Bob
Iger, consejero delegado de Disney, lo reconoce abiertamente: les han
robado una película, y piden un rescate para evitar su difusión. Iger, cuya denuncia ha publicado Hollywood Reporter,
no ha querido desvelar el nombre del filme, pero ha asegurado que la
compañía no pagará por el rescate. El estudio está colaborando en una
investigación federal para encontrar a los atacantes y poder comprobar
si la película ya está en el ciberespacio.
Iger ha reunido a varios de sus empleados en
Nueva York para hacer público el robo. Se desconoce el título sustraído,
pero las hipótesis apuntan a la última entrega de Piratas del Caribe, cuyo estreno está previsto para este viernes en Estados Unidos, o a la tercera película de Cars, que tendría que debutar en cines el 16 de junio.
Como viene siendo habitual, los hackers
piden una cantidad, que no han concretado, pero sí se sabe que se trata
de elevada cifra en bitcoins. En principio amenazan con liberar cinco
minutos de la película e ir soltando 20 minutos de manera paulatina
hasta que se efectúe el pago.
Con la llegada de las
plataformas de consumo de vídeo por suscripción, la industria del cine
ha visto cómo la piratería se atenuaba, pero ha dado paso a los robos de
títulos como medida de extorsión. Hace unas semanas, Netflix fue
víctima de una técnica similar. Se negaron a pagar y ahora 10 episodios
de la próxima temporada de Orange is the New Black están listos para ser descargados en The Pirate Bay. El estreno estaba previsto para el 9 de junio.
En diciembre de 2014 los hackers atacaron los estudios de Sony. El FBI acusó a Corea del Norte de estar detrás de dicha acción. En este caso no ha trascendido todavía ningún posible autor.
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