DESCUBREN DONDE ESTÁ ALOJADA LA CONSCIENCIA
Hace siglos que científicos y filósofos tratan de comprender la consciencia humana. En neurología clásica, la consciencia es considerada como un estado compuesto de dos elementos esenciales: el despertar y la sensibilidad.
Ahora, por primera vez, un equipo de investigadores del Beth Israel Deaconess Medical Center (BIDMC-New York) ha identificado lo que constituye una condición necesaria para la consciencia: un vínculo entre la región del tronco cerebral implicado en el sueño, por un lado, y las regiones implicadas en la sensibilización, por otro lado, dos condiciones necesarias para que pueda emerger la consciencia.
Según publica la revista Neurology, el estado de vigilia está regulado por el tronco cerebral, la parte del sistema nervioso central que une al cerebro con la médula espinal, responsable del ciclo vigilia/sueño y de los ritmos cardiaco y respiratorio.
Para su investigación, los investigadores analizaron a 36 pacientes de hospital que habían tenido lesiones del tronco cerebral. Doce de entre ellos estaban en coma (y por ello inconscientes) y 24 estaban conscientes.
A continuación analizaron el tronco cerebral y descubrieron que la zona conocida como el tegmento pontino dorsolateral rostral estaba asociada al coma. Constataron que 10 de los 12 pacientes inconscientes en estado de coma tenían lesiones en esta parte del tronco cerebral, frente a 1 sólo de los 24 pacientes conscientes.
A través de un comunicado difundido por la Universidad de Harvard, el experto Michael Fox expresa su satisfacción por haber descubierto que esta pequeña zona única es esencial para la conciencia. “Cuando está dañada, casi todos los pacientes caen en coma”
Relegar la inconsciencia al estado de coma es, sin embargo, arriesgado. ¿Cómo encajar los millones de testimonios que manifiestan consciencia en las Experiencias Fuera del Cuerpo (EFC), en viajes astrales o Experiencias Cercanas a la muerte?
Las conclusiones del Beth Israel Deaconess Medical Center contrastan con las investigaciones de respetados científicos de la mecánica cuántica que aseguran que la conciencia puede sobrevivir a la desapariciención del cuerpo.
La posibilidad de la vida después de la muerte es uno de los más grandes misterios de la humanidad, pero ahora los expertos afirman que no la conciencia no muere sólo muere el cuerpo. Es más, Stuart Hameroff de la Universidad de Arizona, cree que la consciencia no es más que la información almacenada en un nivel cuántico.
Junto al físico británico Sir Roger Penrose ha investigado esa posibilidad y creen haber encontrado pruebas de que en los microtúbulos basados en proteínas -un componente estructural de las células humanas- llevan esta información cuántica, una información almacenada a nivel sub-atómico.
El equipo del físico británico Roger Penrose ha encontrado pruebas de que los microtúbulos de las proteínas contienen información cuántica sobre el ser humano, que algunos denominan 'alma' y podría perdurar tras la muerte del cuerpo, informa 'The Daily Express'.
Penrose explica que una prueba de esta teoría es que, cuando alguien muere, esos conductos liberan su información subatómica al universo pero, si el proceso es temporal y logra regresar a la vida, regresa a cuerpo: esa sería la vivencia de las personas que tienen experiencias cercanas a la muerte.
Los investigadores del Instituto Max Planck de Física (Múnich, Baviera, Alemania) están de acuerdo y establecen que el universo físico en que vivimos se basa en nuestra percepción pero, una vez que nuestra parte física muere, existe un infinito más allá.
Quien fuera máximo responsable de esa institución, Hans-Peter Durr, subraya que "lo que consideramos como 'aquí y ahora', este mundo, solo es la parte material de lo que nos resulta comprensible", mientras que "el más allá es una realidad infinita mucho mayor".
En este sentido, Durr detalla que "nuestras vidas ya están rodeadas" de ese otro mundo en el que, "cuando el cuerpo muere, el campo espiritual cuántico permanece", un fenómeno que se podría considerar "inmortalidad".
Por su parte, el científico Christian Hellwig, del Instituto Max Planck de Biofísica y Química (Gotinga, Baja Sajonia, Alemania) añade que las propiedades de "nuestros pensamientos, nuestra voluntad nuestra conciencia y nuestros sentimientos" se podrían considerar "espirituales" —debido a que "no tienen una interacción directa con las fuerzas de la naturaleza fundamentales"— y "corresponden de manera exacta con las características que distinguen los tremendamente desconcertantes y maravillosos fenómenos del mundo cuántico".
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