Turquía lanzó la Operación Rama de Olivo contra los kurdos en el norte de Siria. Rusia se limitó a "expresar preocupación" y no condenó las acciones de Ankara. De acuerdo con Kommersant, la visita a Moscú de los jefes del Estado Mayor de Turquía demuestra que las acciones de Ankara fueron coordinadas con el Kremlin
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afrín tras ataque turquía
© AP Photo/ Lefteris Pitarakis
Afrín, Siria, tras un ataque del ejército turco.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso afirmó en un comunicado que Moscú "mantiene su posición invariable para encontrar una solución en Siria; se basa en mantener la integridad territorial, respetar la soberanía de este país y buscar un acuerdo político a largo plazo". Asimismo, el Ministerio de Defensa responsabilizó de lo que está ocurriendo en Afrín no a Ankara, sino a Washington. "Los principales factores que contribuyeron al desarrollo de la crisis en esta parte de Siria fueron los pasos instigadores de Estados Unidos destinados a aislar áreas con población principalmente kurda", señalaron en el comunicado del ente.
"El suministro incontrolado del Pentágono de armas modernas a las fuerzas proestadounidenses en el norte de Siria, incluido, según la información disponible, sistemas de misiles antiaéreos portátiles, contribuyó a la rápida escalada de las tensiones en la región y condujo a la operación de las tropas turcas", explicaron desde el Ministerio de Defensa ruso.
Según
Kommersant
, los detalles de la Operación Rama de Olivo se discutieron el 18 de enero en
una reunión
realizada en Moscú entre el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, Valeri Gerásimov, con el jefe del Estado Mayor turco, Hulusi Akar, y el director de la Inteligencia Nacional de Turquía, Hakan Fidan.
Según fuentes de Kommersant cercanas al Ministerio de Defensa ruso, en esta reunión Rusia estaba interesada en una demarcación clara del área de la operación militar turca. Según uno de los interlocutores del periódico ruso, el Gobierno turco designó a Afrín como "un objetivo último e inalterable", asegurando que su zona no se expandirá, ya que es allí donde las Fuerzas Armadas de Turquía podrán "tomar medidas enérgicas contra los terroristas kurdos".
Otro interlocutor militar de alto rango, que prefirió mantenerse en el anonimato, explicó a Kommersant que la posición rusa hacia las acciones de los militares turcos es una "posición de no interferencia": "Tenemos nuestros propios objetivos y tareas en Siria".
Con respecto a la visita de los funcionarios turcos a Moscú, que precedió al comienzo de la ofensiva, el ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, señaló: "Rusia no necesita oponerse a la operación en Afrín, incluso para evitar incidentes indeseables. Por el contrario, necesitamos coordinar estrechamente nuestras acciones, y especialmente el trabajo de la aviación".
"La operación turca en Afrín podría tener lugar únicamente como resultado de acuerdos con Moscú, especialmente teniendo en cuenta el uso del espacio aéreo sirio por parte de la Fuerza Aérea de Turquía. Para evitar incidentes, fue necesario obtener el consentimiento de Rusia para abrir el cielo", explicó Kirill Semenov, jefe del Centro de Estudios Islámicos del Instituto del Desarrollo Innovador de Rusia.
"Moscú no tenía ninguna obligación ante los kurdos. El hecho de que anteriormente el Ejército ruso desplegara observadores en la zona de Afrín fue un paso dado para negociar aún más con Ankara. En aquel entonces a Moscú no le era rentable una operación. Pero ahora puede culpar a Estados Unidos, que suministra a los kurdos sistemas de defensa aérea portátil y otras armas y convierten a los kurdos en un instrumento de influencia estadounidense", señaló Semenov.
"Detrás de los kurdos se puede ver a Estados Unidos, mientras que para el presidente Erdogan la operación contra los kurdos es su batalla principal. Al mismo tiempo, las relaciones entre Turquía y Estados Unidos y Occidente en general son cada vez más hostiles. En esta situación, Rusia puede otorgar Afrín a Turquía a cambio de un mayor acercamiento con Ankara y para contar con su apoyo en la celebración del Congreso del Diálogo Nacional sirio", sostuvo Ruslan Pújov, director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías de Rusia.
