China sustituirá a Rusia como principal enemigo de Estados Unidos’
A pesar de que queden dos meses para el cambio oficial de administración
en Washington, las capitales de todo el mundo ya han comenzado a
prepararse para la llegada del nuevo dirigente estadounidense. Uno de
los primeros en felicitar a Donald Trump fue Vladimir Putin. Los
políticos de Moscú no han ocultado su satisfacción con el próximo cambio
de gobierno en la Casa Blanca.
La reacción de Pekín ha sido bastante más contenida. Lu Kang, representante oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular, expresó su deseo de que el nuevo gobierno de Estados Unidos “contemple de forma objetiva las relaciones económicas y comerciales” entre los dos países.
Las declaraciones del diplomático eran la respuesta a la solicitud de unos periodistas de que Pekín aclarara su postura respecto a las duras declaraciones de Trump durante su campaña electoral. Según el nuevo presidente estadounidense, Pekín se beneficia mucho más de las relaciones comerciales que Washington. Trump ha dado a entender en numerosas ocasiones que en caso de ser elegido presidente planeaba cambiar esta situación de forma radical para defender los intereses de las empresas estadounidenses.
“Si las relaciones no fueran favorables para los pueblos de ambos países, sería imposible haber alcanzado un nivel semejante de desarrollo comercial. Por esta razón, la cooperación económica y comercial entre China y Estados Unidos es mutuamente beneficiosa”, comenta Kang desmintiendo estas acusaciones.
El diplomático chino recordaba que el volumen del intercambio comercial el año pasado superó la astronómica cifra de los 560.000 millones de dólares.
Pekín espera que Trump también manifieste una postura clara sobre algunos problemas más sensibles de las relaciones bilaterales que afectan a cuestiones de seguridad, según Kang. Entre ellos figura el despliegue del sistema THAAD del escudo antimisiles estadounidense en Corea del Sur o las disputas territoriales en el mar de la China Meridional.
Según los expertos, la elección de Donald Trump para Rusia significa una oportunidad para dejar de ser considerada en Estados Unidos como el principal enemigo en potencia.
“En China existe realmente el temor de que las relaciones entre Washington y Pekín empeoren con Donald Trump, y esta teoría está completamente justificada, aunque por ahora no se puede decir que este escenario sea inevitable”, declara el jefe de investigación del Instituto del Extremo Oriente de la Academia Rusa de Ciencias, Alexander Lomanov.
Según el experto, ya durante el gobierno de Barack Obama en las relaciones entre ambos países han surgido numerosas diferencias políticas, sobre todo en relación a la situación en el mar de la China Meridional y con la tensa situación que se vive en Hong Kong, entre otros factores.
El experto del Consejo Ruso para los Asuntos Internacionales Maksim Suchkov asegura que Moscú está interesada en que tras el cambio de administración en la Casa Blanca en Estados Unidos se forme “un nuevo sistema de prioridades en el ámbito de la seguridad nacional en el que Rusia no sea la principal amenaza”.
Esta idea la comparte el director del centro Rusia-Oriente-Occidente, Vladimir Sotnikov. “Recuerden que según Barack Obama, la lista de los principales enemigos de Estados Unidos estaba formada por Rusia, el Estado Islámico y la fiebre del ébola. El presidente Trump no utilizará este enfoque. Es un hombre más pragmático, no un ideólogo, y es consciente de que Rusia no supone una amenaza para los intereses de vital importancia de Estados Unidos. Y estos intereses de vital importancia no se encuentran en el espacio postsoviético, no están en Ucrania, sino en otras regiones del planeta. Esto significa que se abrirá una vía para el diálogo con Moscú y para determinados cambios en materia geopolítica que una administración demócrata en la Casa Blanca nunca aceptaría”, comenta Sotnikov.
La reacción de Pekín ha sido bastante más contenida. Lu Kang, representante oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular, expresó su deseo de que el nuevo gobierno de Estados Unidos “contemple de forma objetiva las relaciones económicas y comerciales” entre los dos países.
Las declaraciones del diplomático eran la respuesta a la solicitud de unos periodistas de que Pekín aclarara su postura respecto a las duras declaraciones de Trump durante su campaña electoral. Según el nuevo presidente estadounidense, Pekín se beneficia mucho más de las relaciones comerciales que Washington. Trump ha dado a entender en numerosas ocasiones que en caso de ser elegido presidente planeaba cambiar esta situación de forma radical para defender los intereses de las empresas estadounidenses.
“Si las relaciones no fueran favorables para los pueblos de ambos países, sería imposible haber alcanzado un nivel semejante de desarrollo comercial. Por esta razón, la cooperación económica y comercial entre China y Estados Unidos es mutuamente beneficiosa”, comenta Kang desmintiendo estas acusaciones.
El diplomático chino recordaba que el volumen del intercambio comercial el año pasado superó la astronómica cifra de los 560.000 millones de dólares.
Pekín espera que Trump también manifieste una postura clara sobre algunos problemas más sensibles de las relaciones bilaterales que afectan a cuestiones de seguridad, según Kang. Entre ellos figura el despliegue del sistema THAAD del escudo antimisiles estadounidense en Corea del Sur o las disputas territoriales en el mar de la China Meridional.
Según los expertos, la elección de Donald Trump para Rusia significa una oportunidad para dejar de ser considerada en Estados Unidos como el principal enemigo en potencia.
“En China existe realmente el temor de que las relaciones entre Washington y Pekín empeoren con Donald Trump, y esta teoría está completamente justificada, aunque por ahora no se puede decir que este escenario sea inevitable”, declara el jefe de investigación del Instituto del Extremo Oriente de la Academia Rusa de Ciencias, Alexander Lomanov.
Según el experto, ya durante el gobierno de Barack Obama en las relaciones entre ambos países han surgido numerosas diferencias políticas, sobre todo en relación a la situación en el mar de la China Meridional y con la tensa situación que se vive en Hong Kong, entre otros factores.
El experto del Consejo Ruso para los Asuntos Internacionales Maksim Suchkov asegura que Moscú está interesada en que tras el cambio de administración en la Casa Blanca en Estados Unidos se forme “un nuevo sistema de prioridades en el ámbito de la seguridad nacional en el que Rusia no sea la principal amenaza”.
Esta idea la comparte el director del centro Rusia-Oriente-Occidente, Vladimir Sotnikov. “Recuerden que según Barack Obama, la lista de los principales enemigos de Estados Unidos estaba formada por Rusia, el Estado Islámico y la fiebre del ébola. El presidente Trump no utilizará este enfoque. Es un hombre más pragmático, no un ideólogo, y es consciente de que Rusia no supone una amenaza para los intereses de vital importancia de Estados Unidos. Y estos intereses de vital importancia no se encuentran en el espacio postsoviético, no están en Ucrania, sino en otras regiones del planeta. Esto significa que se abrirá una vía para el diálogo con Moscú y para determinados cambios en materia geopolítica que una administración demócrata en la Casa Blanca nunca aceptaría”, comenta Sotnikov.
Fuente: http://www.kommersant.ru/doc/3138284
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