Intervención de Estados Unidos en México y Centroamerica: la continuación de la economía de guerra
Entonces, al hablar de la guerra contra el narcotráfico en México y
Centroamérica, necesariamente se tendría que habar del flujo de armas,
un pilar fundamental que sostiene a la delincuencia organizada, pero
también al mercado de la industria bélica.
Intervención de Estados Unidos en México y Centroamerica: la continuación de la economía de guerra
Mientras
que los mandos del Comando Sur y el Comando Norte de los Estados Unidos
realizaban un recorrido por puntos estratégico en Honduras, México y
Guatemala, a principios de este año 2017, el recién electo presidente de
los Estados Unidos, Donald Trump, amenazaba a Enrique Peña Nieto,
presidente de México, sobre una posible intervención militar en caso de
que no pueda resolver el tema del narcotráfico.
El Comando Sur (SOUTHCOM) es uno de 6
Comandos Combatientes Unificados del Departamento de Defensa de Estados
Unidos, y es responsable de las operaciones militares de USA, la
cooperación y la creación de asociaciones en una región que incluye 31
países y 10 territorios en el Caribe, América Central y América del Sur.
El Comando Norte (NORTHCOM) es
responsable de la defensa interna de Estados Unidos, y abarca Alaska,
Canadá, México y porciones del Caribe (Cuba incluida).
México
Era el 31 de enero cuando el jet
Gulfstream IV (C20-F) de la de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos
(USAF) aterrizaba en el hangar de la Marina en la frontera sur de
México, Tapachula, Chiapas. Lori Robinson, jefa del Comando Norte de
Estados Unidos, Kurt Tidd, líder del Comando Sur, y la Embajadora,
Roberta Jacobson, se reunieron con funcionarios de la Secretaría de
Relaciones Exteriores (SRE) de México. Entre ellos estuvo la
subsecretaria para América Latina y el Caribe, Socorro Flores y el
canciller Luis Videgaray. De acuerdo con fuentes del medio británico,
Reuters, los asistentes pidieron el anonimato. Entre otros temas que se
abordaron en esta reunión, se tocaron ejes sobre migración y la
delincuencia organizada.
Esta reunión se llevaba a cabo mientras
se tensaban las relaciones diplomáticas vía telefónica entre el gobierno
de Enrique Peña Nieto de México y Donald Trump de los Estados Unidos,
donde este último exigía al presidente mexicano que su país tendría que
pagar por la construcción del muro fronterizo que divide a los dos
países. Trump también lanzaba una amenaza a Peña Nieto diciéndole que si
los militares mexicanos no podían combatir a los cárteles de la droga,
entonces tendría que enviar tropas de su país a solucionar el problema.
Han pasado ya varios días desde este
acontecimiento, y las declaraciones de Trump parecen ser la continuidad
de una intervención militar planeada desde antes del año 2010, según una
filtración de WikiLeaks con fecha del 10 de septiembre del año 2010 (Latam) Mexico-100910.
El documento revela que un equipo de la inteligencia de México y el
entonces embajador de este país en los Estado Unidos, Arturo Sarukhán,
realizaron reuniones secretas en las instalaciones del Comando Norte del
Pentágono. Por parte de Estado Unidos estuvo el Departamento de
Seguridad Nacional y representantes de la Fuerza Aérea. La filtración
también sostiene que, el entonces comandante del Comando Norte, el
almirante James A. Winnefeld Jr., había ordenado la evaluación de la
posible asistencia militar a México, más allá de la formación y
programas de intercambio.
Aunque el mandatario mexicano negó que
en la conversación con Trump se haya hablado sobre una posible
intervención al territorio de México, al parecer las declaraciones de
Trump y la última visita de los mando militares estadounidenses en
territorio mexicano tienen un sentido más amplio que exige la
participación y cooperación del gobierno de Peña Nieto para una
intervención de las fuerzas militares estadounidenses para sumarse a la
guerra contra el narcotráfico y la contrainsurgencia. Ya que la
filtración también afirma que Hillary Clinton hizo una comparación de
los acontecimientos con los contextos de guerra en medio oriente, por
tanto, la guerra contra el narcotráfico en México tendría que ser
considerada como una guerra contrainsurgente.
