Mancera, Cárdenas y la SG arcoíris
Jorge Fernández Menéndez
La vorágine de designaciones de los últimos días, se vio naturalmente acrecentada por la llegada de Miguel Ángel Mancera al Gobierno del DF. Dos cosas se destacan en forma notable en el equipo que designó Mancera para el gobierno capitalino: primero, y como ya se ha dicho, la forma en que se desmarcó Mancera de las tribus perredistas. Sólo dos posiciones, una para Nueva Izquierda (un Carlos Navarrete que
está para cosas mayores que la Secretaría del Trabajo local); otra para
los bejaranistas, y el resto personajes cercanos al propio Miguel, algunos perredistas, otros no.
De entre ellos, dos se cuecen aparte: Salomón Chertorivski, quien hizo un muy buen papel en el gobierno federal, tanto en el Seguro Popular como en la SSA. Y, por supuesto, la aceptación de Cuauhtémoc Cárdenas de integrarse al equipo de Mancera como coordinador de Asuntos Internacionales (le podemos asegurar que a Cuauhtémoc no se le hubiera pasado lo de la estatua del dictador de Azerbaiyán). Incluso, ambos nombramientos tienen raíces comunes: antes de estar en el gobierno federal, Salomón fue un cercano colaborador de Lázaro Cárdenas en Michoacán.
El gesto es doble, no sólo hay que destacar que Mancera haya invitado a Cuauhtémoc sino, incluso es más importante, que éste haya aceptado trabajar en el nuevo equipo capitalino. Fuera de López Obrador, debemos insistir en que la única gran figura pública que tiene el PRD es Cuauhtémoc Cárdenas. Por supuesto que hay otras, como Marcelo Ebrard, pero ninguno tiene la dimensión de Cuauhtémoc. Un buen comienzo de Mancera, por su equipo y por su discurso.
Ahora habrá que ver si las tribus, sobre todo las bejaranistas que terminaron teniendo una presencia mayoritaria en la Asamblea y las delegaciones (además de controlar a buena parte de los líderes de los ambulantes y de los desarrolladores de vivienda social, entre otros poderes fácticos) dejan gobernar a Mancera. Alguna vez pregunté cómo había sido que la corriente de Bejarano se quedó con tantos espacios en el DF. La respuesta fue sencilla: las posiciones que se sabía que estaban seguras para el PRD se repartieron equilibradamente entre los distintos grupos, y la gente de Bejarano pidió, además, muchas de las que se pensaba que se perderían. Nadie tomó en cuenta el volumen de votos adicionales que recibió Mancera (unos 500 mil más en el DF que el candidato presidencial López Obrador). Paradójicamente fue la votación histórica de Mancera la que terminó dándole tanta ventaja a un Bejarano que es un aliado muy condicional, un aliado, dicen, de PPV, del nuevo jefe de Gobierno.
Mientras tanto, la sorpresa la dio Miguel Osorio Chong en Gobernación. Allí, sí, tenemos un equipo arcoíris. Allí conviven la hermana del subcomandante Marcos, Paloma Guillén (en realidad es una mujer muy experimentada, con una larga trayectoria en el PRI); al Cisen, llega Eugenio Ímaz, que para más señas es el hermano del ex dirigente del CEU, Carlos Ímaz (en realidad Eugenio fue secretario particular de Jesús Murillo Karam, trabajó con Osorio Chong y con su sucesor Francisco Olvera); en derechos humanos de Gobernación queda la ex diputada local panista Lía Limón; también en el área de seguridad un ex candidato a Presidente por Nueva Alianza, Roberto Campa. También hay priistas, como Luis Miranda, un hombre muy cercano a Peña Nieto, en la Subsecretaría de Gobierno, y Eduardo Sánchez, quien fue el vocero de la campaña, en los medios de comunicación. Nadie puede quejarse de que no sea una Secretaría con interlocutores hacia prácticamente todos los actores. No en Gobernación, pero sí en la PGR terminó, también en derechos humanos, el panista Ricardo García Cervantes, quien no se caracterizó, precisamente, por tener una buena relación con Felipe Calderón, pero Ricardo es un político muy capaz y experimentado. Una buena adquisición de Murillo.
Una designación que tiene muchas lecturas, y todas positivas, es la de Carlos Almada como subsecretario de Transportes. Almada es uno de los funcionarios más eficientes y preparados que han pasado por la administración pública. Fue desde director del Registro Federal de Electores hasta director de Comunicación Social de Ernesto Zedillo. Fue perseguido muy injustamente por la administración de Fox, relacionándolo sin razones con el llamado Pemexgate. Almada superó todas esas pruebas y en Nuevo León fue, durante los últimos años, el secretario técnico del gabinete de Rodrigo Medina. De allí regresa ahora con Gerardo Ruiz Esparza en la SCT, en una posición clave donde seguramente dará muy buenos resultados. No sé si es un acto de justicia poética, pero sí política.