Para Kommersant, los informes sobre la partida de militares rusos del área de Afrín confirman que en las negociaciones en Moscú se coordinaron las acciones durante la operación turca.
Oficialmente, la Operación Rama de Olivo comenzó el 20 de enero a las 17:00 hora de Moscú, pero para entonces, como señalan representantes del Ministerio de Defensa de Rusia a Kommersant, todo el grupo operativo del Centro Ruso para la Reconciliación de las partes beligerantes y la Policía militar rusa ya habían sido trasladados al área de Tell Adzhar "anticipando posibles provocaciones". Sin embargo, el Ministerio "realiza un monitoreo continuo de la zona de operaciones militares con la ayuda de medios técnicos y de inteligencia".
Por su parte, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, desmintió el 19 de enero la información suministrada por Turquía sobre la retirada de militares rusos de Afrín, sin especificar de qué militares estaba hablando. No obstante, una fuente de Sputnik en el Ministerio de Defensa de Rusia confirmó el 20 de enero que en efecto se realizó la retirada a Tell Adzhar.
Finalmente, el hecho de que Ankara coordinara la operación con Moscú fue confirmado por el primer ministro turco, Binali Yildirim. "Rusia no tenía objeciones", afirmó en una entrevista televisiva.
Las acciones de Moscú, que prefirió no obstaculizar la ofensiva del Ejército turco, fueron tomadas de manera negativa por los kurdos. "Afrín forma parte de la zona de responsabilidad de Moscú. La luz verde dada a Ankara es un gran error. Rusia debe dejar a Turquía", señaló el representante del Kurdistán sirio en Moscú, Rodi Osman, a Kommersant.
No obstante, los expertos rusos entrevistados por Kommersant admiten que hay una cierta lógica en las acciones de Moscú, que se rehúsa a ponerse del lado de los kurdos. "Rusia entiende el deseo de Turquía de garantizar su seguridad e integridad territorial. Moscú no apoya (incluso porque hoy no es rentable) las acciones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán -PKK, por sus siglas en kurdo-. La integridad de Turquía hoy es de interés para Rusia. Las declaraciones turcas sobre la relación del Partido de los Trabajadores del Kurdistán con los kurdos sirios sí tienen base", subrayó el director del Centro Carnegie de Moscú, Dmitri Trenin.
"Rusia cree que es necesaria una solución al problema kurdo para un acuerdo en Siria. Un cierto grado de autonomía para los kurdos es parte del acuerdo sirio de posguerra", sostuvo el experto.
De acuerdo con Trenin, "aquí Moscú está lista, incluso contra los deseos de Ankara y Damasco, de involucrar a los kurdos en las negociaciones. Es importante determinar qué es del interés legítimo de Turquía, y cuáles son las ambiciones excesivas de Ankara y personales del presidente Erdogan".
mapa kurdistán siria
© Sputnik
Los periodistas de Kommersant consideran simbólico el hecho de que la información sobre el comienzo de la operación turca en Siria apareciera casi simultáneamente con las declaraciones de que Rusia, Turquía e Irán habían coordinado las listas de los participantes del Congreso del Diálogo Nacional sirio, que está previsto a realizarse entre el 29 y 30 de enero en Sochi. El principal obstáculo para el Congreso fue durante varios meses la renuencia de Ankara de ver entre sus participantes a representantes de la Unión Democrática kurda. A finales de diciembre aparecieron los primeros informes de que Moscú y Ankara lograron llegar a un compromiso. Según datos no oficiales, se decidió que los kurdos estarán representados en Sochi como una comunidad, no como un partido, mientras que todas las personalidades kurdas que incomodan al Gobierno turco no se incluirán en la lista de invitados.
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