En esta guerra contra el narcotráfico en
México, donde Estados Unidos ha sido participe, la realidad arroja
cifras de más de 200 mil muertos durante una década, acompañada por el
fortalecimiento del crimen organizado y el aumento del flujo de armas y
drogas. Mientras estos mandatarios se esfuerzan por intercambiar sus
discursos más inteligentes , por los menos 2000 armas entran diariamente
de forma ilegal a México, es seguro que en la bolsa de valores forman
parte de los 10 000 millones de dólares anuales que representa el
negocio de la industria armamentista estadounidense. Las armas son
mercancías que obviamente fluctúan de acuerdo a las leyes de la oferta y
la demanda. Ya que según un informe publicado en el año 2014 por el
Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de México, se
estima que esas 2000 armas son compradas de forma legal en uno de los
más de cien mil permisionarios que las venden en negocios legítimamente
constituidos o a través de las llamadas ferias de las armas -Gun shows-
que operan a lo largo de la frontera con Estados Unidos y México.
Un
ejemplo es el rifle de asalto AR-15 fabricado por la armería más grande
de Estados Unidos, la firma Smith & Wesson, es una de las armas
preferidas de los narcotraficantes, pero también de uso exclusivo del
ejército Mexicano y los ejércitos centroamericanos. Esta firma que
cotiza sus acciones en NASDAQ (National Association of Securities
Dealers Automated Quotation) con el símbolo SWHC, solo en el año 2016
registró 722.91 millones de dólares en sus ventas. Las exportaciones de
armas de las principales industrias del mundo aumentaron en un 14% entre
los años 2011 y 2015 con respecto al lustro anterior, donde Estados
Unidos figura como el principal vendedor de armas a nivel mundial, según
el informe
del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI
por sus siglas en inglés) publicado en febrero del año 2016.
A las armas ilegales se suma el
armamento comprado por los Estados Nación. Un ejemplo es México, desde
el año 2012 hasta el año 2015, el gobierno de Enrique Peña Nieto aumentó
la compra de equipo militar a Estado Unidos, como aviones,
helicópteros, camiones todo terreno y armas de alto poder. Esta
adquisición se hizo a través del programa de ventas militares extranjeras (FMS) por
El
gasto militar por persona aumentó en el período 2004-2014; en
Honduras pasó de 9,0 a 30,7 dólares y en El Salvador se elevó de 26,8
a 41,0 dólares.
más de 1 billón de dólares, registró el
informe publicado en el año 2015 por el Comité de Servicios Armados del
Senado y de la Agencia de Defensa Seguridad y Cooperación ( DSCA por su
siglas en ingles), de los Estados Unidos. Esto significa que la
industria militar estadounidense adquiere ganancias de ambas partes de
la guerra, con la delincuencia organizada y con el gobierno, mientras
que las más de 200 mil vidas perdidas en este contexto, solo son daños
colaterales, y las personas que son obligadas a migrar, se convierten en
ilegales.
Entonces, al hablar de la guerra contra
el narcotráfico en México y Centroamérica, necesariamente se tendría que
habar del flujo de armas, un pilar fundamental que sostiene a la
delincuencia organizada, pero también al mercado de la industria bélica.
Otro ejemplo es el aumento de compra de
armas hacia Estado Unidos en el marco de la guerra contra el
narcotráfico y el terrorismo por parte de los países de América Central.
Los países que aumentaron su armamento y equipo militar son: Guatemala,
El Salvador, Honduras y Nicaragua. De acuerdo con los datos que ha
documentado el Informe,
“Estado de la Región” del Consejo Nacional de Rectores de las
universidades públicas de Costa Rica, las adquisiciones a Estados Unidos
ascendieron 2.015 millones de dólares en el periodo que comprende de
2004-2014. Honduras concentró el 75,3% del total regional ($1.518
millones de dólares). Y el país sin ejército, Costa Rica, totalizó
$142,6 millones, posicionándose en el segundo lugar.
