Las corporaciones apuntan al corazón económico de Venezuela
Hostigamiento mediático y financiero contra Pdvsa: hacer fracasar el canje de bonos a toda costa
La estrategia de canje de bonos de Pdvsa
lanzada el pasado 16 de septiembre, diferida en par de oportunidades en
búsqueda de captar mayores recursos, resultó exitosa: la petrolera
venezolana logró canjear el 52,57% del monto ofertado para la operación,
ahorrándose 2 mil 899 millones de dólares tras desplazar sus pagos de
deuda externa de 2017 para 2020.
Palabras más palabras menos: el corazón
económico del país –Pdvsa–, sostén del 95% de los ingresos nacionales,
se zafó en el corto y mediano plazo de un escenario crítico para su
estabilidad financiera y por ende para la del país entero.
Como fue comentado en su momento por
Misión Verdad, esta operación fue atacada por calificadoras de riesgo
sentenciadas por estafa a inversionistas en Estados Unidos en el año
2008: Standard and Poor’s, Fitch y Moody’s.
Estas agencias dieron una calificación
negativa a la operación, buscando con ello generar desconfianza y temor
en los inversionistas para que no participaran. El objetivo no era
financiero, sino político: en tanto y en cuanto la operación fracasara
la situación financiera de Pdvsa y el país tendería a precarizarse más,
agudizando –y dirigiendo políticamente– el malestar económico de la
población, dado que el margen de maniobra para importar bienes básicos
–alimentos y medicinas– se vería reducido al extremo.
Otros tanques se sumaron desde el frente
mediático y empresarial. The New York Times, Reuters, Bloomberg, The
Wall Street Journal y Financial Times, por nombrar los medios con mayor
impacto en la opinión pública financiera, aplicaron un intenso
hostigamiento mediático buscando afectar la credibilidad internacional
de Pdvsa desde distintos ángulos.
En el manipulado y hamponil mercado
financiero, más importa el capital estético que el capital económico.
Qué se diga de ti define cuánto tienes, no cuánto tienes en realidad.
Cada vez que Procter & Gamble saca un nuevo champú aumenta sus
ganancias sin que el primer frasco llegue al anaquel y alguien pueda
adquirirlo.
Con ambos frentes avanzando
orquestadamente y sin fisuras, la corporación petrolera Conoco Phillips
introdujo una demanda a Pdvsa en Delaware a pocos días de cerrar el
canje de bonos, la cual calificaba dicha operación como fraudulenta por
supuestamente querer evitar el pago inflado de compensaciones por
efectos de nacionalización.
A Pdvsa le fue aplicado un brutal
secuestro financiero, empresarial y mediático durante toda la operación.
Aún así, con todo y que Ramos Allup tenía sus velas puestas al fracaso
del canje, la operación fue exitosa y el corazón económico de Venezuela
alivia su situación financiera en el corto plazo.
Cuando el mejor escenario es el peor
El canje de bonos no es una estrategia
aislada para mejorar la situación financiera de Pdvsa y el país, sino
que es complementaria a los esfuerzos realizados por Venezuela y países
OPEP, en conjunto con Rusia y otros actores de peso en el mercado
energético, para estabilizar los precios del petróleo en torno a los 60 y
70 dólares por barril.
Incluso los formadores de opinión
económica antichavistas más consultados por la mediática local, reflejan
que si el precio se llegara a estabilizar en dicha banda en el corto
plazo, sumado lo ahorrado por el canje de bonos, el país cerraría casi a
totalidad su déficit de dólares –necesarios para cubrir importaciones y
estabilizar el tipo de cambio–, además de afrontar en condiciones menos
vulnerables sus pagos de deuda externa en el mediano plazo.
Un escenario positivo en lo económico para Venezuela es proporcionalmente negativo para la élite financiera.
Nueva oleada de agresiones
En tal sentido, el éxito de la operación
y la posibilidad de que un acuerdo de estabilización de precios
petroleros se cristalice, activa una nueva etapa –mucho más agresiva– de
hostigamiento y cerco financiero contra Pdvsa.
