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Cuba. Socialismo o muerte, valga la redundancia Kaos en la red
El
presidente de Cuba, Raúl Castro, afirmó que se había consultado a 1,6
millones de los 8,6 millones de cubanos que normalmente votan.
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http://www.14ymedio.com/opinion/Socialismo-muerte-valga-redundancia_0_2230576924.html
En
una muestra más de incapacidad para encontrar una salida a su propia
crisis, el Gobierno castrista y su subordinada Asamblea Nacional del
Poder Popular acaban de “aprobar por unanimidad” las normativas
recientemente decididas por el Comité Central del Partido Comunista,
como parte de la “actualización” del “estatal-socialismo” en Cuba y las
bases del plan perspectivo hasta 2030 para toda la sociedad.
Esta
“aprobación” se realiza en virtud del antidemocrático artículo 5 de la
Constitución autoritaria y estatalista de 1976 sobre el papel dirigente
del PCC en la sociedad cubana después de haber consultado, según propia
confesión del general y presidente, a 1,6 millones de los 8,6 millones
de cubanos que normalmente votan. Es decir, que apenas fue consultado un
18,6% de la población votante, menos de una quinta parte, en lo que
podría ser el grupo de la población que apoya a la “dictadura del
proletariado” impuesta en Cuba.
El dato, que se
pretende demostrativo del carácter democrático del “proceso de
consultas”, en todo caso evidencia su enorme déficit, en tanto que se
intenta imponer a toda la sociedad lo que apenas discutió, ni siquiera
aprobó, ni el 20% de los votantes.
Puede afirmarse que toda la palabrería en los documentos sobre el mercado y actividad privada o cooperativa es pura retórica
Hasta
el momento de redactar estas líneas no se conocen las modificaciones
que se hicieron al documento original, ni las que se le agregaron en el
debate en las bases ni, desde luego, las introducidas finalmente por la
comisión de redacción.
Estas valoraciones se basan en
lo que ha publicado la prensa oficial sobre la Asamblea, sus debates y
las intervenciones principales.
Se sabe que se reitera
el papel regulador y controlador del Estado en la economía estatal y no
estatal. Puede afirmarse que toda la palabrería en los documentos sobre
el mercado y actividad privada o cooperativa es pura retórica, pues no
puede haber verdadera empresa privada ni cooperativismo donde el Estado
lo regula y decide todo, donde no hay reconocimiento a la libre
iniciativa individual o colectiva.
Se mantienen la
propiedad del Estado como eje (quebradizo) de la economía, las
restricciones a las actividades privadas de médicos, abogados y otros
profesionales y los altos impuestos. Se crean merca-hostales para la
venta controlada a los que tienen negocios privados de alimentos a fin
de garantizar su dependencia del estado y sus ingresos al presupuesto
estatal, en tanto se amplía el sistema de “cooperativas” paraestatales,
todo lo cual alienta la fuerte tendencia corporativista de la economía
al estilo del nazismo, contracción en alemán de nacionalsocialismo.
No
se conoce que se incluyera alguna palabra referida a la autogestión
empresarial bajo control de los trabajadores, ni nada sobre el
desarrollo del cooperativismo libre o de las autonomías locales, pero se
insiste en que se construye el socialismo porque tal es la “decisión
del Partido Comunista”.
Es más de lo mismo: de la
vieja escuela estalinista voluntarista sobre la omnipresencia del
Estado, la vieja forma del capitalismo monopolista de Estado, solo que
con más control por parte de la burocracia en función de sus intereses.
Ya,
en el delirio de lo que pudieran ser sus últimos tiempos, el Gobierno
más “anticapitalista” de la historia americana, que expropió toda
propiedad privada en Cuba -grande, mediana y pequeña- que envió
guerrillas a casi todos los países de América Latina para combatir el
capitalismo y el imperialismo, ante el desastre de su estatalismo
asalariado (considerado socialismo) nos quiere hacer creer que habrá
desarrollo de la empresa privada porque “aprueba el mercado controlado y
la propiedad privada pero sin la concentración de la propiedad y la
riqueza en personas naturales o jurídicas no estatales”.
La
gran novedad: “reconocer” a la empresa privada que explota trabajo
asalariado, que ya existía hace dédacas, bajo el eufemismo de trabajo
por cuenta propia; pero sin acabar de aceptar que es capitalismo
privado. Es el miedo a que la izquierda internacional y el mundo sepan
que se acepta el capitalismo privado en Cuba.
Todo
esto en una mezcla de contrasentidos. ¿A quién pretenden engañar? ¿Cómo
creen que podrá desarrollarse la empresa privada, capitalista, con un
mercado controlado por los monopolios estatales, sin que la propiedad ni
la riqueza privadas puedan aumentar? ¿No leyeron nunca a Karl Marx
sobre el papel de la acumulación del capital y de la reproducción
ampliada?
Se han olvidado de la “acumulación sistemática” que hace el Estado, el más grande concentrador, poseedor, explotador y dilapidador de riquezas, para tratar de hacer avanzar sus siempre desastrosos ‘superplanes’
Se
han olvidado de la “acumulación sistemática” que hace el Estado, el más
grande concentrador, poseedor, explotador y dilapidador de riquezas,
para tratar de hacer avanzar sus siempre desastrosos superplanes.
Por
otra parte, todo lo aprobado, según lo publicado, fue referido
únicamente a cuestiones económicas del “perfeccionamiento de la
actualización”. Ni una palabra sobre los prometidos cambios a la
Constitución o a la Ley Electoral, promesas hechas para tratar de
neutralizar la creciente oposición interna y las preocupaciones
internacionales sobre las violaciones de los derechos políticos y
civiles del pueblo cubano.
Desde el viaje de Obama a
Cuba se destapó una marcha atrás en la “normalización”. La llegada de
Trump a la presidencia en Estados Unidos puso en guardia al poder
hegemónico en Cuba. Los acuerdos recién tomados confirman el
estancamiento en los modestos cambios. Nada cambia de lo que debe ser
cambiado. Las declaraciones de que se esperan modificaciones en la
política de EE UU hacia Cuba apuntan a un enquistamiento del
estatalismo, cuya primera señal es la amenaza de que “podrían afectar la
colaboración en materia de tráfico humano”.
Al parecer, la consigna sigue siendo “socialismo” o muerte, valga la redundancia.
*Nota:
Desde luego, cuando el autor se refiere al “socialismo”, está
escribiendo sobre el capitalismo monopolista de estado instaurado en
Cuba en nombre del socialismo..
http://www.14ymedio.com/opinion/Socialismo-muerte-valga-redundancia_0_2230576924.html
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