Este contexto de la guerra contra el
narcotráfico y el terrorismo en América Latina se presenta como la nueva
economía política dictada por el mercado internacional de la Industria
Militar, ya que todo se ajusta a los lineamientos de la seguridad
nacional de Estados Unidos, que a su vez, velan por los megaproyectos de
alcance regional, como el Proyecto de integración Mesoamérica, que ha
creado un entramado de complejos extractivitas y zonas especiales donde
circulan de entra y salida las materias primas y mercancías, bienes y
servicios, pero también las armas y las drogas. Es claro que para
mantener el ritmo de producción de cualquier industria, es necesario la
demanda en los mercados, y para la industria militar, la mejor demanda
se encuentra principalmente en los contextos de guerra, como la del
narcotráfico y el terrorismo. Entonces, la posible intervención de los
Estado Unidos a México, tiene otro sentido más allá de acabar con esta
guerra, ya que terminar con la guerra contra el narcotráfico implicaría
terminar con el mercado de las armas en al región.
Con la intervención militar de Estados
Unidos a México se estaría cerrando una parte de la pinza que hace falta
en su área de influencia con presencia oficial del ejército
estadounidense, ya que los siete países que integran América Central
(Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Belice y
Panamá) han tenido presencia de las tropas estadounidenses en el marco
de la lucha contra la delincuencia organizada y el terrorismo, pero esto
no significa que hayan tenido buenos resultados.
Guatemala
Los mandos del Comando sur y del Comando
Norte de los Estados Unidos, el mismo día que visitaron el sur de
México, también viajaron hacia Guatemala donde visitaron la Fuerza de
Tarea Interinstitucional Tecún Uman, creada en el año 2013 con más de
250 militares de elite para combatir el narcotráfico, contrabando y
otras actividades del crimen organizado en las zonas fronterizas con
México.
“Las
Fuerzas de Tarea Interinstitucionales buscan posicionarse en los
principales centros fronterizos con México, Belice, El Salvador y
Honduras. Estamos hablando de alrededor de 7 Fuerzas de Tarea formadas
en y desde Estados Unidos. Hay infraestructura y un andamiaje
institucional y financiamiento de este país, es decir, ellos están
detrás de estas Fuerzas de Tarea”,
La visita del Comando Sur no es la
primera que realiza en Guatemala. La primera que realizó de forma
oficial fue en el marco de la inauguración de la 1ª Fuerza de Tarea,
Tecún Uman, en abril del año 2013, como una muestra de continua
cooperación de seguridad trasnacional entre Guatemala y Estados Unidos,
el General Frederick S. Rudesheim, quien era el Comandante del Ejército
Sur, visitó este país centroamericano para dar luz verde al acto de
inauguración del entrenamiento de la Fuerza de Tarea Interinstitucional
Tecún Umán, en San Marcos. En un boletín
de prensa emitido antes de la inauguración se anunciaba que la embajada
estadounidense había donado al Ministerio de la Defensa Nacional, 42
vehículos tácticos marca Jeep J8, con un costo total de 5.5 millones de
dólares. Incluyendo 9.2 millones de dólares en equipamiento personal y
organizacional y 10.71 millones de dólares en la construcción de una
base de apoyo logístico y de operaciones.
“Las Fuerzas de Tarea
Interinstitucionales buscan posicionarse en los principales centros
fronterizos con México, Belice, El Salvador y Honduras. Estamos hablando
de alrededor de 7 Fuerzas de Tarea formadas en y desde Estados Unidos.
Hay infraestructura y un andamiaje institucional y financiamiento de
este país, es decir, ellos están detrás de estas Fuerzas de Tarea”,
explicó para Avispa Midia el investigador Luis Solano, quien también es
autor del libro, “Guatemala Petróleo y Minería en las Entrañas del
Poder”.
