Senadores tienen a hijos, hermanos y parejas sentimentales en nómina
Al menos seis hijos, hermanos o parejas cobran como asesores de los legisladores; entre ellos, el hijo de Alejandro Encinas y el hermano de Luis Miguel Barbosa
Leticia Robles de la Rosa
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de enero.- Entre
las poco más de 800 plazas asignadas al cuerpo de asesores y
colaboradores de diferente índole de los senadores de la República
existen hijos, hermanos y parejas sentimentales de los legisladores
federales, que cobran como servidores públicos.
Está el caso de la senadora Iris Vianey Mendoza, secretaria de la Mesa Directiva, quien tiene como su asesor al ex senador Carlos Sotelo, quien también es su pareja sentimental; además, otro de sus asesores es Francisco Javier Barbosa Huerta, hermano del coordinador de los senadores del PRD, Luis Miguel Barbosa.
El priista Alejandro Tello tiene a su hermano Pablo como su asesor, el perredista Alejandro Encinas tiene a su hijo también en el Senado. Se trata de Alejandro Encinas Nájera y está adscrito a la oficina de Luis Miguel Barbosa.
La petista Martha Palafox tiene a sus dos hijos Gabriela y Mauricio como colaboradores en su oficina.
De acuerdo con la información recabada por Excélsior, en los casos de Francisco Javier Barbosa y Alejandro Encinas hijo, ya trabajaban en el Senado antes de que sus parientes se convirtieran en senadores de la República.
Con base en la revisión de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley Federal de Responsabilidades de Servidores Públicos, la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, el Reglamento del Senado y el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, no existe ninguna prohibición expresa para que los senadores tengan como colaboradores a sus familiares.
Sólo hay una referencia en el artículo 47 de la Ley Federal de Responsabilidades de Servidores Públicos, de que los servidores públicos tienen que abstenerse de promover a sus familiares, pero en ninguna parte hay mención de alguna prohibición para que sus familiares trabajen en el mismo espacio.
Para el caso de Francisco Javier Barbosa, hermano del actual líder de los senadores perredistas, llegó al Senado en la LX y LXI Legislatura. Fue el secretario técnico de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía cuando fue presidida por Carlos Sotelo, perredista y líder de la Corriente Democracia Social.
Ahora ambos trabajan con la senadora Iris Vianey Mendoza, también integrante de la corriente Democracia Social, pareja sentimental de Carlos Sotelo, de acuerdo con la información confirmada con perredistas integrantes de esa corriente.
Alejandro Encinas Nájera ya había trabajado en el Senado. Fue asesor del entonces senador por Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya. De acuerdo con la información recabada por este diario, el hijo del ahora senador Alejandro Encinas dejó de asistir al Senado porque se fue a trabajar a la delegación política de Coyoacán.
Ahora, de manera oficial, forma parte del cuerpo de asesores del presidente del Instituto Belisario Domínguez, el perredista Luis Miguel Barbosa, aunque es más común verlo a un lado de su padre.
Para el caso de Martha Palafox, senadora por el Partido del Trabajo, hace unas semanas admitió públicamente que tenía empleados a sus dos hijos, Gabriela y Mauricio, quienes le ayudan en sus actividades legislativas.
En entrevista con Excélsior, el también coordinador de los senadores del PRD explicó que ya no serán políticos quienes hagan los trabajos de respaldo a la discusión legislativa, sino integrantes del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), a quienes se les darán sueldos decorosos y se les exigirán resultados concretos.
“Lo estamos convirtiendo en un verdadero centro de investigación legislativa, diseñado por investigadores, no diseñado por políticos. Yo ahí soy el presidente y soy quien coordina las actividades, quien estimula las propuestas, quien ve que se cumpla, que estoy pendiente de que haya eficacia.
“Durante el primer periodo produjimos algunas cosas, como las revistas, pero el objetivo principal fue el rediseño institucional y el 1 de febrero arranca todo este plan.
“Cada área tiene ahora un presupuesto que le permite contratar entre siete y ocho investigadores, de acuerdo con el salario que se les asigne, pero va a ser del más alto nivel y ya conseguí que se les duplique en un periodo de seis meses. Y puede llegar a existir hasta 30 investigadores en todo el Instituto”, adelantó.
Y es que la dinámica de trabajo en el Instituto era, efectivamente, que cada uno de los tres principales grupos parlamentarios tenía a su cargo un área de investigación, y dependían de los criterios políticos su difusión.
