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Explotará la burbuja del Bitcoin o nos llevará a la economía del futuro
Gonzalo Monterrosa
Es
una época en la que los cambios nos están marcando, lo digital ya no
avanza tímidamente. La velocidad en que todo cambia a digital y surgen
nuevos proyectos digitales es vertiginosa.
Lo digital ha golpeado a la televisión, prensa escrita, cine; fotografía, relojes, teléfonos… Y ahora parece ser el turno de las monedas, aunque ya tiene tiempo que vienen sufriendo cambios: han dejado de ser de oro o plata pero el cambio a lo digital si será algo radical.
Las monedas digitales son algo que de verdad pocos habrían previsto que pasara. Nos han acompañado por tanto tiempo, han visto evolucionar a la sociedad, han detenido guerras, han provocado asesinatos; se mencionan en tantos libros y están presentes en la historia.
En este sentido el Bitcoin, la criptomoneda más conocida, representa un gran cambio. Esta moneda fue lanzada en enero de 2009 por Satoshi Nakamoto, y permite realizar transacciones en todo el mundo de forma digital. Para ello depende de una enorme red de computadoras y está descentralizada: nadie la rige, no depende de un banco central que emita dinero, gobierno ni alguna empresa. Si tienes más de 50 años seguro te quedaste sin entender; no te preocupes, lo mismo le está sucediendo a los gobiernos y banqueros del mundo.
Esa moneda ofrece el anonimato, eso que hace unos años todos disfrutábamos sin darle la mayor importancia y que hoy parece que se convertirá en un delito. Por ello muchos lo ven como una amenaza a su forma de vida, lo critican y usan como una bandera para generar entre las demás personas la idea de que es algo malo, algo que usan los criminales. De hecho sí lo usan, pero también usan dinero y nadie dice que debemos prohibir ese dinero en billetes chicos y sin marcar. Más allá de eso, al Bitcoin también lo usan muchas personas que no son criminales, así que los ataques no deben ir por ahí.
El miedo a lo que no se entiende es normal y muchas veces se muestra en forma de burla. Por ejemplo, Bill Gates se burló del incipiente internet y no le veía un uso comercial. También el dueño de Blockbuster, cuando le ofrecieron comprar Netflix, lo rechazó basado en sus conocimientos tradicionales de negocio. Otro ejemplo es el de Steve Ballmer, de Microsoft, quien se burló de Google: decía que ni siquiera era una compañía real. Era el momento en que costaba trabajo entender lo virtual de lo real.
Y la opinión de los expertos en dinero sobre el Bitcoin no es distinta a las antes mencionadas; por ejemplo, el Premio Nobel Joseph Stiglitz dice que la moneda “debería ser prohibida”.
Robert Shiller, otro Premio Nobel de economía pero experto en burbujas económicas, considera que el Bitcoin es atractivo porque no depende del gobierno ni sus reglas y sería maravilloso si fuera real.
Lloyd Blankfein, de Goldman Sachs, describe a la moneda digital como un vehículo para hacer fraudes, mientras que Jamie Dimon, de JPMorgan, la llamó en sí misma un fraude. Banqueros, a fin de cuentas; no esperábamos otra respuesta ante algo que podría cambiar totalmente las reglas del juego, su juego.
En los casos anteriores vimos el mismo tipo de burlas, sin embargo la cautela siempre debe estar presente: no es buena idea pasar todos tus ahorros a Bitcoins. Si te interesa participar, arriesga lo que estés dispuesto a perder. Esta regla no es sólo porque se trate del Bitcoin, es la misma que se aplica al comprar acciones de Apple o de Google.
A inicios de diciembre de 2017 el Bitcoin alcanzó su nivel más alto, llegando a valer 16 mil dólares lo que permitió a sus detractores hacer fuertes críticas y advertir que su enorme valor se debe a pura especulación. Sin embargo poco a poco se ha establecido una tendencia a aceptar el servicio por algunas empresas grandes y pequeñas.
¿Será posible que así como todos ellos decían que lo nuevo fracasaría porque no tenía sentido cuando lo analizaban basados en sus conocimientos válidos pero caducos?
El Bitcoin destrozará las concepciones económicas que nos han impuesto hasta desde el surgimiento de los bancos, y la idea de que sin ellos es imposible tener transacciones seguras.
Será posible que en el futuro a mediano plazo, en casi todo el mundo, se pueda comerciar libremente con Bitcoins u otra criptomoneda que no esté respaldada por algún país, o ¿debemos esperar que en cualquier momento la burbuja explote generando miedo entre la gente y se recurra de nuevo al dólar, oro y plata para asegurar la riqueza?
El temor es que sea el bulbo de tulipán de la era de la información el más cotizado y deseado, pero que de un día para otro deje de tener valor, como sucedió en Holanda en 1637 con la fiebre de los tulipanes.
En caso de que sea una burbuja y explote, será un mundo aburrido y repetitivo. Esperemos que las criptomonedas triunfen y generen una tendencia económica que nos lleve a nuevos paradigmas que nunca se han vivido, pues ahora serían los banqueros quienes, como a otros tantos, les está sucediendo y su negocio quede sin un lugar en este nuevo mundo digital y deban innovar para luchar por la atención de los clientes.
