martes, 7 de noviembre de 2017

¿Será Donald Trump víctima de la "conexión rusa"?

¿Será Donald Trump víctima de la "conexión rusa"?


Para intentar explicar la sorpresiva victoria de Trump, inevitablemente recurrimos al término “efecto mariposa” como “una vertiginosa conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que terminarán por configurar el puzzle inconexo del caos ordenado que se estaría gestando en EEUU y que terminará por provocar un cambio cualitativo en el status quo actualmente imperante. Así, con el inesperado triunfo de Donald Trump en las Presidenciales de EE.UU, asistimos a la irrupción del llamado “escenario teleonómico” en contraposición al ”escenario teleológico” actualmente vigente y que vendrá marcado por dosis extremas de volatilidad debido a la personalidad paranoica del actual Presidente de EE.UU.

¿Es Donald Trump un autócrata paranoico?

La personalidad de Donald Trump encajaría plenamente en la descripción medica del trastorno conocido como psicosis paranoica pues su pensamiento es rígido e incorregible: no tiene en cuenta las razones contrarias, sólo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio para convertirlo en convicción y aunque esté aquejado de dicho trastorno delirante, sería bastante funcional y no tiende a mostrar un comportamiento extraño excepto como resultado directo de la idea delirante (léase la construcción del Muro con México). En el caso concreto de Trump, estaríamos ante un caso típico de paranoia megalómana, delirio de grandeza que provoca que el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión ( restaurar el White Power en una sociedad en la que la evolución demográfica provocará que la población blanca será minoritaria en el escenario del 2.043). Finalmente, otro rasgo de su personalidad sería el histrionismo que le impele a “ llamar la atención pública y ser temerario en sus afirmaciones sin importarle la opinión de los demás debido a su evidente falta de moralidad”, signos propio de un autócrata en potencia, por lo que convendría recordar la advertencia del considerado padre de la Constitución norteamericana, James Madison, quien llegó a asegurar que “la acumulación de todos los poderes, legislativo, ejecutivo, y judicial, en las mismas manos, y si es hereditaria, autonombrada, o electiva, se puede equiparar a la misma definición de la tiranía”.

¿Es lícito luchar contra un Presidente electo?

Hasta Eisenhower, la CIA fue únicamente la organización de inteligencia central para el gobierno de los Estados Unidos y estuvo detrás de múltiples tareas de entrenamiento de insurgentes y desestabilización de gobiernos contrarios a las políticas del Pentágono, pero los lobbys militar y financiero (ambos fagocitados por el looby judío) no pudieron resistir a la tentación de crear un gobierno de facto que manipulara los entresijos del poder, derivando en la aparición de un nuevo ente (el complejo militar-industrial, en palabras de Eisenhower), refractaria a la opinión pública y al control del Congreso y Senado de los Estados Unidos). En la actualidad, la Compañía se habría transmutado en el llamado Departamento de Seguridad Nacional ( Homeland Security) y de la hidra-CIA habrían nacido 17 nuevas cabezas en forma de agencias de inteligencia que integrarían la Comunidad de Inteligencia de EEUU ( la Cuarta Rama del Gobierno según Tom Engelhardt) , agentes patógenos de naturaleza totalitaria y devenidos en Estado paralelo, verdadero poder en la sombra fagocitado por el “Club de las Islas” de George Soros y que se habría conjurado contra un Trump partidario de una Geopolítica Primus Inter Pares entre EE.UU. y Rusia (G2).
Dicha trama anti-Trump habría sido diseñada tras una reunión celebrada en Washington en la que participaron cerca de 200 patrocinadores de la campaña electoral de Hillary Clinton encuadrados en la llamada Alianza Democracia (DA), megaorganización fundada por George Soros en el 2.005 y constaría de una primera fase para torpedear el traspaso de poderes Obama-Trump mediante una “revolución patriótica o multicolor” en EEUU. Así, según el portal Zero Hegde, las espontáneas manifestaciones populares anti-Trump habría sido inspiradas por el portal digital MoveOn.org, patrocinado por el ínclito Soros bajo el lema “Levántate y lucha por los ideales estadounidenses” y cuya segunda fase será truncar la carrera política de Trump por métodos legales (Impeachment) o por métodos expeditivos (léase Magnicidio).

