La
XIV Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América
(ALBA), a celebrarse en Caracas el venidero 5 de marzo, será otra
oportunidad para trazar nuevas metas en la batalla que libran
actualmente sus países miembros por la definitiva independencia, la
unidad y la integración de las naciones latinoamericanas y caribeñas.
Patricio Montesinos
Mariátegui
Nacida
el 14 de diciembre de 2004 por un acuerdo suscripto en La Habana entre
los líderes históricos de Venezuela, Hugo Chávez, y de Cuba, Fidel
Castro, el ALBA sepultó a la neoliberal Área de Libre Comercio para las
Américas (ALCA), que creó Estados Unidos con el propósito de mantener su
dominio en la región que se extiende del Río Bravo hasta la Patagonia.
Concebida
por Fidel y Chávez como un mecanismo de cooperación y solidaridad en
todas las esferas de la sociedad, en beneficio de los pueblos y contra
el neoliberalismo salvaje impuesto en la Patria Grande, esa entidad es
blanco hoy de una arremetida derechista que financia y estimula
Washington.
Desde
su fundación, el ALBA siempre fue un escollo para los gobiernos de
turno norteamericanos y la oligarquía regional en el viejo empeño por
mantener el dominio imperial en Nuestra América.
Por
esa razón, Venezuela, el país miembro con mayores recursos de los que
integran esa organización, y otros como Bolivia, Ecuador y Nicaragua,
además de Cuba, han sido objeto de agresiones de todo tipo por parte de
Estados Unidos y la derecha para debilitar y conseguir destronar a sus
gobiernos progresistas, y de facto intentar desintegrar al ALBA.
La
Revolución Bolivariana, que ahora encabeza el presidente Nicolás
Maduro, ha sido y es, sin duda alguna, la principal diana de los
disparos continuos de Washington dirigidos contra la referida entidad
integradora.
El
Pentágono y la Casa Blanca no esconden su hipótesis que derrumbando el
proceso revolucionario en Venezuela, el ALBA sufriría un golpe mortal,
precisamente por ser la nación de Hugo Chávez la de mayor fortaleza
económica.
Y
justamente por ese motivo es imprescindible intensificar la solidaridad
con Venezuela, en defensa de la paz, su soberanía, su libre
autodeterminación, y frente a las injerencias externas en sus asuntos
internos.
La
XIV Cumbre del ALBA en Caracas, el próximo domingo, es escenario ideal
para vigorizar el respaldo a la Patria de Bolívar, además de elaborar
planes con vista a intensificar la unidad y la integración entre
latinoamericanos y caribeños, en momentos de dificultades económicas y
políticas en la Patria Grande.
Otros
de los objetivos cardinales de esa cita debe ser asegurar la distensión
en la región, tomando en cuenta los preceptos recogidos en la Proclama
de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada en la II Cumbre
de la CELAC, efectuada en La Habana, en 2014.
Un
merecido homenaje a los padres del ALBA, Fidel y Chávez, será activar y
fortalecer la organización que en beneficio de los más desposeídos
crearon esos dos gigantes de Nuestra América.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario