EE.UU.
está retirando su apoyo a una resolución de alto el fuego de Yemen
impulsado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), según un
medio estadounidense.
La cadena de noticias CNN informó ayer martes de que el Gobierno del presidente, Donald Trump, está contradiciendo su objetivo político establecido en Yemen, que fue lograr que la coalición liderada por los saudíes se sentara en una mesa de negociación con el movimiento popular yemení Ansarolá (los hutíes) para poner fin a su ya casi cuatro años de agresión sobre Yemen.
El informe indica que mientras la todavía embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, ha estado señalando durante semanas que Estados Unidos está buscando un acuerdo para poner fin al conflicto, todas las evidencias apuntan a que Washington ahora le preocupa que los saudíes o los yemeníes, o ambos inclusive, no se presenten a las conversaciones de paz si se aprueba la citada resolución en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).
El canal CNN recoge, además, que Washington estaría tomando esta postura luego de que el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman, expresara su frustración y pidiera una mayor ayuda humanitaria al reconocer la responsabilidad de Riad en la agresión a Yemen.
Esto ocurre mientras la cuenta regresiva de la Casa Blanca está en marcha para realizar una votación en ambas Cámaras donde tanto los congresistas como senadores republicanos y demócratas impulsan un proyecto de ley que impida el apoyo de Washington a la coalición liderada por Arabia Saudí, detalló el medio.
La Administración de Trump estaría también desoyendo las advertencias del Departamento de Defensa (el Pentágono) de que no es prudente para los intereses estadounidenses en la región seguir respaldando a Bin Salman, una vez que todas las pesquisas realizadas por autoridades turcas y la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos le apuntaran como el inmediato responsable principal del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi.
De hecho, el Pentágono detuvo el reabastecimiento de combustible de los aviones saudíes, que bombardeaban indiscriminadamente a la población civil yemení, a principios de noviembre luego de que las investigaciones en marcha sobre el escándalo del asesinato de Khashoggi señalaran a las altas esferas del poder saudí.
La Casa Blanca por temor a que una resolución bipartidista contra el apoyo de Washington a Riad saliera adelante en el Capitolio, ha puesto en marcha su maquinaria propagandística al enviar al secretario de Defensa, James Mattis, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, para convencerles de lo contrario a sus señorías en una sesión informativa que tendrá lugar en esta mañana de miércoles, reportó el CNN.
Conforme al reporte, a los congresistas y senadores no les gustó nada que en el informe de Mattis, presentado a principios de este año, no les revelara que las Fuerzas Especiales de EE.UU. estaban interviniendo secretamente en Yemen. Por ello, ahora son muy exigentes para conocer de primera mano el verdadero alcance y magnitud del apoyo estadounidense a la coalición liderada por Arabia Saudí, incluido el apoyo de inteligencia y de las citadas Fuerzas.
krd/ktg/mkh/msf
La cadena de noticias CNN informó ayer martes de que el Gobierno del presidente, Donald Trump, está contradiciendo su objetivo político establecido en Yemen, que fue lograr que la coalición liderada por los saudíes se sentara en una mesa de negociación con el movimiento popular yemení Ansarolá (los hutíes) para poner fin a su ya casi cuatro años de agresión sobre Yemen.
El informe indica que mientras la todavía embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, ha estado señalando durante semanas que Estados Unidos está buscando un acuerdo para poner fin al conflicto, todas las evidencias apuntan a que Washington ahora le preocupa que los saudíes o los yemeníes, o ambos inclusive, no se presenten a las conversaciones de paz si se aprueba la citada resolución en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).
El canal CNN recoge, además, que Washington estaría tomando esta postura luego de que el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman, expresara su frustración y pidiera una mayor ayuda humanitaria al reconocer la responsabilidad de Riad en la agresión a Yemen.
Esto ocurre mientras la cuenta regresiva de la Casa Blanca está en marcha para realizar una votación en ambas Cámaras donde tanto los congresistas como senadores republicanos y demócratas impulsan un proyecto de ley que impida el apoyo de Washington a la coalición liderada por Arabia Saudí, detalló el medio.
La Administración de Trump estaría también desoyendo las advertencias del Departamento de Defensa (el Pentágono) de que no es prudente para los intereses estadounidenses en la región seguir respaldando a Bin Salman, una vez que todas las pesquisas realizadas por autoridades turcas y la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos le apuntaran como el inmediato responsable principal del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi.
De hecho, el Pentágono detuvo el reabastecimiento de combustible de los aviones saudíes, que bombardeaban indiscriminadamente a la población civil yemení, a principios de noviembre luego de que las investigaciones en marcha sobre el escándalo del asesinato de Khashoggi señalaran a las altas esferas del poder saudí.
La Casa Blanca por temor a que una resolución bipartidista contra el apoyo de Washington a Riad saliera adelante en el Capitolio, ha puesto en marcha su maquinaria propagandística al enviar al secretario de Defensa, James Mattis, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, para convencerles de lo contrario a sus señorías en una sesión informativa que tendrá lugar en esta mañana de miércoles, reportó el CNN.
Conforme al reporte, a los congresistas y senadores no les gustó nada que en el informe de Mattis, presentado a principios de este año, no les revelara que las Fuerzas Especiales de EE.UU. estaban interviniendo secretamente en Yemen. Por ello, ahora son muy exigentes para conocer de primera mano el verdadero alcance y magnitud del apoyo estadounidense a la coalición liderada por Arabia Saudí, incluido el apoyo de inteligencia y de las citadas Fuerzas.
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