Aunque
cada militar de las Fuerzas de Tarea cuenta con tecnología
especializada, como sensores de calor y visores de alcance de 2
kilómetros para realizar operaciones nocturnas, así como armamento de
alto poder y vehículos tácticos, las actividades del narcotráfico no han
disminuido. Solano asegura que las Fuerzas de Tarea están contaminadas
con las estructuras gubernamentales corruptas que se debieron haber
limpiado con la creación de las primeras Fuerzas de Tarea
Interinstitucionales. “Tras la caída del gobierno de Otto Pérez Molina y
todas las estructuras alrededor de ellos, se presentó como un proceso
de limpieza de las instituciones claves del Estado, pero que son las
mismas que forman esas Fuerzas de Tarea. Por más financiamiento que
haya, no ha habido una disminución del narcotráfico”, dijo Solano.
En Guatemala se han realizado una serie
de capturas y extradiciones de narcotraficantes, pero no se han tocado a
los altos mandos del ejercito y la policía que han sido participes de
la delincuencia organizada dice el investigador. “Sí han habido muchas
capturas y extradiciones, pero las estructuras no decaen, por el
contrario, se reconvierten y lo que se genera son luchas internas. En
Guatemala lo que se observa es que hay reciclajes y hay cambios de mando
en el poder de esos carteles de la droga. También el Estado tiene una
presencia clave y una fuerte influencia. Incluso hay denuncias de la
existencia de una organización narcotraficante dentro de la policía que
se encarga de decomisar cargamentos y pasarlos a otros carteles”,
explica Solano.
Efectivamente, en el año 2014, un
informe aparentemente producido para las agencias de inteligencia y
antinarcóticos de Estados Unidos y publicado en el diario elPeriódico,
se refiere a estos policías corruptos como el “Cartel de la Charola”, y
afirma que surgió luego de que algunos narcotraficantes empezaron a
pagarle a ciertos oficiales de la policía de Guatemala para que
protegieran sus cargamentos de drogas en los años noventa. Según la
investigación, algunos policías empezaron a robar estos cargamentos (una
práctica conocida como “tumbe”) para venderlos a traficantes en la zona
fronteriza entre Guatemala y México.
Aunque elPeriódico no especificó cómo
obtuvo el informe de inteligencia ni identificó a los autores o su
fecha, el investigador Solano afirma que, “en el caso del ejército, es
él quien realmente controla el narcotráfico en el país. Las
organizaciones de narcotraficantes no operarían sin un apoyo o relación,
o presencia de la inteligencia o contrainteligencia, de militares o
comandantes de zonas, siempre hay un vínculo. Esto no es nuevo, es
histórico, en los años 90 hubo una organización que se llamó Los
Capitanes. Se detuvieron a 10 capitanes del ejército que tenían el
control del narcotráfico en esa época, pero nunca fueron extraditados,
no hay ninguno de los altos mandos detenidos”.
La creación de una Fuerza de Tarea en
México quizá no sea la excepción en el sentido de que no este compuesta
por una estructura corrupta y que suceda algo similar que en Guatemala,
no acabarían con el problema, sino que serian parte de él. Lo que si es
seguro es que con este grupo de elite creado por los Estados Unidos, se
cierra la pinza de la presencia del ejército estadounidense en la
región.
“Las Fuerzas de Tarea al igual que otros
programas implementados por los Estados Unidos no han cumplido con los
objetivos ofrecidos. Por el contrario, los megaproyectos de
infraestructura para la extracción de minerales, petróleo, agua y gas
han aumentado de forma violenta, esto junto al narcotráfico han sido un
factor de expulsión de la gente en sus comunidades que son obligados a
migrar. Guatemala sigue siendo un punto clave de paso del narcotráfico
hacia México y hasta Estados Unidos. Por distintas formas, vía área,
marítima y terrestre, y todas las formas posibles para trasladar las
drogas. Todas las rutas comienzan en Honduras y el Salvador, y terminan
en Peten, Huehuetenango y San Marcos que son los departamentos que tiene
la frontera con México. Aquí hay una gran cantidad de puntos de cruce
del narcotráfico de forma impresionante, y que no han sido alterados
desde la formación de la primer Fuerza de Tarea que supuestamente tiene
presencia en esta zona”, dice Solano.
