Rusia
se ha desmarcado de las presiones de Estados Unidos hacia Corea del
Norte y ha reclamado que se deje de “intimidar” a Pyongyang. El
presidente ruso, Vladímir Putin, ha calificado la última prueba de
misiles de Corea del Norte de “peligrosa” pero ha reclamado que se
retome “el diálogo” con el régimen de Kim Jong-un para resolver las
tensiones en la península coreana.
“Estamos
absolutamente en contra de la expansión del club de potencias
nucleares”, ha declarado Putin en una rueda de prensa tras la clausura
de la cumbre sobre la nueva Ruta de la Seda que había organizado China
en Pekín. La prueba del misil este domingo, que Corea del Norte ha
asegurado que se trata de un nuevo modelo capaz de transportar una
cabeza nuclear, es “contraproducente, dañina y peligrosa”. Pero,
subrayó, la disputa sobre el programa de armamento norcoreano debe
resolverse por la vía diplomática.
“Debemos dejar
de intimidar a Corea del Norte y encontrar una solución pacífica al
problema”, declaró el jefe de Estado, que se alinea así con las
posiciones que ya ha expresado China, el gran aliado de Pyongyang.
El misil que Corea del Norte
probó con éxito el domingo es, según la agencia de noticias norcoreana
KCNA, un cohete tierra-tierra Hwasong-12, que recorrió 787 kilómetros y
alcanzó una altura de 2.115 kilómetros antes de caer “en el punto
preciso previsto”. El cohete se precipitó sobre el mar de Japón,
a unos 500 kilómetros de la costa rusa. Esa localización había
suscitado un comentario sardónico de la Casa Blanca, que en un
comunicado de reacción al lanzamiento indicó que el presidente Donald
Trump “no puede imaginar que Rusia esté muy complacida”.
Los expertos están de acuerdo en que el lanzamiento parece marcar un avance en el programa de armamento norcoreano.
El misil voló durante casi media hora, mucho más que otros cohetes
probados con anterioridad. Su alcance también parece superior al de
otros proyectiles previos.
El lanzamiento
“representa un nivel de logro nunca visto antes en un misil norcoreano”,
escribe el ingeniero aeroespacial John Schilling en la página especializada 38 North.
El cohete “hubiera recorrido una distancia de cerca de 4.500 kilómetros
si se hubiera lanzado para alcanzar su máxima trayectoria”.
Corea
del Norte “parece haber demostrado [que cuenta con] no solo un misil de
alcance intermedio que les puede permitir alcanzar con confianza la
base estadounidense de Guam —en el Pacífico—, sino que, algo más
importante, [el lanzamiento] puede representar un avance sustancial para
el desarrollo de un misil balístico intercontinental”, agrega
Schilling.
Estados Unidos ha exigido mayores
sanciones contra el programa de armamento nuclear y balístico de Corea
del Norte tras el disparo del lunes. El Consejo de Seguridad de la ONU
celebrará este martes una reunión extraordinaria, a petición de
Washington, Seúl y Tokio.
El lanzamiento parece
una respuesta a la investidura del nuevo presidente surcoreano, Moon
Jae-in, que defiende la apertura de un diálogo con Pyongyang mientras se
mantienen las sanciones contra el programa de armamento nuclear y balístico de ese país.
La
meta de ese programa es lograr bombas nucleares lo suficientemente
reducidas, y misiles con el alcance suficiente, para poder lanzar un
cohete con una cabeza atómica capaz de alcanzar territorio continental
estadounidense. Kim Jong-un ha prometido probar este mismo año un misil
con esas características, algo a lo que Trump ha replicado que “¡no
ocurrirá!”.
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