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Campo de Huelva: La libertad sindical secuestrada
Cuando volvamos a leer o a escuchar en los medios de
comunicación que las condiciones de trabajo en el campo de Huelva
siguen siendo pésimas, deberemos ser conscientes que, por medio de
muchas denuncias públicas que hagan, no se acabará con la atroz
represión, los salarios miseribles y el resto de nefastas condciones que
deben sufrir los y las trabajadores ya sean autóctonos o migrantes.
Por Paco Cabello, del Sindicato Andaluz de Trabajadores y Trabajadoras (SAT)
Un caso práctico: Agrícola El Bosque, CCOO y el caciquismo del siglo XXI
La empresa AGRÏCOLA EL BOSQUE S.L.1 lleva cerca de dos décadas sumando beneficios millonarios – con ingresos superiores a diez millones de euros en las campañas recientes-, entre otras cosas, gracias a una absoluta desregulación de las relaciones laborales dentro de la empresa: pagando salarios por debajo de lo estipulado en el convenio, sometiendo a las trabajadoras y trabajadores a regímenes disciplinarios asociados a la productividad, cobrando los alojamientos que ofrece a quienes allí trabajan, no pagando las dietas de desplazamiento etc. La familia Velo y su empresa de asesores asociada no quieren oír ni hablar de derechos laborales y sindicales. Pero, este año y en virtud de la campaña desarollada por parte del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), los operarios de la empresa – 247 trabajadores con un índice de un 87% de eventuales – comienzan a organizarse en los diversos centros de trabajo de esta empresa de Bonares – Lucena del Puerto. Son los propios trabajadores quienes constituyen una sección sindical del SAT en la empresa y comienzan a demandar mejoras laborales, que se pague lo que determinan las tablas salariales, que finalicen los abusos como los castigos y el cobro de alquileres por los alojamientos, También, los propios operarios organizados mediante asambleas en la Sección Sindical del SAT, se ponen en contacto con la dirección de la empresa, organizan concentraciones en la puerta de las explotaciones y solicitan al empresario varias reuniones que la empresa desoye,
Es, en ese momento, cuando aparecen en escena algunos burócratas de Comisiones Obreras que, desplazados desde la capital onubense, pretenden “meter en cintura” a los díscolos trabajadores y avisan – “que en la empresa sólo va a mantener relaciones con CCOO, que se van a celebrar unas elecciones sindicales y que, entonces ( y siempre desde CCOO) será cuando se negocien las condiciones laborales que los empleados demandan” -.
El estupor entre los trabajadores es grande, máxime cuando descubren que la empresa y CCOO han negociado a sus espaldas e iniciado el proceso electoral sin que nadie sepa qué día serán las elecciones, sin presentar los censos de manera pública, sin dar publicidad al preaviso de elecciones… Todo lo que es ilegal y está expresamente prohibido en la legislación sobre elecciones sindicales y forma parte del acuerdo entre Agrícola El Bosque y CCOO para evitar que cualquier otra alternativa de los trabajadores se oponga a la “oficial” y a los intereses empresariales que son los mismos. Aún así, el SAT , a través de su sección sindical, organiza y recopila la lista de sus candidatos y se apresta a presentarla en plazo ante la mesa electoral. El presidente de la mesa electoral, Antonio Velo Carrasco, se niega a aceptar la candidatura, así como a admitir ninguna impugnación ni documento que el SAT pretende presentar. “- Nada de nada, Aquí solo se presenta Comisiones Obreras.”-, ésa es la respuesta.
Obviamente, ante tal negación de la más mínima Libertad Sindical, de las incontables tropelías cometidas y las transgresiones de la normativa electoral perpetradas, etc, el SAT va a impugnar el proceso electoral, pero, todos estos actos, nos sirven para recordar y analizar sucintamente cuál es el papel del sindicalismo oficial y qué reultados está obteniendo su manera de actuar en el Campo de Huelva.
Con fecha 30 de noviembre de 2018, por parte de la Asociación Empresarial de la gran patronal ASAJA HUELVA y de la central sindical CCOO, se firmaba el convenio colectivo del Campo de Huelva, el peor convenio en sus artículos y tablas salariales de todos los del Sector Agropecuario de Andalucía y del Estado Español. De este acuerdo quedaban excluídas la UGT y organizaciones la de la pequeña patronal como la COAG y UPA. Todo esto forma parte de una estrategia que CCOO viene diseñando desde hace varios años y que consiste en marginar a cuantas organizaciones patronales y sindicales sea posible en la negociación colectiva para hincarle el diente a las millonarias subvenciones que llegan desde Europa y manejar los millones destinados a “la formación de los trabajadores” (que suelen quedarse CCOO y UGT y que no sirven para formar a nadie) y que, hasta ahora, las gestionaban y recibían mayoritariamente las patronales y, de paso, excluir a los sindicatos que no entran en chalaneos y “acuerdos contra natura” como sería el SAT . Este convenio conculca en muchos de sus artículos la legislación vigente (relativa a fijos discontinuos, vacaciones y fijos) y va abiertamente en contra de los intereses de los trabajadores al no respetarse el acuerdo nacional del sector en materia de incremento salarial, salario mínimo, revisión salarial, contratación y otros. Así, a falta de afiliados y trabajadores en el sector del campo onubense, CCOO obtiene una representación, unos dineros y unas prebendas a base de firmar convenios la baja y de vender a los trabajadores, atados de pies y manos, a la gran patronal agraria.