Gonzalo Monterrosa
[Sociedad Beta]
Lo digital ha golpeado a la televisión, prensa escrita, cine; fotografía, relojes, teléfonos… Y ahora parece ser el turno de las monedas, aunque ya tiene tiempo que vienen sufriendo cambios: han dejado de ser de oro o plata pero el cambio a lo digital si será algo radical.
Las monedas digitales son algo que de verdad pocos habrían previsto que pasara. Nos han acompañado por tanto tiempo, han visto evolucionar a la sociedad, han detenido guerras, han provocado asesinatos; se mencionan en tantos libros y están presentes en la historia.
En este sentido el Bitcoin, la criptomoneda más conocida, representa un gran cambio. Esta moneda fue lanzada en enero de 2009 por Satoshi Nakamoto, y permite realizar transacciones en todo el mundo de forma digital. Para ello depende de una enorme red de computadoras y está descentralizada: nadie la rige, no depende de un banco central que emita dinero, gobierno ni alguna empresa. Si tienes más de 50 años seguro te quedaste sin entender; no te preocupes, lo mismo le está sucediendo a los gobiernos y banqueros del mundo.
Esa moneda ofrece el anonimato, eso que hace unos años todos disfrutábamos sin darle la mayor importancia y que hoy parece que se convertirá en un delito. Por ello muchos lo ven como una amenaza a su forma de vida, lo critican y usan como una bandera para generar entre las demás personas la idea de que es algo malo, algo que usan los criminales. De hecho sí lo usan, pero también usan dinero y nadie dice que debemos prohibir ese dinero en billetes chicos y sin marcar. Más allá de eso, al Bitcoin también lo usan muchas personas que no son criminales, así que los ataques no deben ir por ahí.
El miedo a lo que no se entiende es normal y muchas veces se muestra en forma de burla. Por ejemplo, Bill Gates se burló del incipiente internet y no le veía un uso comercial. También el dueño de Blockbuster, cuando le ofrecieron comprar Netflix, lo rechazó basado en sus conocimientos tradicionales de negocio. Otro ejemplo es el de Steve Ballmer, de Microsoft, quien se burló de Google: decía que ni siquiera era una compañía real. Era el momento en que costaba trabajo entender lo virtual de lo real.
Y la opinión de los expertos en dinero sobre el Bitcoin no es distinta a las antes mencionadas; por ejemplo, el Premio Nobel Joseph Stiglitz dice que la moneda “debería ser prohibida”.
Robert Shiller, otro Premio Nobel de economía pero experto en burbujas económicas, considera que el Bitcoin es atractivo porque no depende del gobierno ni sus reglas y sería maravilloso si fuera real.
Lloyd Blankfein, de Goldman Sachs, describe a la moneda digital como un vehículo para hacer fraudes, mientras que Jamie Dimon, de JPMorgan, la llamó en sí misma un fraude. Banqueros, a fin de cuentas; no esperábamos otra respuesta ante algo que podría cambiar totalmente las reglas del juego, su juego.
En los casos anteriores vimos el mismo tipo de burlas, sin embargo la cautela siempre debe estar presente: no es buena idea pasar todos tus ahorros a Bitcoins. Si te interesa participar, arriesga lo que estés dispuesto a perder. Esta regla no es sólo porque se trate del Bitcoin, es la misma que se aplica al comprar acciones de Apple o de Google.
A inicios de diciembre de 2017 el Bitcoin alcanzó su nivel más alto, llegando a valer 16 mil dólares lo que permitió a sus detractores hacer fuertes críticas y advertir que su enorme valor se debe a pura especulación. Sin embargo poco a poco se ha establecido una tendencia a aceptar el servicio por algunas empresas grandes y pequeñas.
¿Será posible que así como todos ellos decían que lo nuevo fracasaría porque no tenía sentido cuando lo analizaban basados en sus conocimientos válidos pero caducos?
El Bitcoin destrozará las concepciones económicas que nos han impuesto hasta desde el surgimiento de los bancos, y la idea de que sin ellos es imposible tener transacciones seguras.
Será posible que en el futuro a mediano plazo, en casi todo el mundo, se pueda comerciar libremente con Bitcoins u otra criptomoneda que no esté respaldada por algún país, o ¿debemos esperar que en cualquier momento la burbuja explote generando miedo entre la gente y se recurra de nuevo al dólar, oro y plata para asegurar la riqueza?
El temor es que sea el bulbo de tulipán de la era de la información el más cotizado y deseado, pero que de un día para otro deje de tener valor, como sucedió en Holanda en 1637 con la fiebre de los tulipanes.
En caso de que sea una burbuja y explote, será un mundo aburrido y repetitivo. Esperemos que las criptomonedas triunfen y generen una tendencia económica que nos lleve a nuevos paradigmas que nunca se han vivido, pues ahora serían los banqueros quienes, como a otros tantos, les está sucediendo y su negocio quede sin un lugar en este nuevo mundo digital y deban innovar para luchar por la atención de los clientes.
Gonzalo Monterrosa
[Sociedad Beta]
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