Honduras
Honduras es un país conocido por la gran
riqueza cultural y de bienes comunes de la naturaleza con los que
cuenta, pero también es conocido por el alto índice de asesinatos de
defensores del medio ambiente y el derecho de los pueblos indígenas. El
caso de Berta Cáceres, asesinada el 2 de marzo del año 2016, hizo que
los ojos del mundo voltearan a ver a este país. Más de 100 activistas
que defendían sus territorios contra proyectos de alto impacto de
empresas nacionales y transnacionales fueron asesinados entre el año
2010 y 2016, un dato que contrasta con el aumento de la militarización
en este país, incluso con presencia del ejército de los Estado Unidos
que llegó para establecer el “orden y la paz”.
El Comandos Sur y Norte también habían visitado este país un día antes de haber aterrizado en el sur de
“tiene
que ver más con el apoyo a las empresas transnacionales que están
saqueando nuestro país y son las que se están adueñando las tierras para
los monocultivos o para sus políticas conservacionistas”
México. Fueron recibidos por los
embajadores de Honduras y de Brasil en la Base Aérea Soto Cano, ubicada
en el valle de Comayagua, Honduras. En esta base
operan 600 militares estadounidenses y 650 civiles estadounidenses y
hondureños como Fuerza de Tarea Conjunta-Bravo (FTC-Bravo).
“El propósito” de la visita, según el sitio oficial
de la Fuerza de Tarea, “es fortalecer el entendimiento entre el Comando
Norte y el Comando Sur sobre los intereses de seguridad a lo largo de
la frontera México-Guatemala para la lucha contra la delincuencia”.
Aunque para los miembros del Consejo
Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPHIN), el
cual fundó Cáceres, la presencia del ejército estadounidense en sus
tierras, “tiene que ver más con el apoyo a las empresas transnacionales
que están saqueando nuestro país y son las que se están adueñando las
tierras para los monocultivos o para sus políticas conservacionistas”,
dijo el indígena Lenka, José Martínez, Coordinador de actas del COPHIN.
El duro golpe que han recibido lo
integrantes de esta organización al perder a una de sus principales
figuras en su proceso de resistencia, los ha obligado a continuar con
más fuerza y considerando los altos costos que puede tener esta
determinación. “Esto ha sido desde antes y durante el golpe de Estado
que los miembros del COPHIN hemos sido objetos de espionaje. Incluso en
mi casa he recibido una gran cantidad de anónimos de amenazas de muerte.
Juan Orlando Hernández (presidente de Honduras) es uno de los
personajes que tiene grandes intereses en el país y es quien está
poniendo en bandeja de plata a nuestro país a manos de las compañías
trasnacionales estadounidenses y europeas. El 35% de la geografía
nacional de nuestro territorio ya está concesionado. Y es por eso que él
está fortaleciendo la fuerza ejército, por ejemplo la policía militar
ha sido entrenada por los Estados Unidos”, señala José Martínez para
Avispa Midia.
Las visitas que han realizado ambos
comandos en América Central vienen a fortalecer las propuestas que lanzó
Orlando Hernández desde que asumió el poder tras el golpe de Estado en
Honduras. Sobre la creación de una fuerza multinacional que pueda
combatir el narcotráfico en Centroamérica. Aunque parece que no es una
propuesta que nació a partir de este mandatario, ya que casi
simultáneamente los países Centroamericanos han creados sus Fuerzas de
Tarea con apoyo de Estado Unidos para las mismas políticas, la lucha
contra el narcotráfico y el terrorismo.
Era el año 2014 cuando el presidente de
Honduras anunciaba la creación y ejecución de las actividades de la
Fuerza de Tarea Maya-Chortí, en la frontera de Honduras con Guatemala.