Es por todo lo que antes hemos expresado, por lo que, cuando los funcionarios de la gestoría sindical de CCOO aparecen por una explotación agraria, los trabajadores y trabajadoras muestran hacia ellos el natural recelo y rechazo de ver allí a unos personajes totalmente ajenos al mundo del trabajo, a los que no conocen y que nunca se han esforzado un ápice en defender sus condiciones laborales. Y es por ello, también, por lo que desde CCOO se esfuercen, mediante amenazas, por coaccionar y advertir a los trabajadores de que si no es a través de su gestoría sindical no se podrá llegar a ningún acuerdo con los respectivos patrones. Se le puede llamar como se quiera, pero es la demostración palpable de que caciquismo sigue imperando en el campo de Huelva. Los caciques y los esbirros a su servicio tienen nombres y apellidos.
Este secuestro de la Libertad Sindical y de la negociación colectiva tiene uno de sus ejemplos más recientes y palmarios en todo el proceso acontecido en Agrícola El Bosque, donde se impide a los trabajadores y trabajadoras organizados presentar una candidatura a las elecciones sindicales, mientras que CCOO, con la complicidad de la empresa, presenta una candidatura trufada de manijeros, encargados y personal de mantenimiento, marginando a los y las recogedores de fruta que conforman la gran mayoría del personal contratado.
Cuando volvamos a leer o a escuchar en los medios de comunicación que las condiciones de trabajo en el campo de Huelva siguen siendo pésimas, deberemos ser conscientes que, por medio de muchas denuncias públicas que hagan, no se acabará con la atroz represión, los salarios miserables y el resto de nefastas condiciones que deben sufrir los y las trabajadores ya sean autóctonos o migrantes. Solo con una clase obrera organizada y que disponga de sindicatos y herramientas de lucha que sean suyas y respondan a sus intereses, será cómo se puedan superar la actual situación y que viene provocada por la avaricia sin tasa de una patronal que se apoya en sindicatos como CCOO.
Por Paco Cabello, del Sindicato Andaluz de Trabajadores y Trabajadoras (SAT)
Un caso práctico: Agrícola El Bosque, CCOO y el caciquismo del siglo XXI
“La sociedad capitalista no logra ser sociedad más que a costa de contarse a sí misma, todos los días, una gigantesca mentira.”De un tiempo hasta hora estamos siendo testigos de un aluvión de noticias, artículos, reportajes, etc que ponen en evidencia las nefastas condiciones laborales que sufren las trabajadoras y trabajadores del sector Agropecuario en Huelva. Las temporeras de la las fresas y frutos rojos están acaparando portadas en los medios de comunicación y haciendo transcender su situación sin que por ello sus condiciones laborales hayan mejorado en absoluto. A la falta de un interés real por solucionar una situación vergonzante por parte de la Patronal agraria, políticos y Administraciones Públicas en general, se suma la inactividad de un sindicalismo institucionalizado y mafioso que convive, se lucra y coadyuva a la explotación más feroz y que impide, de facto, la Libertad Sindical y que obstaculiza la defensa de los intereses de los trabajadores por cualquier tipo de organización genuínamente obrera.
Carlos Fernández Liria
La empresa AGRÏCOLA EL BOSQUE S.L.1 lleva cerca de dos décadas sumando beneficios millonarios – con ingresos superiores a diez millones de euros en las campañas recientes-, entre otras cosas, gracias a una absoluta desregulación de las relaciones laborales dentro de la empresa: pagando salarios por debajo de lo estipulado en el convenio, sometiendo a las trabajadoras y trabajadores a regímenes disciplinarios asociados a la productividad, cobrando los alojamientos que ofrece a quienes allí trabajan, no pagando las dietas de desplazamiento etc. La familia Velo y su empresa de asesores asociada no quieren oír ni hablar de derechos laborales y sindicales. Pero, este año y en virtud de la campaña desarollada por parte del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), los operarios de la empresa – 247 trabajadores con un índice de un 87% de eventuales – comienzan a organizarse en los diversos centros de trabajo de esta empresa de Bonares – Lucena del Puerto. Son los propios trabajadores quienes constituyen una sección sindical del SAT en la empresa y comienzan a demandar mejoras laborales, que se pague lo que determinan las tablas salariales, que finalicen los abusos como los castigos y el cobro de alquileres por los alojamientos, También, los propios operarios organizados mediante asambleas en la Sección Sindical del SAT, se ponen en contacto con la dirección de la empresa, organizan concentraciones en la puerta de las explotaciones y solicitan al empresario varias reuniones que la empresa desoye,
Es, en ese momento, cuando aparecen en escena algunos burócratas de Comisiones Obreras que, desplazados desde la capital onubense, pretenden “meter en cintura” a los díscolos trabajadores y avisan – “que en la empresa sólo va a mantener relaciones con CCOO, que se van a celebrar unas elecciones sindicales y que, entonces ( y siempre desde CCOO) será cuando se negocien las condiciones laborales que los empleados demandan” -.