La guerra híbrida y la conexión rusa

La nueva doctrina geoestratégica conocida como “Guerra Híbrida” sería atribuible al Jefe de Estado Mayor de las FF.AA. Rusas, Valery Gerasimov quien afirmó que “ cada vez es más frecuente que se dé prioridad a un uso conjunto de medidas de carácter no militar, políticas, económicas, informativas y de otro tipo que estarían sustentadas en la fuerza militar. Son los llamados métodos híbridos”, concepto que se habría puesto en práctica por primera vez con ocasión de las recientes Elecciones Presidenciales en EE.UU. Así, en la web de investigación “Mother Jones” apareció una versión reducida del informe de los servicios de inteligencia de EEUU en el que acusaban directamente al Gobierno de Putin de estar detrás de “supuestos ataques cibernéticos de hackers rusos para desequilibrar la campaña electoral de Hilary Clinton e inclinar la balanza a favor del supuesto submarino ruso, Donald Trump”.
Según el citado documento de los servicios de inteligencia de EEUU, el Departamento Central de Inteligencia ruso (GRU) con sede en Moscú, considerado el “servicio de espionaje más poderoso y efectivo ruso en la actualidad tras asumir las funciones del primigenio Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) “,se habría servido del pirata informático Guccifer 2.0 así como de la página web DC Leaks.com y de WikiLeaks para “difundir públicamente información de los correos secretos de Hillary Clinton obtenidos mediante hackeo cibernético”, extremo negado por el fundador de WikiLeaks, Julian Assange.
En consecuencia, siguiendo el principio de “acción-reacción”, Obama advirtió a Putin que “dichas operaciones cibernéticas podrían ser consideradas como potenciales actos de guerra” y como represalia, ordenó la salida de 35 diplomáticos rusos y aplicó nuevas sanciones a diversos organismos y empresas rusas, en especial contra el citado GRU, lo que de facto significó el retorno a escenarios ya olvidados de espionaje y contraespionaje propios de la Guerra Fría. Así, la primera víctima colateral fue el asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, Michael Flynn tras filtrarse que habría mentido al VicePresidente Mike Pence sobre sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, pero Donald Trump habría negado la existencia de la llamada “conexión rusa”, acusando a la Agencia Nacional de Seguridad y al FBI de estar implicadas en la filtración de informaciones perjudiciales para su Administración y de continuar con “su caza de brujas”.

¿La sombra del impeachment planea sobre la Casa Blanca?

La investigación sobre el llamado “Rusiagate” emprendida por el fiscal especial Robert Muller habría provocado las recientes detenciones del ex-jefe de campaña de Trump, Paul Manafort y de su socio Rick Gates , detenciones que tan sólo serían la punta del iceberg de la llamada “conexión rusa “ o “RusiaGate”. Así, un tercer asesor de la campaña presidencial,George Papadopoulos, tras declarararse culpable de haber mentido al FBI sobres sus contactos con Moscú, estaría colaborando activamente para desentrañar la madeja de la presunta entente entre el equipo de campaña de Donald Trump y el entorno de Putin.
Mientras ello ocurre, el verdadero Poder en la Casa Blanca estaría detentado actualmente por Rex Tillerson, Secretario de Estado y por el General John Kelly, Jefe del Gabinete quedando Trump como un pajarito enclaustrado en el Despacho Oval de la Casa Blanca que tan sólo pía en Twitter con mensajes incendiarios contra sus némesis particulares ( Irán, la mass media norteamericana y el líder norcoreano, Kim Jong-un) y dada la evidente soledad de Trump al haber roto los puentes con el Partido Republicano y el desprestigio creciente de la figura del Presidente de EE.UU:, caso de no prosperar el proceso de impeachment contra Trump por el “Rusiagate”, podríamos asistir a la reedición del Magnicidio de Dallas (1963), tras lo que su Vice-Presidente Mike Pence asumiría la Presidencia para hacer que EEUU vuelva a la senda de las seudodemocracias tuteladas por el verdadero Poder en la sombra de EEUU (Cuarta Rama del Gobierno de EEUU).

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