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Van Reybrouck, ensayista belga: “La UE podría estar acabada a finales de año”
Por Kaos. Internacional
El
escritor ha mostrado su preocupación por que dirigentes como Marine Le
Pen (Francia), Frank Peutry (Alemania) y Geert Wilders (Holanda) ganen
las elecciones presidenciales que se celebran este año en sus países e
impongan un régimen conservador, xenófobo y nacionalista.
Independientemente
de la coincidencia que podamos tener con las opiniones del filósofo
belga Van Reybrouk, efectivamente el proyecto del capital financiero y
multinacional llamado UE está en serio riesgo tras el Brexit y la
creciente oposición, no solo neofascista, que se viene produciendo entre
la población europea frente a sus políticas de “austeridad” (recortes
de salarios y derechos, privatizaciones, contrarreformas fiscales…) y la
farsa democrática en que se sustentan sus instituciones.
Avanzar
hacia una verdadera Europa social y de los trabajadores exigirá
necesariamente acabar con la actual Unión Europea del euro y del capital
para sustituirla por una nueva unión libre de pueblos bajo el gobierno
de la mayoría social trabajadora. Para ello es imprescindible que las
organizaciones de izquierda anticapitalista y los movimientos sociales
impulsen ese proyecto alternativo, levantando una alternativa
internacionalista de clase que enfrente el proyecto reaccionario,
ultranacionalista y xenófobo de la ultraderecha neofascista.
Kaos. Internacional
En
un panorama político en el que destaca la llegada de Donald Trump a la
presidencia de Estados Unidos y el auge de los partidos ultraderechistas
en Europa, el autor belga David Van Reybrouck advierte de que “la UE
podría estar acabada a finales de año” si triunfan los movimientos
populistas.
Filósofo
y escritor, Van Reybrouck es uno de los principales ensayistas de
Europa, y muy conocido por su actividad como presidente del PEN en
Flandes (organización internacional a favor de la libertad de
expresión).
En
una entrevista con EFE, el escritor ha mostrado su preocupación por que
dirigentes como Marine Le Pen (Francia), Frank Peutry (Alemania) y
Geert Wilders (Holanda) ganen las elecciones presidenciales que se
celebran este año en sus países e impongan un régimen conservador,
xenófobo y nacionalista.
“Si
no se tiene cuidado, la Unión Europea estará acabada a finales de año”,
vaticina Van Reybrouck, consternado por la posibilidad de que los
candidatos nombrados sigan el ejemplo de sus colegas en Reino Unido y
convoquen también un referéndum que provoque la salida de más países de
la UE.
Para
el autor, el populismo actual -de la derecha- es “la neumonía de la
democracia” y se alimenta por el “deseo de participación” de la gente,
insuficientemente nutrido por su más destacada ocasión de tomar parte en
el escenario democrático: ejerciendo su derecho al voto.
Y
de esto habla en su último libro “Contra las elecciones. Cómo salvar la
democracia”, además de cómo los procesos electorales, lejos de
representar la democracia actual, corrompen la confianza de los
ciudadanos en la política, al verse obligados a elegir candidatos “poco
implicados con los intereses comunes”.
Es
por esto que propone un proceso de adjudicación semejante a una lotería
para gestionar los comicios, consistente en combinar el modo de
elección actual de representantes políticos, con un proceso que sea
aleatorio, en el que los candidatos salgan elegidos a partir de un
sorteo.
“Creemos
que hay un problema con los políticos, con sus partidos, con el
Parlamento, con la gente… Pero nunca percibimos el problema que tenemos
con los procedimientos. Las ideologías, aunque sean importantes en
ciertos aspectos, no sustentan lo suficiente, tenemos que cambiar la
metodología también”, afirma.
Esta
concepción “enferma” de la democracia es, según Van Reybrouck, la que
causa el crecimiento de partidos ultranacionalistas en Europa, que son
quienes actualmente “dan voz a la gente” aunque, en opinión del autor,
con un objetivo peligroso para el mantenimiento del proyecto europeo.
No
es capaz, sin embargo, de encontrar una explicación a por qué la
“derecha radical y populista” no triunfa en España, cuando incluso en
Alemania, un país que comparte parte de su deseo de dejar atrás su
período dictatorial, existe esa representación ultraderechista en el
partido Alternativa para Alemania (AfD).
“Es
algo a lo que le doy muchas vueltas, hay tanta gente descontenta en
España y un flujo de inmigrantes muy alto, hay potencial para que surja
este tipo de partido”, se sorprende el autor.
Al
hablar de Podemos, un fenómeno que mucha gente considera populista, Van
Reybrouck ofrece una perspectiva medianamente positiva al poner en
valor que intenten “combinar elecciones con técnicas de compromiso
ciudadano”, y pone de ejemplo los presupuestos participativos con los
que la formación morada financia sus campañas.
Sin
embargo, advierte que no es suficiente con “darle vitaminas a una
persona enferma con neumonía” ya que “probablemente necesite
antibióticos también”, refiriéndose a que es necesario “reinventar” la
democracia actual, incluyendo asambleas participativas en las que los
ciudadanos puedan deliberar sobre futuras iniciativas políticas.
No
sólo el presidente de Podemos -dice- debería estar preocupado por la
poca implicación de las personas en los procesos deliberativos y de
participación ciudadana, al entender que es una cuestión que debería
interesar al resto de fuerzas políticas.
“Tener un programa político diferente para ganar las elecciones puede ser útil, pero no sanará la neumonía existente”, asegura.
Fuente: Agencias
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