Por ejemplo, cuando el PRI mandó a hacer una investigación sobre el aumento de las plazas de la burocracia de élite en los gobiernos panistas, Excélsior tuvo acceso a ella, como primicia, porque le fue proporcionada por los legisladores priistas, pero los investigadores que la hicieron jamás hicieron público el trabajo de manera oficial, en la página del Instituto y no existe registro oficial de la misma.
“El Instituto Belisario Domínguez no funcionaba como un instituto de investigación legislativa. Era un Instituto que dividía la investigación en tres partidos políticos, el PRI, PAN y el PRD. Había áreas de investigación específica y finalmente cada área trataba de responder a su grupo parlamentario.
“Una investigación partidizada es una investigación que se anula. La investigación tiene que ser con métodos científicos, no con métodos políticos. Entonces, en febrero arranca la nueva etapa del Instituto Belisario Domínguez, donde sigue habiendo tres directores de área, pero ya no hay división por partidos políticos, sino que es a partir de un plan de trabajo.”
Añadió que fue todo un rediseño institucional, en donde los integrantes, que serán contratados en este mes, tendrán que ser empleados conforme a protocolos de investigadores y con investigadores que formen parte del SNI.
“Eso provocó un esquema de modificación institucional y para el cual he contado con el apoyo de los coordinadores del PRI, Emilio Gamboa, y del PAN, Ernesto Cordero, porque están comprometidos conmigo a que funcione el Instituto como funcionan en muchas partes del mundo los centros de investigación legislativa.
“Vamos a agregar la biblioteca del Senado, no administrativamente, no para que dependa administrativamente del Belisario, pero sí para que vincule en las áreas de investigación. “Vamos a crear el Sistema Nacional de Investigación Legislativa, a través de un software que permita consultar muchísimas cosas. Vamos a crear la Biblioteca del Instituto.”
2013-01-07 06:27:00
Está el caso de la senadora Iris Vianey Mendoza, secretaria de la Mesa Directiva, quien tiene como su asesor al ex senador Carlos Sotelo, quien también es su pareja sentimental; además, otro de sus asesores es Francisco Javier Barbosa Huerta, hermano del coordinador de los senadores del PRD, Luis Miguel Barbosa.
El priista Alejandro Tello tiene a su hermano Pablo como su asesor, el perredista Alejandro Encinas tiene a su hijo también en el Senado. Se trata de Alejandro Encinas Nájera y está adscrito a la oficina de Luis Miguel Barbosa.
La petista Martha Palafox tiene a sus dos hijos Gabriela y Mauricio como colaboradores en su oficina.
De acuerdo con la información recabada por Excélsior, en los casos de Francisco Javier Barbosa y Alejandro Encinas hijo, ya trabajaban en el Senado antes de que sus parientes se convirtieran en senadores de la República.
Con base en la revisión de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley Federal de Responsabilidades de Servidores Públicos, la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, el Reglamento del Senado y el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, no existe ninguna prohibición expresa para que los senadores tengan como colaboradores a sus familiares.
Sólo hay una referencia en el artículo 47 de la Ley Federal de Responsabilidades de Servidores Públicos, de que los servidores públicos tienen que abstenerse de promover a sus familiares, pero en ninguna parte hay mención de alguna prohibición para que sus familiares trabajen en el mismo espacio.
Para el caso de Francisco Javier Barbosa, hermano del actual líder de los senadores perredistas, llegó al Senado en la LX y LXI Legislatura. Fue el secretario técnico de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía cuando fue presidida por Carlos Sotelo, perredista y líder de la Corriente Democracia Social.
Ahora ambos trabajan con la senadora Iris Vianey Mendoza, también integrante de la corriente Democracia Social, pareja sentimental de Carlos Sotelo, de acuerdo con la información confirmada con perredistas integrantes de esa corriente.
Alejandro Encinas Nájera ya había trabajado en el Senado. Fue asesor del entonces senador por Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya. De acuerdo con la información recabada por este diario, el hijo del ahora senador Alejandro Encinas dejó de asistir al Senado porque se fue a trabajar a la delegación política de Coyoacán.
Ahora, de manera oficial, forma parte del cuerpo de asesores del presidente del Instituto Belisario Domínguez, el perredista Luis Miguel Barbosa, aunque es más común verlo a un lado de su padre.
