I. Sigue la romería por “todos los caminos que conducen a Roma”;
en este caso la vieja colonia Roma, donde tiene instalada su oficina
Andrés Manuel López Obrador, sin pagar renta porque se la presta su
propietario Marcelo Ebrard –por eso de: “favor con favor se paga” y con
creces–, quien ha sido designado como próximo secretario de Relaciones
Exteriores. Aunque para atender al enviado de José Antonio Meade
Kuribreña, AMLO comisionó a su comunicador César Yáñez; el del lío en
Puebla con su pareja y que rápidamente fue atendido por el entonces desgobernador Javier Moreno Valle quien, por cierto, dejó como desgobernadora
a su esposa para la continuación del poder estatal, cuyo manager ha
sido el millonario oaxaqueño Diódoro Carrasco, quien brincó del PRI al
PAN, donde ahora milita y “cilindrea” a ese Moreno Valle para que se
apodere de la presidencia panista y Carrasco sea el secretario general.
Pero regreso al asunto de esta columna, recordando que López Obrador
dijo, tras su contundente victoria y la rendición de sus adversarios,
que iba a platicar con Meade y Anaya para ver donde los podría designar.
II. Anaya lo único que quiere es que AMLO archive en la congeladora el expediente que le integró Enrique Peña. En cambio, Meade sí quiere un ofrecimiento para consumar su ensueño de llegar a ser gobernador del Banco de México, ya que como candidato presidencial del PRI para la sucesión solamente hizo el ridículo, acrecentado con el calificativo de lástima que le colgó el tabasqueño: “ternurita”. Fue Meade un “candidato de lujo”, acaba de sentenciar la presidenta aparente del PRI y sobrina de CSG (carlos Sakinas de Gortari): Claudia Ruiz-Massieu, sentenciando que los priistas no “lo hicieron suyo”, como clamó Meade-Mid cuando vio que lo despreciaban y mejor hubieran querido a Miguel Ángel Osorio Chong, de la dinastía Pero a quien Peña y Luis Videgaray no querían y terminaron enviándolo de candidato a senador; acabándolo de “elegir” como “líder” de los 13 (¿de mala o buena suerte?) senadores del PRI. Pues bien, Meade-Mid envió a su mensajero –que no recibió López Obrador, pues hay “niveles”– para concertar la entrevista donde el tabasqueño le ofrezca designarlo en uno de los cargos que le sobren.
III. Está claro que Meade-Mid está dispuesto a aceptar lo que le ordene su exadversario. Quiere una designación de “lujo”, aunque reciba una limosna burocrática, ya con su pensión del ISSSTE; y tristón porque su papá lo estuvo formando para ser presidente y no pudo, entre otras cosas porque estaba marcado por el peñismo y los votantes, incluso del PRI y del PAN, sufragaron por AMLO, quien se llevó más de 30 millones de votos. Siendo el doble contra Anaya y el triple contra Meade. Así que en la fila de la colonia Roma le han enviado fecha y hora para ser recibido a desayunar y darle un empleo con salario de no más de 110 mil pesos, para que gane menos que López Obrador. Lo cual no le afecta, pues es un exfuncionario con recursos de gente acomodada. Sí, es rico, pertenece a la clase alta y se sabe que su esposa también es rica. Así que pronto sabremos qué cargo desempeñará en la burocracia de la austeridad.
cepedaneri@prodigy.net.mx
II. Anaya lo único que quiere es que AMLO archive en la congeladora el expediente que le integró Enrique Peña. En cambio, Meade sí quiere un ofrecimiento para consumar su ensueño de llegar a ser gobernador del Banco de México, ya que como candidato presidencial del PRI para la sucesión solamente hizo el ridículo, acrecentado con el calificativo de lástima que le colgó el tabasqueño: “ternurita”. Fue Meade un “candidato de lujo”, acaba de sentenciar la presidenta aparente del PRI y sobrina de CSG (carlos Sakinas de Gortari): Claudia Ruiz-Massieu, sentenciando que los priistas no “lo hicieron suyo”, como clamó Meade-Mid cuando vio que lo despreciaban y mejor hubieran querido a Miguel Ángel Osorio Chong, de la dinastía Pero a quien Peña y Luis Videgaray no querían y terminaron enviándolo de candidato a senador; acabándolo de “elegir” como “líder” de los 13 (¿de mala o buena suerte?) senadores del PRI. Pues bien, Meade-Mid envió a su mensajero –que no recibió López Obrador, pues hay “niveles”– para concertar la entrevista donde el tabasqueño le ofrezca designarlo en uno de los cargos que le sobren.
III. Está claro que Meade-Mid está dispuesto a aceptar lo que le ordene su exadversario. Quiere una designación de “lujo”, aunque reciba una limosna burocrática, ya con su pensión del ISSSTE; y tristón porque su papá lo estuvo formando para ser presidente y no pudo, entre otras cosas porque estaba marcado por el peñismo y los votantes, incluso del PRI y del PAN, sufragaron por AMLO, quien se llevó más de 30 millones de votos. Siendo el doble contra Anaya y el triple contra Meade. Así que en la fila de la colonia Roma le han enviado fecha y hora para ser recibido a desayunar y darle un empleo con salario de no más de 110 mil pesos, para que gane menos que López Obrador. Lo cual no le afecta, pues es un exfuncionario con recursos de gente acomodada. Sí, es rico, pertenece a la clase alta y se sabe que su esposa también es rica. Así que pronto sabremos qué cargo desempeñará en la burocracia de la austeridad.
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