La empresa Crystallex, de origen
canadiense, demandó a Venezuela por las mismas sinrazones y en la misma
corte que Conoco Phillips el día de ayer, maniobra que suma a una
supuesta evaluación de embargo a la estatal petrolera por 11 mil
millones de dólares que estarían realizando fiscales federales
estadounidenses por presuntos casos de corrupción, según reseñó
Bloomberg.
No sólo Bloomberg vendió la primicia
como el embargo petrolero más grande de la historia reciente, también
afirmó que supuestamente ese dinero sería devuelto al país durante la
gestión de un gobierno antichavista.
Este primer amague mediático mantiene
rasgos parecidos al caso “Lava Jato” en Petrobras, donde el velo
mediático de la corrupción fue utilizado como un mecanismo para la
intervención extranjera en Brasil. Las condiciones financieras y
mediáticas que dieron al traste con el mandato de Dilma Rousseff
provienen de esa maniobra internacional.
Vale recordar que así como Pdvsa es
demandada por corporaciones petroleras, Petrobras también recibió
ataques judiciales por parte de bancos globales –Goldman Sachs,
Citigroup, Morgan Stanley, etc.–, bajo el supuesto temor de no ver
cancelados sus préstamos a la empresa. Dos operaciones al parecer
cortadas por la mismo hacha.
El eje del conflicto se traslada al frente financiero
El plan de disparar al corazón económico
de Venezuela es político. Venezuela acaba de cancelar los intereses de
los bonos que no fueron canjeados y el resto de sus pagos pendientes.
Aun así, el riesgo país de Venezuela, elaborado por una corporación
financiera –en situación de bancarrota inminente– como Deutsche Bank, se
mantiene más alto que países que ostentan una deuda impagable, como
Estados Unidos o España. Se mantiene inalterado.
El conflicto se traslada hacia el frente financiero
La MUD es tan sólo un intermediario de
estos grandes intereses empresariales que se soban las manos con sólo
pensar en saquear nuevamente al país. En realidad no nos enfrentamos a
ellos.
Las agresiones financieras, llevadas a
cabo por actores empresariales con capacidad de influencia sobre
instituciones judiciales estadounidenses –Departamento de Tesoro y
Justicia, específicamente–, van en aumento y tienen su propio plan:
asfixiar financieramente a Venezuela en el mediano plazo para evitar
cualquier signo de recuperación económica y política del chavismo.
Echan el resto intentando cerrar el
conflicto a su favor con un tiro de gracia por la vía del golpe
financiero internacional, construido a partir de expedientes judiciales
capitaneados por corporaciones petroleras, hostigamiento mediático y
calificaciones de default selectivo.
La táctica de estrangulamiento contra
Pdvsa, activada desde cada uno de estos frentes, tiene como objetivo
ampliar el cerco financiero contra el país para reducir su margen de
maniobra en lo económico y acrecentar las dificultades de la población
en su vida cotidiana, afectando el posicionamiento financiero de la
empresa para que le vea complicada su recuperación.
Y la profundización de esta maniobra no
depende de actores estatales externos o de actores internos, sino de la
élite financiera y la aplicación de sus herramientas –calificaciones de
riesgo, demandas judiciales, etc.– para intervenir a Venezuela por la
vía financiera, así como lo intentan contra Rusia y China.
El diálogo como medida para la
estabilización del conflicto político interno y su amplio respaldo
internacional, las recurrentes equivocaciones de la MUD y la incipiente
normalización económica, trasladan el eje del conflicto hacia el frente
financiero. Paso a paso, acción tras acción, por más selectiva o
colateral que sea, va construyendo un relato y un marco operativo
funcional para golpearnos financieramente directo al corazón.
Afectar directamente al venezolano de a
pie, meterle la mano en el bolsillo y en el estómago, sin importarle qué
puede llegar a pensar la MUD o Hillary Clinton y Donald Trump, se
posiciona como un objetivo fundamental y estratégico para la élite
financiera para buscar la ansiada implosión del país.
Ese es el enemigo que enfrentamos:
poderes económicos globales con un portafolio de armas de distinto
calibre para asfixiar a un país que busca superar grandes adversidades.
Esto también es intervención extranjera, aunque nadie la nombre. El
verdadero enemigo apunta sus misiles al corazón.
Por: William SerafinoMisión Verdad
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