El ataque en Boston, ¿impactará en el cabildeo de la reforma inmigratoria?
CIUDAD DE MÉXICO (CNNMéxico) — La
posibilidad de que el ataque registrado en Boston impacte en las
negociaciones de la reforma inmigratoria es un riesgo latente si el
gobierno de Estados Unidos reacciona tal y como lo hizo tras los
atentados terroristas de septiembre de 2011, consideraron panelistas en
el programa México Opina, que transmite CNN en Español.
"Si —el gobierno de Estados Unidos— recupera al lógica de que los enemigos vienen de afuera, puede tener un impacto negativo", señaló Jorge Santibáñez, analista de asuntos de migración.
El analista recordó que en el 2001, después de los ataques terroristas registrados en Nueva York y Washington, se asoció a la migración con el tema de seguridad, lo que en cierta medida impidió concretar una reforma inmigratoria, cuyo debate iniciará en junio en Estados Unidos.
"Siempre que se asocie migración y seguridad es malo (...) por lo pronto Boston es hasta el momento un hecho aislado, si se sigue encandenando que los hechos vienen de afuera puede ser preocupante", dijo Santibañez.
Por el contrario, para Leticia Calderón Chelius, investigadora y miembro de la organización Sin Fronteras, los estadounidenses están tan confiados en su presidente y en sus instituciones que seguramente el ataque no alterará el curso de la reforma en el Congreso.
"Dado que al parece ser es un ataque frontal en contra de personas de todo el mundo, – por lo que representa el maratón de Boston– creo que el problema tiene que ver más con el uso de las armas que con la reforma inmigratoria", opinó Chelius.
El periodista José Carreño consideró que el problema estaría en "el capital político que Barack Obama ha invertido en el tema inmigartorio, tras lo ocurrido puede descapitalizarse y ser designado a otros asuntos de seguridad como el debate de las armas".
LEER: El ataque en Boston, ¿una jugada antireforma inmigratoria?
Por otra parte, los panelistas coincidieron en que el gobierno de México debe estar preparado para recibir a los ciudadanos de origen mexicano que pudieran ser deportados en caso que sea aprobada la reforma.
"La reforma tiene diversas ventajas para nuestros connacionales que llevan trabajando más de 10 años, pero va a perjudicar a más de 300,000 mexicanos que no podrán acreditar su estancia en los Estados Unidos y serán deportados", dijo Santibáñez.
"Los consulados pueden realizar un papel muy importante —en caso de aprobarse la reforma— pues deben asistir las necesidades de los inmigrantes", añadió.
El llamado grupo bipartidista de senadores en Estados Unidos presentó formalmente el pasado miércoles su propuesta legislativa en materia inmigratoria, con la seguridad fronteriza como pilar.
El proyecto de los ocho legisladores incluye las precisiones de mejora en la seguridad fronteriza y la ruta a la ciudadanía.
Marcela Guerra, senadora por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte, señaló que en el Senado buscan implementar puntos de acuerdo con la Secretaria de Hacienda "para destinar recursos a los consulados y que estos puedan brindar asesoría jurídica, clases de inglés —a los ciudadanos mexicanos que puedan ser deportados— y el material de papelería necesario para realizar los trámites de residencia".
La senadora del PRI también consideró que la reforma que se discute en el Congreso estadounidense es "la reforma posible, no hay reforma perfecta. Lo que haremos desde México será seguirla y analizarla".
El proyecto de reforma inmigratoria busca reforzar la seguridad en las fronteras y permitir el ingreso de nuevos trabajadores a EU, siempre y cuando los empleadores verifiquen que se encuentran legalmente en ese país.
Para la investigadora e integrante de la organización Sin Fronteras, Leticia Calderón Chelius, la reforma beneficiará a muchos mexicanos que podrán visitar a sus familias y al mismo tiempo trabajar y permanecer en ese país, ademas de garantizar el respeto a sus derechos humanos.
Chelius advirtió que el gobierno mexicano no debe confiarse, pues "las deportaciones serán elevadas y puede convertirse en la peor pesadilla del Estado —mexicano— si no se sabe qué se hará con ellos".
Sobre este posicionamiento, en la emisión moderada por el periodista Mario González, la senadora Guerra respondió que el gobierno está ocupado en cómo apoyar a aquellos que no acrediten la ciudadanía.
El gobierno mexicano, a través de la cancillería, consideró como una buena señal la presentación del "Proyecto de ley para la seguridad fronteriza, oportunidades económicas y modernización migratoria del 2013", en el Congreso estadounidense.
El periodista José Carreño consideró que si bien es importante ayudar a los mexicanos que serán deportados por falta de documentos, también debe ser prioritario tender puentes con los mexicanos que finalmente permanezcan en EU.
"Hay una minoría —mexicana— poderosa e influyente que reside en Estados Unidos y a la que es indispensable apoyar. ¿Qué estamos haciendo para acercarnos a ellos?", cuestionó.
