miércoles, 18 de enero de 2017

La única solución posible es rehacer de fondo el sistema monetario global






La única solución posible es rehacer de fondo el sistema monetario global








Guillermo Fárber 







Sin duda, Donald Trump ha sido lo mejor que le podía haber ocurrido a Estados Unidos… considerando que la alternativa era Hillary Clinton. Pero esto no obsta para que conste que uno de los principales objetivos del presidente electo para regresar a su país a la grandeza es tan absurdo como declararle la guerra a la ley de la gravedad. Lo malo es que en esa guerra sin la menor posibilidad de triunfo, medio mundo puede resultar damnificado, incluyendo al mismo EU.

Me explico. Trump tiene toda la razón en denunciar la desastrosa situación de la economía estadunidense (ya denunciada desde hace al menos 23 años en el libro Bankruptcy 1995: The coming collapse of America, de Harry E. Figgie). Pero la causa de esa desastrosa situación no son las pésimas negociaciones comerciales (lousy deals) que arguye Trump, sino otra que al parecer ni siquiera sospecha.

La verdadera y fundamental causa de la desastrosa situación de la economía gringa es que hoy que se le está presentando a ese país la factura por un pecado que cometió hace 73 años y del cual ni siquiera parece estar enterado. Ese pecado original EU lo cometió en 1944 en Bretton Woods, al imponer a todos los demás países (enemigos derrotados y aliados desangrados, por igual) un sistema monetario planetario basado “en el oro y en un dólar que era tan bueno como el oro”. La primera parte de la frase era y es incuestionable, pero la segunda era y es una colosal falsedad dado que ninguna moneda fíat puede ser jamás, en ningún sentido, “tan buena como el oro”. Como en el primer principio lógico de identidad, solo el oro es tan bueno como el oro.

La gran pregunta

Sorry, Mr. Trump, pero ese pecado original no puede ser borrado ni redimido por ninguna clase de acción política, así sea esta de suprema habilidad, poder o intención. Si usted cree que esto puede “solucionarse” recurriendo a tarifas compensatorias, cuotas aduanales, medidas proteccionistas o intimidatorias, simplemente encarecerá y pospondrá el desenlace inevitable.

Lo pongo con manzanitas. En el actual sistema dolarcéntrico, un solo país produce dólares, pero todos los demás los necesitan para sobrevivir. Ergo, ese único país productor está obligado a tener déficit comercial, para que los demás tengan dólares con los cuales comerciar. Y como los dólares no son sino IOUs, el país que los genera TIENE que endeudarse sin límite. La definición misma de un círculo vicioso.

Créame, Mr. Trump, entendemos su diagnóstico, simpatizamos con su propósito y coincidimos con su convicción (al mundo le iría mejor con un EU fuerte y solvente), pero simplemente no podemos compartir su recetario. La solución no son mejores deals y un garrote más gordo; la única solución posible es rehacer de fondo el sistema monetario global, aceptando de entrada que solo el oro puede ser “tan bueno como el oro”. Pero eso implicaría renunciar al “exorbitante privilegio”. ¿Está usted listo para aceptar esta incómoda verdad?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario