El
expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva se salva, de momento,
de ir a prisión, por la decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) de
posponer hasta el próximo 4 de abril la votación del hábeas corpus
solicitado por la defensa para evitar su encarcelamiento.
La decisión del jueves da un respiro al líder del Partido de los Trabajadores, que corría riesgo inminente de ir preso si un tribunal de apelaciones rechazaba el próximo lunes sus últimos recursos de segunda instancia.
Ahora “no hay ningún riesgo de prisión hasta que el STF juzgue el hábeas corpus”, explicó a la agencia de noticias francesa AFP Aury Lopes Jr, profesor de Derecho Penal en la Universidad Católica de Rio Grande do Sul.
Partidarios y detractores de Lula da Silva se concentraron afuera de la sede de la corte suprema en Brasilia con pancartas que pedían la prisión o la libertad del exmandatario.
Según la jurisprudencia brasileña, Lula da Silva podría ser encarcelado una vez agotados los recursos en segunda instancia judicial. Pero la defensa accionó ante el STF un “hábeas corpus preventivo”, es decir, que Lula no sea encarcelado hasta que su caso no sea analizado por cortes superiores.
Se esperaba que el STF zanjara este mismo jueves la cuestión, pero los magistrados dedicaron varias horas a discutir si el “hábeas corpus preventivo” presentado por la defensa de Lula da Silva para evitar su prisión era un recurso admisible desde el punto de vista formal.
Lula da Silvia fue condenado en 2017 a nueve años y medio de prisión por aceptar presuntamente un apartamento de lujo de una constructora involucrada en los sobornos a políticos del caso Petrobras.
El líder socialista, que aspira volver a gobernar el país, asegura que no existen pruebas en su contra y cuestiona la imparcialidad de los jueces que trataron su caso hasta ahora, acusándolos de querer sacarlo de la disputa electoral.
En cualquier decisión de los tribunales, Lula da Silva no se libraría de la inhabilitación que impone la justicia electoral a los candidatos condenados en segundo grado.
lvs/ncl/alg
La decisión del jueves da un respiro al líder del Partido de los Trabajadores, que corría riesgo inminente de ir preso si un tribunal de apelaciones rechazaba el próximo lunes sus últimos recursos de segunda instancia.
Ahora “no hay ningún riesgo de prisión hasta que el STF juzgue el hábeas corpus”, explicó a la agencia de noticias francesa AFP Aury Lopes Jr, profesor de Derecho Penal en la Universidad Católica de Rio Grande do Sul.
Partidarios y detractores de Lula da Silva se concentraron afuera de la sede de la corte suprema en Brasilia con pancartas que pedían la prisión o la libertad del exmandatario.
Según la jurisprudencia brasileña, Lula da Silva podría ser encarcelado una vez agotados los recursos en segunda instancia judicial. Pero la defensa accionó ante el STF un “hábeas corpus preventivo”, es decir, que Lula no sea encarcelado hasta que su caso no sea analizado por cortes superiores.
Se esperaba que el STF zanjara este mismo jueves la cuestión, pero los magistrados dedicaron varias horas a discutir si el “hábeas corpus preventivo” presentado por la defensa de Lula da Silva para evitar su prisión era un recurso admisible desde el punto de vista formal.
No hay ningún riesgo de prisión (de Luiz Inácio Lula da Silva) hasta que el Supremo Tribunal Federal juzgue el hábeas corpus”, explicó a la AFP Aury Lopes Jr, profesor de Derecho Penal en la Universidad Católica de Rio Grande do Sul.La inminencia de los feriados (por semana santa) llevó a los jueces a postergar la discusión y a concederle al expresidente una cautelar para asegurarle el derecho a permanecer libre.
Lula da Silvia fue condenado en 2017 a nueve años y medio de prisión por aceptar presuntamente un apartamento de lujo de una constructora involucrada en los sobornos a políticos del caso Petrobras.
El líder socialista, que aspira volver a gobernar el país, asegura que no existen pruebas en su contra y cuestiona la imparcialidad de los jueces que trataron su caso hasta ahora, acusándolos de querer sacarlo de la disputa electoral.
En cualquier decisión de los tribunales, Lula da Silva no se libraría de la inhabilitación que impone la justicia electoral a los candidatos condenados en segundo grado.
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