EEUU en el FMI
son bastante simples. Los EEUU invirtieron la mayor porción en la
creación de este fondo, sobre el 16,74%. Así, tienen el derecho de veto
en temas estratégico. En la mayoría de los casos, los socios
tradicionales de los EEUU en el FMI de los países de la UE y Japón,
comparten las posiciones de Washington en temas claves de la economía
global e ideología, esto es, del neoliberalismo. Al mismo tiempo, hay
comercio bilateral e inversión mutua que fortalece las relaciones entre
esos países. Las monedas de los países políticamente débiles están
vinculadas al dólar de uno u otro modo. Finalmente, la mayoría del
personal del FMI son ciudadanos de EEUU.
Los EEUU han usado incluso su posición
en el FMI para alcanzar resoluciones políticas en la ONU. Por ejemplo,
para conseguir su apoyo en el Consejo de Seguridad de la ONU, los
Estados Unidos negocian secretamente con países que necesitan préstamos o
incluso mitiga las condiciones previstas para las políticas económicas.
Cuando ecuador era miembro del Consejo de
Seguridad de la ONU, comenzó la guerra en el golfo pérsico. Ecuador votó
en 12 resoluciones por los EEUU y se abstuvo sólo en 2. En 1991,
Ecuador recibió 20 millones en Derechos Especiales de giro desde el FMI.
Yemen, sin embargo, no votó por la invasión de Irak por una serie de
consideraciones. Entonces, el Secretario de Estado de los EEUU
transmitió al embajador Yemení en Washington una nota diciendo: “Este
voto os costará más que nunca” [7].
Inmediatamente después, EEUU cesó la ayuda a
Yemen, así causando una escasez de dinero. Entonces, el FMI no concluyó
ni un acuerdo con Yemen hasta 1996. Pero en 1992, Zimbabue, por ejemplo,
era parte también del Consejo de Seguridad de la ONU. A diferencia de
Yemen, apoyó 11 resoluciones contra Irak. Como resultado, recibió nuevas
condiciones preferentes para préstamos [8].
Según la investigación de Dreher y Jensen, si un país vota según la
posición de los EEUU en la Asamblea General de la ONU, entonces el FMI
coopera con este país con menores precondiciones [9].
La reforma del FMI y el Banco Mundial también está
siendo discutida activa y últimamente. Pero, como en el caso de la ONU,
esto es probable que sea limitado por permutaciones y cambios
decorativos. La esencia permanece igual: La distribución
desproporcionada de riqueza en detrimento de la mayoría de países y
naciones.
¿Qué puede ser una alternativa a la ONU?
Activamente desarrollar foros regionales y estructuras tales como la
ASEAN, OCS, UNASUR, y organizaciones como los BRICS pueden presentar
alternativas. Junto con otras iniciativas, pueden convertirse en los
precursores de una nueva estructura internacional fundada sobre el
principio de multipolaridad y soberanía. Pero los elementos liberales y
remanentes del modelo centrado en occidente no deben ser permitidos en
este nuevo sistema. Justo como un virus, son capaces de infectar a los
cuerpos más saludables de Estados y regiones.
Notas:
[2] США будут бороться за права геев во всем мире. BBC, 7 декабря 2011. http://www.bbc.co.uk/russian/international/2011/12/111207_clinton_us_gay_rights.shtml
[3] NSSM 200, Implications of Worldwide
Population Growth For U.S. Security and Overseas Interests (THE
KISSINGER REPORT), December 10, 1974
[4] Engelman, Peter C, «Margaret Sanger»,
article in Encyclopedia of leadership, Volume 4, George R. Goethals, et
al (Eds), SAGE, 2004, Р. 132.
[5] Porter, Nicole S.; Bothne Nancy; Leonard,
Jason. Public Policy Issues Research Trends / Evans, Sophie J.. — Nova
Science. — P. 126.
[6] Brzezinski Z. The Choice: Global Domination or Global Leadership. Basic Books. 2004.
[7] Bandow D. Avoiding War/ JSTOR// Foreign Policy Magazine, 1992, 89. P. 161.
[8] К.Б. Роуз. Механизмы и пределы влияния США в МВФ. - М.: РАН, 2013. С. 55.
[9] Dreher A., Jensen N.M. Independent Actor
or Agent? An Empirical Analysis of the Impact of US Interests on IMF
Conditions// KOF Working Papers, 2005.
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