Para el caso de Martha Palafox, senadora por el Partido del Trabajo, hace unas semanas admitió públicamente que tenía empleados a sus dos hijos, Gabriela y Mauricio, quienes le ayudan en sus actividades legislativas.
Familia legisladora
Por esfuerzo
Hay funcionarios que tienen a su familia
trabajando dentro del gobierno; sin embargo, hay quienes, a través del
voto, se han ganado un espacio.
En la actual Legislatura del Senado de la República también hay dos familias representadas que tienen escaños.
Se trata de los hermanos Humberto y
Fernando Mayans Canabal. El primero pertenece al Partido Revolucionario
Institucional (PRI) y el segundo al de la Revolución Democrática.
Están también los Yunes, de Veracruz. Se trata de Héctor Yunes, del PRI, quien es tío de Fernando Yunes, del PAN.
Todos ellos ganaron por elección su escaño en el Senado de la República.
Instituto Belisario dejará de cobijar a compadres
El Instituto Belisario Domínguez dejará de ser el refugio de los
amigos y amigas de los senadores y a partir del 1 de febrero hará a un
lado sus criterios políticos para convertirse en un instituto meramente
académico, de investigación, reveló el presidente del Instituto, Luis
Miguel Barbosa.En entrevista con Excélsior, el también coordinador de los senadores del PRD explicó que ya no serán políticos quienes hagan los trabajos de respaldo a la discusión legislativa, sino integrantes del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), a quienes se les darán sueldos decorosos y se les exigirán resultados concretos.
“Lo estamos convirtiendo en un verdadero centro de investigación legislativa, diseñado por investigadores, no diseñado por políticos. Yo ahí soy el presidente y soy quien coordina las actividades, quien estimula las propuestas, quien ve que se cumpla, que estoy pendiente de que haya eficacia.
“Durante el primer periodo produjimos algunas cosas, como las revistas, pero el objetivo principal fue el rediseño institucional y el 1 de febrero arranca todo este plan.
“Cada área tiene ahora un presupuesto que le permite contratar entre siete y ocho investigadores, de acuerdo con el salario que se les asigne, pero va a ser del más alto nivel y ya conseguí que se les duplique en un periodo de seis meses. Y puede llegar a existir hasta 30 investigadores en todo el Instituto”, adelantó.
Y es que la dinámica de trabajo en el Instituto era, efectivamente, que cada uno de los tres principales grupos parlamentarios tenía a su cargo un área de investigación, y dependían de los criterios políticos su difusión.
Por ejemplo, cuando el PRI mandó a hacer una investigación sobre el aumento de las plazas de la burocracia de élite en los gobiernos panistas, Excélsior tuvo acceso a ella, como primicia, porque le fue proporcionada por los legisladores priistas, pero los investigadores que la hicieron jamás hicieron público el trabajo de manera oficial, en la página del Instituto y no existe registro oficial de la misma.
“El Instituto Belisario Domínguez no funcionaba como un instituto de investigación legislativa. Era un Instituto que dividía la investigación en tres partidos políticos, el PRI, PAN y el PRD. Había áreas de investigación específica y finalmente cada área trataba de responder a su grupo parlamentario.
“Una investigación partidizada es una investigación que se anula. La investigación tiene que ser con métodos científicos, no con métodos políticos. Entonces, en febrero arranca la nueva etapa del Instituto Belisario Domínguez, donde sigue habiendo tres directores de área, pero ya no hay división por partidos políticos, sino que es a partir de un plan de trabajo.”
Añadió que fue todo un rediseño institucional, en donde los integrantes, que serán contratados en este mes, tendrán que ser empleados conforme a protocolos de investigadores y con investigadores que formen parte del SNI.
“Eso provocó un esquema de modificación institucional y para el cual he contado con el apoyo de los coordinadores del PRI, Emilio Gamboa, y del PAN, Ernesto Cordero, porque están comprometidos conmigo a que funcione el Instituto como funcionan en muchas partes del mundo los centros de investigación legislativa.
“Vamos a agregar la biblioteca del Senado, no administrativamente, no para que dependa administrativamente del Belisario, pero sí para que vincule en las áreas de investigación. “Vamos a crear el Sistema Nacional de Investigación Legislativa, a través de un software que permita consultar muchísimas cosas. Vamos a crear la Biblioteca del Instituto.”
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