En cuanto a la aprobación de la reforma inmigratoria, señaló que todavía queda un largo camino para su aprobación, y advirtió que "si los adversarios políticos del presidente Barack Obama siguen tratando de posponer el debate de la reforma, más problemático va a ser su aprobación ante los diputados republicanos".
"Si —el gobierno de Estados Unidos— recupera al lógica de que los enemigos vienen de afuera, puede tener un impacto negativo", señaló Jorge Santibáñez, analista de asuntos de migración.
El analista recordó que en el 2001, después de los ataques terroristas registrados en Nueva York y Washington, se asoció a la migración con el tema de seguridad, lo que en cierta medida impidió concretar una reforma inmigratoria, cuyo debate iniciará en junio en Estados Unidos.
"Siempre que se asocie migración y seguridad es malo (...) por lo pronto Boston es hasta el momento un hecho aislado, si se sigue encandenando que los hechos vienen de afuera puede ser preocupante", dijo Santibañez.
Por el contrario, para Leticia Calderón Chelius, investigadora y miembro de la organización Sin Fronteras, los estadounidenses están tan confiados en su presidente y en sus instituciones que seguramente el ataque no alterará el curso de la reforma en el Congreso.
"Dado que al parece ser es un ataque frontal en contra de personas de todo el mundo, – por lo que representa el maratón de Boston– creo que el problema tiene que ver más con el uso de las armas que con la reforma inmigratoria", opinó Chelius.
El periodista José Carreño consideró que el problema estaría en "el capital político que Barack Obama ha invertido en el tema inmigartorio, tras lo ocurrido puede descapitalizarse y ser designado a otros asuntos de seguridad como el debate de las armas".
LEER: El ataque en Boston, ¿una jugada antireforma inmigratoria?
Por otra parte, los panelistas coincidieron en que el gobierno de México debe estar preparado para recibir a los ciudadanos de origen mexicano que pudieran ser deportados en caso que sea aprobada la reforma.
"La reforma tiene diversas ventajas para nuestros connacionales que llevan trabajando más de 10 años, pero va a perjudicar a más de 300,000 mexicanos que no podrán acreditar su estancia en los Estados Unidos y serán deportados", dijo Santibáñez.
"Los consulados pueden realizar un papel muy importante —en caso de aprobarse la reforma— pues deben asistir las necesidades de los inmigrantes", añadió.
El llamado grupo bipartidista de senadores en Estados Unidos presentó formalmente el pasado miércoles su propuesta legislativa en materia inmigratoria, con la seguridad fronteriza como pilar.
El proyecto de los ocho legisladores incluye las precisiones de mejora en la seguridad fronteriza y la ruta a la ciudadanía.
Marcela Guerra, senadora por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte, señaló que en el Senado buscan implementar puntos de acuerdo con la Secretaria de Hacienda "para destinar recursos a los consulados y que estos puedan brindar asesoría jurídica, clases de inglés —a los ciudadanos mexicanos que puedan ser deportados— y el material de papelería necesario para realizar los trámites de residencia".
La senadora del PRI también consideró que la reforma que se discute en el Congreso estadounidense es "la reforma posible, no hay reforma perfecta. Lo que haremos desde México será seguirla y analizarla".
El proyecto de reforma inmigratoria busca reforzar la seguridad en las fronteras y permitir el ingreso de nuevos trabajadores a EU, siempre y cuando los empleadores verifiquen que se encuentran legalmente en ese país.
Para la investigadora e integrante de la organización Sin Fronteras, Leticia Calderón Chelius, la reforma beneficiará a muchos mexicanos que podrán visitar a sus familias y al mismo tiempo trabajar y permanecer en ese país, ademas de garantizar el respeto a sus derechos humanos.
Chelius advirtió que el gobierno mexicano no debe confiarse, pues "las deportaciones serán elevadas y puede convertirse en la peor pesadilla del Estado —mexicano— si no se sabe qué se hará con ellos".
Sobre este posicionamiento, en la emisión moderada por el periodista Mario González, la senadora Guerra respondió que el gobierno está ocupado en cómo apoyar a aquellos que no acrediten la ciudadanía.
El gobierno mexicano, a través de la cancillería, consideró como una buena señal la presentación del "Proyecto de ley para la seguridad fronteriza, oportunidades económicas y modernización migratoria del 2013", en el Congreso estadounidense.
El periodista José Carreño consideró que si bien es importante ayudar a los mexicanos que serán deportados por falta de documentos, también debe ser prioritario tender puentes con los mexicanos que finalmente permanezcan en EU.
"Hay una minoría —mexicana— poderosa e influyente que reside en Estados Unidos y a la que es indispensable apoyar. ¿Qué estamos haciendo para acercarnos a ellos?", cuestionó.
En cuanto a la aprobación de la reforma inmigratoria, señaló que todavía queda un largo camino para su aprobación, y advirtió que "si los adversarios políticos del presidente Barack Obama siguen tratando de posponer el debate de la reforma, más problemático va a ser su aprobación ante los diputados republicanos".
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