“Estamos estableciendo un grupo de alto nivel con Guatemala, con Estados
Unidos también. Trabajamos con un grupo de alto nivel en seguridad con
México y ya con ellos estamos en proceso. Igual estamos por activarlo
con Panamá y Nicaragua, con quienes hemos obtenido una excelente
relación en materia de seguridad”, fueron las palabras del mandatario
durante la inauguración.
En Honduras, aparte de la Fuerza de
Tarea Conjunta-Bravo, existe La fuerza de Tarea de Propósito Especial
Aire-Tierra de Marines-Sur (Especial Purpose Marine Air-Ground Task
Force-Sout), y el mandatario de este país, tras una serie de denuncias
de diversas ONG y la sociedad civil, asegura que no se está violando la
soberanía de su país. “Quiero dejar algo claro, Palmerola (Bese Área
Soto Cano) es territorio hondureño, Palmerola es una base militar
hondureña y de nadie más, que no le quede duda a nadie, ni en Honduras
ni fuera de Honduras, que ese es un territorio hondureño”, sostuvo en
abril del 2015 Orlando Hernández.
Desde diciembre del año 2012 la Dra.
estadounidense Adrienne Pine, antropóloga y catedrática de la American
University, denuncio que la Base Área Soto Cano fue utilizada durante el
golpe de Estado ejecutado en el año 2009 durante el gobierno de Manuel
Celaya. “Estado Unidos siempre dice lo mismo, que no es base nuestra, es
base hondureña y simplemente somos invitados. Eso sabemos que es
mentira”. Así mismo, la catedrática asegura que junto a su colega, el
antropólogo David Vine, de la American University, han identificado, “13
bases o instalaciones dentro de honduras que son construidas o
financiadas por los Estado Unidos: Soto Cano; Caratasca; Gunaja, La
Venta; Mocoron, El Aguacate y en Puerto Castilla hay tres tipos de bases
de operación de avanzada utilizada para operaciones en Irak; Puerto
Lempira; La Brea en Rio Claro; Naco; en Tamara hay una área de
entrenamiento; y Zamorano es una área de tiro de entrenamiento”.
Cuando se le pregunta al indígena Lenka
sobre qué pensaba de la presencia del ejército estadounidense en su
país, sin titubear y con una gran seguridad comparte que, “como dicen
los hermanos zapatistas, es una guerra definitiva contra los pueblos
indígenas que no pudieron exterminar. La presencia de Estado Unidos en
Honduras es geoestratégica, porque busca asegurar que las empresas
puedan terminar de saquear a nuestros pueblos con el Proyecto
Mesoamérica, pero también está construyendo más bases porque quiere
atacar a otros procesos hermanos de otros países de Latinoamérica. Si no
detenemos estos proyectos, en un plazo de 30 años la tierra terminara
asesinada, porque estos proyectos son de muerte, por eso el territorio
Lenka está siendo militarizado”, dice el miembro del COPHIN.
Martínez es una persona mayor, con una
gran sabiduría y comprometido con su pueblo y su organización. Sabe que
le pueden arrebatar la vida en cualquier momento, pero no tiene miedo,
teme más por sus compañeros que son parte de su organización, algunos
muy jóvenes, de no más de 20 años. “Estamos en la mira del ojo del
huracán por parte de las empresas transnacionales y el gobierno sólo
está cumpliendo los lineamientos de los Estados Unidos, de la Unión
Europea, del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Pero
tenemos que luchar, con nuestro conocimiento y nuestra sabiduría
indígena, porque es una guerra de exterminio, porque para los Estados
Unidos, nosotros, los indígenas, representamos un peligro para el
capitalismo, y somos sus enemigos porque no creemos en su discurso de
desarrollo. Es su desarrollo el responsable del cambio climático que
sufre nuestra madre tierra”.
Intervención de Estados Unidos en México y Centroamerica: la continuación de la economía de guerra
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