El estupor entre los trabajadores es grande, máxime cuando descubren que la empresa y CCOO han negociado a sus espaldas e iniciado el proceso electoral sin que nadie sepa qué día serán las elecciones, sin presentar los censos de manera pública, sin dar publicidad al preaviso de elecciones… Todo lo que es ilegal y está expresamente prohibido en la legislación sobre elecciones sindicales y forma parte del acuerdo entre Agrícola El Bosque y CCOO para evitar que cualquier otra alternativa de los trabajadores se oponga a la “oficial” y a los intereses empresariales que son los mismos. Aún así, el SAT , a través de su sección sindical, organiza y recopila la lista de sus candidatos y se apresta a presentarla en plazo ante la mesa electoral. El presidente de la mesa electoral, Antonio Velo Carrasco, se niega a aceptar la candidatura, así como a admitir ninguna impugnación ni documento que el SAT pretende presentar. “- Nada de nada, Aquí solo se presenta Comisiones Obreras.”-, ésa es la respuesta.
Obviamente, ante tal negación de la más mínima Libertad Sindical, de las incontables tropelías cometidas y las transgresiones de la normativa electoral perpetradas, etc, el SAT va a impugnar el proceso electoral, pero, todos estos actos, nos sirven para recordar y analizar sucintamente cuál es el papel del sindicalismo oficial y qué reultados está obteniendo su manera de actuar en el Campo de Huelva.
Con fecha 30 de noviembre de 2018, por parte de la Asociación Empresarial de la gran patronal ASAJA HUELVA y de la central sindical CCOO, se firmaba el convenio colectivo del Campo de Huelva, el peor convenio en sus artículos y tablas salariales de todos los del Sector Agropecuario de Andalucía y del Estado Español. De este acuerdo quedaban excluídas la UGT y organizaciones la de la pequeña patronal como la COAG y UPA. Todo esto forma parte de una estrategia que CCOO viene diseñando desde hace varios años y que consiste en marginar a cuantas organizaciones patronales y sindicales sea posible en la negociación colectiva para hincarle el diente a las millonarias subvenciones que llegan desde Europa y manejar los millones destinados a “la formación de los trabajadores” (que suelen quedarse CCOO y UGT y que no sirven para formar a nadie) y que, hasta ahora, las gestionaban y recibían mayoritariamente las patronales y, de paso, excluir a los sindicatos que no entran en chalaneos y “acuerdos contra natura” como sería el SAT . Este convenio conculca en muchos de sus artículos la legislación vigente (relativa a fijos discontinuos, vacaciones y fijos) y va abiertamente en contra de los intereses de los trabajadores al no respetarse el acuerdo nacional del sector en materia de incremento salarial, salario mínimo, revisión salarial, contratación y otros. Así, a falta de afiliados y trabajadores en el sector del campo onubense, CCOO obtiene una representación, unos dineros y unas prebendas a base de firmar convenios la baja y de vender a los trabajadores, atados de pies y manos, a la gran patronal agraria.
Es por todo lo que antes hemos expresado, por lo que, cuando los funcionarios de la gestoría sindical de CCOO aparecen por una explotación agraria, los trabajadores y trabajadoras muestran hacia ellos el natural recelo y rechazo de ver allí a unos personajes totalmente ajenos al mundo del trabajo, a los que no conocen y que nunca se han esforzado un ápice en defender sus condiciones laborales. Y es por ello, también, por lo que desde CCOO se esfuercen, mediante amenazas, por coaccionar y advertir a los trabajadores de que si no es a través de su gestoría sindical no se podrá llegar a ningún acuerdo con los respectivos patrones. Se le puede llamar como se quiera, pero es la demostración palpable de que caciquismo sigue imperando en el campo de Huelva. Los caciques y los esbirros a su servicio tienen nombres y apellidos.
Este secuestro de la Libertad Sindical y de la negociación colectiva tiene uno de sus ejemplos más recientes y palmarios en todo el proceso acontecido en Agrícola El Bosque, donde se impide a los trabajadores y trabajadoras organizados presentar una candidatura a las elecciones sindicales, mientras que CCOO, con la complicidad de la empresa, presenta una candidatura trufada de manijeros, encargados y personal de mantenimiento, marginando a los y las recogedores de fruta que conforman la gran mayoría del personal contratado.
Cuando volvamos a leer o a escuchar en los medios de comunicación que las condiciones de trabajo en el campo de Huelva siguen siendo pésimas, deberemos ser conscientes que, por medio de muchas denuncias públicas que hagan, no se acabará con la atroz represión, los salarios miserables y el resto de nefastas condiciones que deben sufrir los y las trabajadores ya sean autóctonos o migrantes. Solo con una clase obrera organizada y que disponga de sindicatos y herramientas de lucha que sean suyas y respondan a sus intereses, será cómo se puedan superar la actual situación y que viene provocada por la avaricia sin tasa de una patronal que se apoya en sindicatos como CCOO.
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