¿Nos ofrece EPN alternancia política?
Todos
debemos iniciar entendiendo algo: Alternancia partidista no siempre
significa, alternancia política (y viceversa). Éste, el caso de México.
El México contemporáneo a pesar de la hegemonía partidista ha experimentado alternancias políticas, algunas muy drásticas, nadie podrá negar el rotundo cambio de política del sexenio del general Lázaro Cárdenas al del también general Manuel Ávila Camacho. Drástico cambio.
Por otro lado a pesar de esa hegemonía partidista y de su alternancia en el año 2000 con la llegada del partido de oposición al poder, el PAN, no ha habido un profunda, ni siquiera drástica levemente, alternancia partidista.
Abro un pertinente paréntesis y explico (hay que cocer a parte lo que va a parte, la guerra de Calderón, esa, ni siquiera política de estado se puede considerar, meramente es, un capricho de alguien en el poder).
En suma, la alternancia partidista que México vivió no redituó en cambios de políticas, desde hace varias décadas el sistema económico resulta inamovible y, también, gran parte de lo social. Obviamente los matices que cada presidente le sabe dar los tiene, pero no para considerarse alternancias políticas.
Peña Nieto inicia con varias puntadas interesantes. Dos de ellas: El pacto por México, y su anunciada reforma orgánica, para que la SEGOB pase a ser de nuevo, como en los tiempos del PRI, la mega secretaría, haciendo lo que en ningún lugar del mundo debe hacerse: mezclar política con seguridad.
Como dije ya, la guerra de Calderón se cuece aparte y Peña Nieto lo sabe, por eso intenta al menos, distanciarse severamente de lo que el sexenio calderonista nos heredó como la más “madura” de sus dádivas, la Policía Federal. Ahí, Peña Nieto y el PRI han marcado claramente un límite.
La estrategia de combate que implemente Peña Nieto difícilmente pueda ser peor que la de Calderón, la verdad no veo forma de cómo empeorarlo todo, solamente que seguir igual. Y hasta ahora si bien no ha sufrido cambios de fondo, seguro los tendrá en los próximos meses.
Tres rubros primordiales es lo que en materia política nos sirven para evaluar las gestiones del gobierno: economía, área social, y seguridad. Eliminando la ya multiseñalada “estrategia” de seguridad de Calderón, el plan del presidente actual, Peña Nieto, no ofrece alternancia política en ninguna forma digna de mención.
Sí, éste es nuestro México, donde no importa el color que gobierne, todo sigue igual, de hecho, muy como antes, empapelado de mejor forma (ahora usan Facebook, Twitter, Instagram y etc…)
El México contemporáneo a pesar de la hegemonía partidista ha experimentado alternancias políticas, algunas muy drásticas, nadie podrá negar el rotundo cambio de política del sexenio del general Lázaro Cárdenas al del también general Manuel Ávila Camacho. Drástico cambio.
Por otro lado a pesar de esa hegemonía partidista y de su alternancia en el año 2000 con la llegada del partido de oposición al poder, el PAN, no ha habido un profunda, ni siquiera drástica levemente, alternancia partidista.
Abro un pertinente paréntesis y explico (hay que cocer a parte lo que va a parte, la guerra de Calderón, esa, ni siquiera política de estado se puede considerar, meramente es, un capricho de alguien en el poder).
En suma, la alternancia partidista que México vivió no redituó en cambios de políticas, desde hace varias décadas el sistema económico resulta inamovible y, también, gran parte de lo social. Obviamente los matices que cada presidente le sabe dar los tiene, pero no para considerarse alternancias políticas.
Peña Nieto inicia con varias puntadas interesantes. Dos de ellas: El pacto por México, y su anunciada reforma orgánica, para que la SEGOB pase a ser de nuevo, como en los tiempos del PRI, la mega secretaría, haciendo lo que en ningún lugar del mundo debe hacerse: mezclar política con seguridad.
Como dije ya, la guerra de Calderón se cuece aparte y Peña Nieto lo sabe, por eso intenta al menos, distanciarse severamente de lo que el sexenio calderonista nos heredó como la más “madura” de sus dádivas, la Policía Federal. Ahí, Peña Nieto y el PRI han marcado claramente un límite.
La estrategia de combate que implemente Peña Nieto difícilmente pueda ser peor que la de Calderón, la verdad no veo forma de cómo empeorarlo todo, solamente que seguir igual. Y hasta ahora si bien no ha sufrido cambios de fondo, seguro los tendrá en los próximos meses.
Tres rubros primordiales es lo que en materia política nos sirven para evaluar las gestiones del gobierno: economía, área social, y seguridad. Eliminando la ya multiseñalada “estrategia” de seguridad de Calderón, el plan del presidente actual, Peña Nieto, no ofrece alternancia política en ninguna forma digna de mención.
Sí, éste es nuestro México, donde no importa el color que gobierne, todo sigue igual, de hecho, muy como antes, empapelado de mejor forma (ahora usan Facebook, Twitter, Instagram y etc…)
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