2012-12-07 03:08:00
De entre ellos, dos se cuecen aparte: Salomón Chertorivski, quien hizo un muy buen papel en el gobierno federal, tanto en el Seguro Popular como en la SSA. Y, por supuesto, la aceptación de Cuauhtémoc Cárdenas de integrarse al equipo de Mancera como coordinador de Asuntos Internacionales (le podemos asegurar que a Cuauhtémoc no se le hubiera pasado lo de la estatua del dictador de Azerbaiyán). Incluso, ambos nombramientos tienen raíces comunes: antes de estar en el gobierno federal, Salomón fue un cercano colaborador de Lázaro Cárdenas en Michoacán.
El gesto es doble, no sólo hay que destacar que Mancera haya invitado a Cuauhtémoc sino, incluso es más importante, que éste haya aceptado trabajar en el nuevo equipo capitalino. Fuera de López Obrador, debemos insistir en que la única gran figura pública que tiene el PRD es Cuauhtémoc Cárdenas. Por supuesto que hay otras, como Marcelo Ebrard, pero ninguno tiene la dimensión de Cuauhtémoc. Un buen comienzo de Mancera, por su equipo y por su discurso.
Ahora habrá que ver si las tribus, sobre todo las bejaranistas que terminaron teniendo una presencia mayoritaria en la Asamblea y las delegaciones (además de controlar a buena parte de los líderes de los ambulantes y de los desarrolladores de vivienda social, entre otros poderes fácticos) dejan gobernar a Mancera. Alguna vez pregunté cómo había sido que la corriente de Bejarano se quedó con tantos espacios en el DF. La respuesta fue sencilla: las posiciones que se sabía que estaban seguras para el PRD se repartieron equilibradamente entre los distintos grupos, y la gente de Bejarano pidió, además, muchas de las que se pensaba que se perderían. Nadie tomó en cuenta el volumen de votos adicionales que recibió Mancera (unos 500 mil más en el DF que el candidato presidencial López Obrador). Paradójicamente fue la votación histórica de Mancera la que terminó dándole tanta ventaja a un Bejarano que es un aliado muy condicional, un aliado, dicen, de PPV, del nuevo jefe de Gobierno.
Mientras tanto, la sorpresa la dio Miguel Osorio Chong en Gobernación. Allí, sí, tenemos un equipo arcoíris. Allí conviven la hermana del subcomandante Marcos, Paloma Guillén (en realidad es una mujer muy experimentada, con una larga trayectoria en el PRI); al Cisen, llega Eugenio Ímaz, que para más señas es el hermano del ex dirigente del CEU, Carlos Ímaz (en realidad Eugenio fue secretario particular de Jesús Murillo Karam, trabajó con Osorio Chong y con su sucesor Francisco Olvera); en derechos humanos de Gobernación queda la ex diputada local panista Lía Limón; también en el área de seguridad un ex candidato a Presidente por Nueva Alianza, Roberto Campa. También hay priistas, como Luis Miranda, un hombre muy cercano a Peña Nieto, en la Subsecretaría de Gobierno, y Eduardo Sánchez, quien fue el vocero de la campaña, en los medios de comunicación. Nadie puede quejarse de que no sea una Secretaría con interlocutores hacia prácticamente todos los actores. No en Gobernación, pero sí en la PGR terminó, también en derechos humanos, el panista Ricardo García Cervantes, quien no se caracterizó, precisamente, por tener una buena relación con Felipe Calderón, pero Ricardo es un político muy capaz y experimentado. Una buena adquisición de Murillo.
Una designación que tiene muchas lecturas, y todas positivas, es la de Carlos Almada como subsecretario de Transportes. Almada es uno de los funcionarios más eficientes y preparados que han pasado por la administración pública. Fue desde director del Registro Federal de Electores hasta director de Comunicación Social de Ernesto Zedillo. Fue perseguido muy injustamente por la administración de Fox, relacionándolo sin razones con el llamado Pemexgate. Almada superó todas esas pruebas y en Nuevo León fue, durante los últimos años, el secretario técnico del gabinete de Rodrigo Medina. De allí regresa ahora con Gerardo Ruiz Esparza en la SCT, en una posición clave donde seguramente dará muy buenos resultados. No sé si es un acto de justicia poética, pero sí política.
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